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Lunes, 12 de enero de 2009
Raul Sensato a eso de las 9:33 am
Hace mucho tiempo que me preocupa la publicidad, porque es un medio omnipresente, que nos bombardea bajo dos directrices principales.
La primera es que el anunciante tiene que obtener un beneficio económico de su inversión: o sea, la publicidad debe ser beneficiosa para el emisor y no útil para los demás.
La segunda es que todo anuncio debe retratar un ideal que se nos niega, que no podemos alcanzar naturalmente.
Así que la publicidad que ven arriba, que ya recorre Barcelona en las líneas 14 y 41, es un espléndido cortocircuito a esa doble trampa.
El anuncio no quiere apropiarse tu dinero en colecta.
El anuncio no retrata ningún ideal etéreo inalcanzable del que el anunciante sea proveedor en exclusiva («¡Que toda la fiesta se gire para mirarme!» «¡Conseguir al chico de mis sueños sólo parpadeando!» «¡La vida eterna entre señores que aletean!»).
El anuncio de arriba es justo lo contrario. Es lo contrario de la publicidad.
Es información.
Así que entiendan a todos esos colectivos que van a inundar las ciudades de respuestas a esta mínima pieza de infomación. Lo que se juega aquí está por encima de las creencias. Es la base misma de la publicidad: el ciudadano no debería encontrarse accidentalmente con información útil. Lo que debería encontrar, esquina tras esquina, son salones amplios con productos caros y mujeres de belleza corregida digitalmente.
¿Quienes se creen que son estos ateos, para atacar la línea de flotación del sistema piramidal de la mentira?
*
Ya hemos hablado del impulsor de esta campaña,
el brillante etólogo británico Richard Dawkins, en estas páginas.
Por si no se lee, el anuncio del autobús dice:
«Probablemente dios no existe:
deja de preocuparte y disfruta la vida».
Viernes, 9 de enero de 2009
Raul Sensato a eso de las 1:26 pm
Yo ya tenía más o menos la historia en la cabeza. Ciertos detalles se añadieron obviamente luego, cuando definitivamente me senté a escribirla. Pero la historia llevaba hirviendo en mi cabeza unos doce o trece años. Menos sofisticada que en su forma final, pero la raiz básica ya estaba allí. En 1966 leí unas reediciones de Marvelman y ya sabía un poco de tebeos: sabía que llevaban tres años sin editarse y que Marvelman había desaparecido. Y me vino a la cabea: «me pregunto qué estará haciendo Marvelman ahora, tres años después de que le cancelaran el tebeo».
La imagen que tenía en la cabeza era un Mickey Moran envejecido y deprimido, intentando recordar cuál era la palabra mágica que le transformaba en Marvelman. Si lo hubiera hecho en su momento, probablemente habría realizado una historieta de humor, de parodia, al estilo Mad.
Alan Moore, entrevistado en Speakeasy núm. 52
[Las negritas son mías]
Nuestra lectura de este fin de semana nos muestra, gracias a la confesión del autor, la directa relación entre el humor y la deconstrucción. La revisión de Marvelman nació como chiste, pero ejecutarlo con seriedad lo convirtio en una obra de referencia.
Ahí tienen la invitación. Reflexionen sobre esas cosas graciosas que les vienen a la cabeza en las conversaciones de bar, y tiren del hilo sobre la relación que implican, después de ver este modelo-patrón.
Pueden leer aquí Marvelman (alias Miracleman) en español
Bola extra: y continuar con los números inéditos aquí (en ingles), o leerlo todo en inglés.
Ya les aviso que, con los problemas de propiedad que ha dado este tebeo, tardarán en verlo de nuevo en imprenta.
Lunes, 29 de diciembre de 2008
Raul Sensato a eso de las 2:00 pm
Para cerrar el año, les dejo con la conferencia titulada ConspiraPoP, que realicé en el congreso Spectra que fue coordinado por Mike Ibáñez. Aquí pueden visitar la página oficial de Spectra.Con ustedes, ConspiraPop: una hora de canciones con mensajes ocultos, Paul McCartneys falsos, Elvis redivivos, payasos de la tele inquietantes,… y el Rey de España. Entre otras muchas cosas.
El audio mejora a partir de los tres minutos, no se me asusten.
Previo: presentación de Mike Ibáñez y Emili Payá
Parte 1:
Parte2:
Parte 3:
Parte 4:
Parte 5 y última:
.
