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Domingo, 11 de noviembre de 2012
Raul Sensato a eso de las 11:49 pm
Si ustedes dicen que todo es sexista, nadie les puede llevar la contraria. Si quieren decir que todo es sentimental, tampoco encontrarán pegas. Pueden extender la práctica sobre cualquier campo. Por ejemplo, pueden juzgar que todo el arte es ecuestre: cuando aparecen caballos, porque salen, y cuando no aparecen caballos, porque no salen. Toda la obra de Picasso se puede entender como un negar y un permitir la presencia de caballos.
Con esa perspectiva en mente, me ha maravillado esta foto que necesito compartir con ustedes:
Efectivamente, las pipas sin sal no tienen sal, pero la etiqueta la incluye como ingrediente necesario. Imprescindible. Si el listado sólo dijera «pipas» perdería la referencia primordial sobre la que orbita todo lo demás. La sal brilla por su ausencia: el productor no ha podido resistirse a incluirla en los componentes. Que esté presente materialmente es secundario. Las pipas sin sal tienen como ingredientes pipas y sal, y decir otra cosa sería mentir sobre el propio sistema sobre el que se ha construido el producto. La sal, no hay mejor forma de decirlo, es sustantiva.
La mosca acredita la foto a Sarda.es
pero se la vi a Ramonacus
Sábado, 27 de agosto de 2011
Raul Sensato a eso de las 8:09 am
El escritor Xavier Theros, que está recorriendo curiosidades en su bestiario estival, narra hoy en el diario El País el origen de la mítica acrobacia sexual del Salto del Tigre.
Les hago un extracto recompuesto:
Miguel Pigrau era un actor de carácter, un secundario característico que daba realce al montaje. Regordete, de frente ancha, bigotazo y una mirada profunda y afectada.
En la obra Otelo, el moro de Venecia (no en la versión canónica y shakespeariana, sino en la de Francisco Luis de Retés) la especialidad de Pigrau llegaba en el momento de asesinar a Desdémona; en ese instante, el actor se abalanzaba violentamente sobre la actriz, dando un rugido. Y viendo que muchos espectadores le felicitan por su fiereza, comienza a llamar a ese momento «el salto del tigre», mientras declara a la prensa que aquello es el culmen de su carrera.
Lleva su Otelo a Madrid. Allí no parece que le hagan mucho caso y decide volverse a Barcelona, donde comienza a contar las bondades de su interpretación más famosa en las tertulias de la gente del teatro, que por aquel entonces están de moda. En una de ellas le oye Santiago Rusiñol, que inmediatamente le pide que le enseñe su afamado talento interpretativo. La cosa tiene lugar en plena calle.
Aquel arranque le pareció tan cómico a Rusiñol, que años después lo incluyó en uno sus vodeviles, estrenado en el teatro Soriano del Paral·lel en 1915. En esta pieza, el tal Josep y un amigo deciden ir a un burdel; y cuando el mal marido pregunta lo que debe hacer una vez dentro, su compañero de farra le responde: «Tú, entonces, das el salto del tigre», y hacía como si se abalanzara sobre algo.
Fue tal el éxito de aquella obra, que el salto de Pigrau se convirtió en frase hecha, pasando a denominar una suerte amatoria de realización imposible, consistente en subirse a un armario y lanzarse desde él sobre la amante de turno. La frase fue creciendo y se incrustó en el habla popular, aunque nadie recuerda que fue un invento de un actor de carácter, que quiso darle un giro dramático nada menos que al moro de Venecia.
Aquí tienen el artículo original publicado en El País
El salto del tigre, por su extensión y por el mito y por el fantasmeo, es una pieza que debía añadirse a nuestro museo celtibérico.
Viernes, 9 de octubre de 2009
Raul Sensato a eso de las 8:03 am
Es dificil determinar qué es un pijo. Es mucho más fácil, eso sí, determinar quién es un pijo acabado. Un pijo viejo, pasado. Un pijo apolillado, aunque tenga catorce años.
Un pijo acabado, y una pija acabada, se pueden determinar porque utilizan la palabra «tendencia».
Cuando la oigan tres veces en una conversación, se darán cuenta de inmediato. Es un indicador irrefutable.
Sábado, 18 de julio de 2009
Raul Sensato a eso de las 10:33 pm
Penicassim: Compasión por los asistentes a un festival musical en el que se cancelan las actuaciones. || Aflicción de los mismos.
Después de la que ha caido en esta edición del Fib, y la que cayó en la de 1997, me ha sorprendido que google y twitter me dieran cero resultados para «Penicassim«. Queda, pues, inaugurada.
Domingo, 26 de abril de 2009
Raul Sensato a eso de las 12:50 pm
Barceloneliness: una sensación que nota todo el mundo, menos los que son de Barcelona.
Se lo ha inventado Javier Arce.
Muy bonito, y muy acertado.
Sábado, 10 de enero de 2009
Raul Sensato a eso de las 2:54 pm
Madrid: Ciudad que, cuando no pasa nada en ella, ocupa un 60% de emisión de los informativos nacionales, y que cuando pasa algo (por ejemplo: llueve o nieva) ocupa el 90%.
Síndrome de Madrid: Equivalente español del síndrome de Nueva York, consistente en autoconvencerse de que las noticias son lo que sucede cerca de donde dormitan los reporteros.
Actualización: ejemplo sangrante, y dolorosamente frecuente, en el blog de Bambino.
