El español y el tener la razón
Jueves, 9 de julio de 2009
No les dé vergüenza ignorar una cosa elemental. Todos ignoramos cosas elementales que está harto de saber nuestro vecino. Lo vergonzoso no es nunca ignorar una cosa- eso es, por el contrario, lo natural. Lo vergonzoso es no querer saberla, resistirse a averiguar algo cuando la ocasión se ofrece.Pero esa resistencia no la ofrece nunca el ignorante sino, al revés, el que cree saber.
Esto es lo vergonzoso: creer saber. El que cree que sabe una cosa pero en realidad la ignora, cierra con su presunto saber el poro de su mente por donde podía penetrar la auténtica verdad. (…)
Quien ha llevado una vida intelectual pública muy activa en España y fuera de España, automáticamente compara y la comparación le fuerza a convencerse de que en el español ese hermetismo mental es un vicio permanente y endémico.
José Ortega y Gasset, Qué es Filosofía (1929)
Alianza Ed. págs 198-199.
Ochenta años después, para el español sigue siendo una afrenta que le lleven la contraria, y calibra los duelos sobre la verdad y la razón usando como baremo quién es que habla el último: el que dice la última palabra es el que tiene la razón.
Bola extra: Remata Ortega, unas páginas después:
Las objeciones certeras son la cosa más agradable del mundo (…) Las acojo encantado, y no sólo las acojo, sino que las estimo, y no sólo las estimo, sino que las solicito. Siempre se extraer de ellas excelentes ganancias.
íbidem, pág 213
Vamos, que sin que le corrijan, uno no aprende nunca. Y cuando las objeciones son con criterio, la misma aparición de la duda abre nuevos campos.
Bola extra 2: La Razón, de Theros y Metlikovez, ya aparecidos en este rincón.
Un detalle elemental que se me ha escapado cientos de veces: pensar en esa actitud como un vicio. Y visto así me da escalofríos. Un vicio, como si fuera algo incialmente elegido.
Precisamente esta mañana recibiía un correo de un señor encabronado por una crítica que le hago a su bitácora. El señor quiere ocultar su ataque de orgullitis con algo que quiere ser ironía, pero ahí también fracasa. Le digo que debería dejarse construir por mi crítica, que sea maduro y la rebata con el comportamiento antes que con un argumento endeble. No me escucha. Quiere tener la razón en que él sabe y yo no sé. Si pudiera me censuraría cuando especulo sobre su vida fuera de internet. Dice que qué coño voy a saber yo. Lo remata con un «muchas gracias».
Una vez más me reconforto con las palabras de Ortega. Ese sí que sabía.
Comentario de Mario Vírico — julio 9, 2009 @ 2:05 pm
Es un gran tema y no se avanza mucho en la dirección que comenta Ortega, ¿no?
Comentario de alex — julio 9, 2009 @ 4:14 pm
Pues si, y es así en todo el mundo.
Un saludo
Comentario de uxia — julio 9, 2009 @ 11:33 pm
Te robo tu robo a Ortega: http://eltelefonoverde.wordpress.com/2009/07/09/el-saber/
🙂
Comentario de Gerardo — julio 10, 2009 @ 9:41 am
Creer saber. Eso lo resume todo. Y punto.
Comentario de supersalvajuan — julio 10, 2009 @ 10:08 am
Ortega siempre da la sensación de constatar obviedades revestidas con la coraza del conservadurismo español, además de evidenciar que todos los demás son gilipollas, claro.
Esa barata imitación del pensamiento liberal que tanto se aplaude porque se deja leer y entender, es la que hace a Ortega tener seguidores a los que les gusta por ese regusto extraño que da el ver cómo alguien es capaz de pegar capones a todo el que se mueva. Y eso es PATERNALISMO.
Sin olvidar esas joyas del pensamiento orteguiano: la Unidad de destino en lo universal de la España más necia y más antidemocrática, el peligro de los separatismos o el protofascismo nada encubierto de La Rebelión de las Masas.
Luego pueden leerlo como un oráculo y encontrar clarividencia donde no hay más que pensamiento de Cartón Piedra, que para eso han invertido las instituciones españolas predemocráticas y democráticas tiempo y dinero en encumbrar al padrecito del pensamiento español ordenado, que para eso existió Julian Marías y sus libritos de filosofía del COU.
Y, por último, si a los textos de antes le quitan el nombre, el empaque, la pátina de prestigio que da que sean de Ortega, se quedan en NADA, en pensamiento de motel o de anciano oyente de la COPE instruído.
-Pero que herméticos y poco informados son los españoles y que tontusos y necesitados de guías están, pero cómo se avalanzan a responder y saber de todo cuando no son más que animalillos deinstruidos. Qué triste también esa gentuza que por tener unos estudios especializados, cree que su opinión sobre cualquier cosa tiene el mismo peso que su opinión sobre alguna materia profesional, malditos médicos que pontifican sobre todo sin tener ni puta idea y bla, bla, bla,..
¿Son ciertas las afirmaciones? Sí.
¿Sirven para algo, avanzan en algo, dejan de constatar lo evidente? No, ni de coña.
Un saludo,
mini, creando el debate amigable como un oso de peluche heroinómano con navaja.
Comentario de mini — julio 13, 2009 @ 1:03 pm
Mini: De su párrafo -más que lo mucho que le incomodan los cínicos vistos desde los actuales tiempos de estoicos- me llama la atención que asuma como propia una de las cosas que denuncia Ortega. Usted quiere dar la razon «a priori». Yo no estoy de acuerdo en sus visiones sobre ortega, porque yo lo leo fresco y actual. Pero también es cierto que no toda su obra se mantiene con pleno vigor. Y si usted cree que esas astillas eliminan lo troncal, es porque usted quiere dar razones a priori, es decir, leer asintiendo o negando, pero nunca cambiando de una postura a otra. Le dirigiría al primer capítulo de «Ideas y Creencias», que sólo dice cosas evidentes -es la grandeza de Ortega, hacer visible lo inadvertido- y que le daría una nueva perspectiva a su comentario, pero no lo encuentro en la red. Ngh.
Comentario de Raul Sensato — julio 13, 2009 @ 2:51 pm
Vale, sensato le hago caso y lo leo con ojos limpios y le cuento. No se preocupe de buscarlo ya que heredé una infinita biblioteca en donde están todos los libros de Ortega. Leí la rebelión de las masas, españa invertebrada y alguno más cuando la heredé y guardo el nefasto recuerdo anteriormente comentado; también he de decir que la heredé de un devoto falangista y extremecedor ultraderechista como era mi abuelo para quien Ortega era la mente preclara del siglo y su escritor de cabecera con lo que me era muy difícil desligarlo del protofascismo que profesaba mi difunto.
Ya lo intento.
Comentario de mini — julio 14, 2009 @ 3:23 pm
Recuerde no despreciar nada porque tal o cual bando lo defiende. Por ejemplo, los fascistas más recalcitrantes piensan que respirar regularmente es muy bueno. No se si me explico.
Comentario de R. Sensato — julio 14, 2009 @ 4:37 pm
Ortega fue durante mucho tiempo el «filósofo de cabecera del estado», algo así como José Antonio Marina hoy día y, bueno, la reflexión de esta entrada tampoco es de un calado metafísico descomunal. Se parece a las cosas que dice mi padre, quien afirma que no es ni de derechas ni de izquierdas, sino que es de extremo centro (sic!). Aún así estoy de acuerdo con la premisa inicial, asentir constantemente es de lo más aburrido.
Comentario de alex — julio 15, 2009 @ 9:11 am
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