Bola extra: Si quieren ver más conferencias del congreso Spectra, las tienen todas aquí.
Bola extra 2: Por si se la perdieron, esta canción habría entrado en la conferencia.
Viernes, 28 de noviembre de 2008
Raul Sensato a eso de las 11:33 am
La primera hora de película me ha parecido extraordinaria. Estos subtítulos en español no son todo lo acertados que deberían, de modo que los que sepan inglés, mejor diríjanse aquí.
Los demás, acomódense en sus asientos, y pulsen play:
La página oficial de la película está http://www.zeitgeistmovie.com/.
Lunes, 24 de noviembre de 2008
Raul Sensato a eso de las 4:19 pm
«Rebélate»: 150 minutos para incomodarte, alterarte, impacientarte… «Sométete»: 150 minutos para sentir, imaginar, rememorar, descubrir… Los clientes del restaurante Mugaritz se encuentran en la mesa dos sobrecitos con tarjetas provocadoras. Luego llegan unas piedras grises. Unas se comen, otras no. Ante el desconcierto, acción. «Al utilizar las manos se rompe el protocolo», dice Andoni Luis Aduriz (Donosti, 1971) mientras faena en la cocina para esas «posibles almas gemelas» del comedor. Tras el aperitivo de las patatas caolín, unas quisquillas de agua dulce de Normandía y unas guindillitas cogidas esa mañana en la huerta y vestidas con miel liofilizada, no hay vuelta atrás. El sometimiento está servido.
Era el inicio de este artículo de El Pais Semanal
Rebélate
Yo,
que abrí el sobre en el restaurante
y leí «Rebélate».
Yo,
que obedezco los carteles de «no fumar»
y los de «servicios de caballeros»
y los de «reservado»,
Yo,
que cuando se juega a baloncesto, tiro a canasta
y cuando se juega a tenis, golpeo con raqueta
y cuando se pide silencio, lo guardo respetuosamente,
Yo
me acerqué a la mesa que tenía las mejores vistas
y los eché a gritos.
Yo
tomé a la asistente más guapa
y la besé en el cuello mientras le tocaba el culo.
Yo
me encendí un pitillo
y dije a gritos que se empezaba por los postres.
Y vinieron los responsables del restaurante
y me echaron.
Y yo
les enseñe la tarjeta del «Rebélate»,
como en las norias se enseñan las fichas de «vale por un viaje»,
como en las tiendas se enseñan los palos con polo gratis,
como en las canchas se señala la línea de tres puntos.
Y yo,
al preguntarme por qué proponen actividades que no aceptan,
comprendí que hay establecimientos
edificados sobre la estulticia.
Y esta es exactamente la misma indignación que me invadió
cuando vi en Frankfurt la lamentable exposición
titulada Bajo tu propio Riesgo.
Lunes, 17 de noviembre de 2008
Raul Sensato a eso de las 1:37 pm
Cuántas discusiones bizantinas sobre análisis cultural se explican con esta sencilla imagen.
Del Perro miss tetas.
Jueves, 6 de noviembre de 2008
Raul Sensato a eso de las 7:23 am
TV disciplinaria o el moralismo inmoral
«Tú llegah tarde a lah reunioneh porque a lah dié de la mañiana ya estáh tomándote tuh copah» «¿Cómo que mih copah?» «Sí, tuh copah»»¿Cómo que tomando copah? ¿Qué copah? ¡Cho me tomo copah porque me las sé de tomá!» Esta sacra conversazione entre dos presidentes de equipos de futbol sevillano, retransmitida en directo por TV1, se corresponde con el tipo social que Juvenal definió como el moralista inmoral.
(…) El primer rasgo del moralista inmoral es un carácter asertivo que se sitúa más allá de todas las contradicciones. Como puede observarse, en el diálogo entre directivos se da un salto sin puente desde la admonición moralista ortodoxa hasta el statement alcohólico y vaciletas. No se negocia sobre posiciones débiles.
(…) El moralista inmoral es un inconsecuente, sí, pero no es sólo un hipócrita.Su modo expresivo lo define como una autoridad de autoridades que reprime mucho y lo reprime todo, y lo hace en una época en que los agentes del poder suelen actuar con disimulo.