Viernes, 13 de julio de 2007
Raul Sensato a eso de las 8:27 pm
escuchemos la voz de los supertacañones
Hay muchas entradas en la blogosfera acerca de los términos nerd y geek. Están muy preocupados en saber cual sería la traducción al español del concepto. En este blog nos parece más revelador saber de dónde vienen. Para conocer el uso a principios de siglo del término geek, probablemente esta cita será iluminadora:
En algunas ferias [de freak-shows] el fenómeno más terrible de todos permanece oculto, (…) escondido porque su presencia fue prohibida por la ley en 1910, metido en un foso y vestido con harapos. Se trata del geek, y a cambio de un dólar extra, un podía acercarse al borde del foso y verle arrancar de un mordisco la cabeza de un pollo vivo y luego tragársela mientras el pájaro seguía aleteando entre sus manos.
Stephen King, «Danza Macabra»,
Ed. Valdemar, pag 67
Por si suscita suspicacias, este libro de King no es de ficción sino un ensayo sobre «el fenómeno del horror: libros, películas, radio, televisión, todo». Y es bastante entretenido.
Jueves, 21 de junio de 2007
Raul Sensato a eso de las 10:52 am
En el folklore de nuestra amiga, el porlar incluía, según el mito,
el manejo de la escobilla del baño
Hace unas semanas, una amiga me instruyó en el extraño concepto de «porlar». Porlar a alguien, que te porleen. Era una cosa que recordaba de su instituto. Una actividad misteriosa a medio camino entre el castigo y el rito iniciático, que alcanzaba dimensiones míticas. Para entrar en la mente de una persona que intenta averiguar qué significa Porlar, acudimos al blog de Parkito, que nos hace partícipes de sus investigaciones:
¿Qué es porlar? Yo no lo sé. ¿Lo sabéis vosotros?
La historia comenzó hace unos meses, cuando una compañera de clase estaba comentando con otro que a ella la habían porlado en un campamento. Le preguntamos qué era eso de que te porlen y nos dijo que para saberlo, te tienen que porlar. La cosa quedó ahí.
Hoy volvió a salir el asunto del porleo. Le insistí mucho en que me dijese qué es eso de que te porlen, ya que la curiosidad acaba conmigo. No me lo dijo. Le pregunté a mucha gente (vaya si lo hice) y la mitad me dijeron que no sabían qué era, y la otra mitad que para saberlo, me tienen que porlar. Tras muchas pesquisas averigüé lo siguiente:
[Atentos, que viene un listado de normas que habría firmado el mismísimo Club de la lucha «primera norma: no se habla del club de la lucha», … — R.S.]
1.- Se suele hacer en los campamentos.
2.- Para saber qué es, te tienen que porlar.
3.- Las tías porlan a los tíos, y los tíos a las tías, por norma general. Si se porlan dos tías, mola mucho. Los tíos no suelen porlarse entre sí.
Tal y como te lo ponen, lo primero en lo que piensas es el sexo. Pero tras un análisis exaustivo, llegué a la conclusión de que ese es el objetivo; que pienses que es sexo y te emociones cuando en realidad es una tontería absoluta. Lo último que averigüé es que simplemente se trata de una especie de postura o algo parecido.
Parece que al final, para saberlo, me tendrán que porlar. De todas formas no cejaré en el empeño. Sabré qué es, cueste lo que cueste
entrada original aquí
Como ven, Parkito sólo conoce la dimensión mítica del porleo (sic). Su narración, que incluye todas las variantes imaginables del verbo porlar, tiene que hacer las delicias de los lingüistas.
Así que para resolver el misterio de Porlar acudimos a otro texto que también llegará al alma de los lingüistas pero esta vez por la redacción sms que luce. Está sacada del foro Alzira Jove. Jose Peque 69 nos resuelve el enigma de qué significa porlar y ser porlado, con un texto franco en el que confiesa conocer el trance desde dentro:
lo de porlar trankila a mi me an porlao i es k te meten en un sitio cerrao i dos tias o tios depende de el sexo, si eres tio pues dos tias i si no al reves, te meten en un sitio cerrao i comienzan a sobarte i a decirte k e kites la ropa i te toketean asta un cierto punto (sin pasarse)i cuando ya no kieres mas o ya stas en bolas pues te dicen porla señal de la santa cruz…i ya sta por eso se dice porlar no es nada de k te kedas en bolas delante de toa la gente. ni de coña!!!si te dicen de porlarte dejate k mola i si encima los/las k te porlan stan buenos/as pues todavia mejor jejeje. suerte no se lo digas a nadie eeeeee. k vaia bien la porla dew
texto original aqui
Así pues, el porleo (cada vez que tecleo este sustantivo me salta la sonrisa), el porleo, digo, es el toqueteo organizado en forma de Gangbang softcore. Algo así como los Parchis o los Regaliz metiendo mano dentro de la ropa interior.
Según las inclinaciones de los chavales mayores,
la cosa es más brusca y sometedora, y entonces se describe como un castigo;
o es más suave, o el porlador (otra sonrisa) es atractivo, y se describe como una experiencia iniciática.
El remate de cerrar el acto con la frase «por la señal de la santa cruz» alude a una larga tradición clerical de manos largas. Y le da un empaque escénico considerable. Tanto que lleva a bautizar todo el acto como «porlar», que es un nombre, como hemos visto, muy flexible para su uso y adaptación.
Una vez resuelto el misterio y establecida nuestra definición para los diccionarios ocultos, despidámonos imaginando a Parkito interrogando a los participantes, fotografiando subrepticiamente cada encuentro, intentando averiguar qué sucede en la oscuridad detras de la puerta del porleo, el porlón, la porlada, el porlismo, la porlería.
Curiosamente, el blog de Parkito está colgado (comprueben la cita inicial) en el servidor inopia.net. En términos digitales, Parkito está en la inopia.
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