Desde hace una semana está en tiendas la revista ¡Caramba!, una publicación de humor que habla sobre el humor. Allí, David Lynch viaja para investigar los chistes de Lepe, Jaimito hace una confesión autobiográfica, y vemos qué es lo que sucede cuando se juntan un inglés, un francés y un español. Lo coordinan y editan Manuel Bartual y Alba Diethelm, y luce un elenco de colaboradores de alto octanaje, que copio de su web: Albert Monteys, López Rubiño, Joan Cornellà, Mauro Entrialgo, Juanele, Rubén Fdez, Jorge Parras, Raúl Minchinela y Puño, Bernardo Vergara, Santiago García y Javier Olivares, Jorge de Cascante, Laura Pacheco, Sergio Córdoba y Juaco Vizuete, Manuel Castaño, Guille Martínez-Vela, José Luis Ágreda, Carlos de Diego, Luis Bustos, Juarma, Clara Soriano, John Tones y Guitián, Paco Alcázar, Andrés Palomino, Néstor F, Manel Fontdevila, Pedro Vera y Manuel Bartual. 100 páginas y treinta autores.
Mi nombre está ahí, en medio, y apetece contar la historia.
Allá por febrero, Bartual me envió una carta contándome lo que estaba maquinando. Como buen editor, se había encargado de repartir los temas y a mí me dirigía a hablar de la famosa ecuación «Humor=Tragedia+Tiempo». Me pidió un texto sobre el tema, y me puse manos a la obra. Y entonces, descarrilé. Y eso merece una explicación.
Mi formación científica, que básicamente es un lustro de carrera escribiendo ecuaciones, me llevó a tratar la frase como una ecuación. El cortocircuito es evidente, porque aunque esté formulada como una suma, en realidad es una simple frase hecha, una máxima. No es una suma estricta, como tampoco un cocido es una suma algebraica de sus ingredientes. Pero me pudo mi pasión por las ecuaciones físicas. En la física, todo se reduce a unas cuantas unidades elementales: la potencia es fuerza por distancia partido por tiempo, la viscosidad es masa partida por distancia y por tiempo. Todo se relaciona con esos referentes universales.
En suma, lo más goloso de la ecuación era intentar modificar sus variables. Es decir, despejar la ecuación.
De pronto, estaba anotando diferentes conceptos expresados como ecuaciones. Escribía máximas con aspecto de fórmula esperando, buscando una secuencia que me permitiera eliminar los conceptos planteados (tragedia, tiempo) y colocar en su lugar otros nuevos.Y contra todo pronóstico, apareció esa secuencia.
Había logrado «despejar» la ecuación.
Por supuesto, es un ejercicio ficticio. Pero muy estimulante. Y si quieren probarlo ustedes, les propongo que despejen la ecuación «Humor = Verdad + Dolor».
En serio. Prueben. El género literario de despejar máximas formuladas como ecuaciones suena más fácil de lo que supone su ejecución.
La cuestión es que con tanta ecuación, el texto era todo aire rodeando fórmulas. Así que lo decidí adornar con dibujitos. Manuel ya me había dicho que en su plan el texto iba a aparecer ilustrado, así que estaba en buenas manos. Los dibujos tomaron peso y el comentar cada ecuación convirtió el artículo en tebeo. Me habían pedido un texto, pero iba a acabar entregando viñetas. Vuelta a empezar.
Como iba a a ejecutar algo que no me habían pedido -mala costumbre, que no suelo llevar a cabo-, decidí hacer el tebeo según el plan de «tebeo en 24 horas» que aparecía en los finales del comic Cerebus. Allí, gente como Neil Gaiman o Scott McCloud publicaban tebeos que habían generado en exactamente ese tiempo, desde la página en blanco.
Y se lo envié a Manuel Bartual. A traición. Querías un texto, aquí tienes un tebeo.
Aquí, las pieles del tebeo, desde el boceto al final (pulsando se amplía)
Dos páginas, tal y como las envié
Manuel tuvo el ojo de remitir la historieta al ilustrador ideal. David Peña, alias Puño, ilustrador en el diario El Mundo, editor de Peo, historietista en Ultrarradio y mil cosas más, ya habia representado gráficamente unas conferencias TED con enorme tino en compensar el grafismo y el contenido.
Y el resultado me ha dejado contentísimo. Puño es un coloso.
Así que en el primer número de ¡Caramba!, rodeado de grandes, aparece mi primera historieta en más de una década, motivada por un estilo literario que tal vez sea inédito (el despejar máximas) y con la fina pluma de un ilustrador fetén.
Si quieren tener su ejemplar, aquí hay un listado de tiendas donde encontrarlo, y aquí lo pueden comprar por web. Ya han agotado la primera tirada y están en la segunda, así que ya saben que tienen un tiro entre sus manos.
Actualización: Todos los ejemplares en papel están agotados y no habrá más tiradas, pero por fin
pueden leer la historieta íntegra en la web de Caramba