(…) Cuando Mercedes Milá se refería a Gran Hermano como «un experimento sociológico», no hacía sino reclamar para sí varios tipos de autoridad simultáneos. El moralista inmoral está asentado en todas las posiciones discursivas fuertes: ostenta la severidad del obispo, la crueldad de la maruja, la celebridad del populista y la ubicuidad de la cámara – sin olvidar la siniestra sapiencia de la policía secreta. En sus versiones más manipuladores ejerce también como analista (…) que detenta un conocimiento por debajo del cual el analizado «está en el error».
De ahí que Mercedes Milá pudiera tratar de machista a uno de los concursantes, y poo después mofarse de él por «no ser lo bastante hombre»: dos cargos judiciales que sólo podemos aceptar -y aceptamos, de forma tácita- al nivel del inconsciente culpabilizador, en el que merecemos una reprimenda por todo lo que hacemos. En suma, el moralista inmoral catódico tiene derecho a usar todos los criterios evaluadores y aun destructivos que son propios de cada una de esas figuras, saltando de la una la la otra sin pagar el peaje de la coherencia.
Rigores, disciplina, fascismo de plató… Las más de las veces el personaje trash aparece investido por una presencia de ánimo cutrelux, una fortaleza de espíritu que resulta ora patética, ora conmovedora. Hilarante o malrollista, la autoridad trash se deshace en aspavientos y berrea, oficiando la pantomima de una «legítima figura de autoridad» que brilla por su ausencia.
(…) [Walter Benjamin ya escribió sobre] el kitsch entendido como modo estilístico oficial de los regímenes fascistas: la megalomanía musical, arquitectónica u olímpica del nazismo, en que la distancia entre el plan y el resultado sería, por así decir, la medida de la injusticia política. También aquí los desmanes se parecen, pero no son idénticos. El kitsch fascista tiene su corolario en el trash democrático, que recupera y acepta, en un ritual masoquista, los modales del poder excesivo.
Cuando decimos que Mercedes Milá «tiene derecho a pasarse de la raya, se entiende que ese derecho lo garantiza el medidor de audiencia y los rituales pseudoelectorales propios del concurso, con sus votaciones por sms, sus llamadas de aludidos y otros simulacros de participación democrática.
Friquizar el régimen democrático, jugar con los tics totalitarios y objetivarlos en figuras que encarnan una sexualidad no normativa -Milá como lesbiana agresiva, Carlos Navarro como macho man 1.0-: ahí se juega la partida del trash.
Eloy Fernandez Porta,
en Homo Sampler: Tiempo y consumo en la Era Afterpop.
Ed Anagrama, 2008. Págs 293-295
Este extracto aparece aquí con permiso del autor para celebrar que hoy sale a la venta Homo Sampler. Lo he elegido porque muestra muchas de las cartas del autor: el moralista inmoral es una figura habitual en el análisis lacaniano, la aplicación en el ejemplo es impecable y el texto tiene un inicio que arranca una carcajada que a mitad de párrafo se convierte en asombro (o indignación ante lo que estamos acostumbrados a obtener como espectáculo, ahora que se cae la máscara).
En pocas pero certeras líneas, Eloy nos retrata por qué los realities -o mejor dicho, la arquitectura del reality en la que comentan profesionales del periodismo, familiares de los concursantes, y expertos en nada en particular- nos parece abiertamente facha.
Evidentemente, el mismo tufo facha, y por las mismas razones, emana de los programas del corazón, donde los jueces-colaboradores, imbuidos de esa misma autoridad simulacro-democrática, interrogan a celebridades de segunda fila, preguntándoles que qué es eso de pasear de la mano, o de despedirse sonriendo en la puerta de casa.
Ya enuncié la idea en esta conferencia, pero queda a la vista la maestría -muy superior- con la que la ha retratado don Eloy.
Bola extra: Hicimos una reseña completa del libro en esta otra entrada.
Lunes, 27 de octubre de 2008
Raul Sensato a eso de las 12:44 am
Ed. Anagrama. 371 págs. 19,50 €
A la venta a partir del 6 de noviembre.
Casi nada. He mirado en Google y por lo que parece esta va a ser la primera reseña sobre «Homo Sampler: Tiempo y consumo en la Era Afterpop«, el nuevo y reluciente libro de Eloy Fernandez Porta. Es un privilegio. Ya saben de mi fascinación por su anterior libro, Afterpop, que ha aparecido con frecuencia en este blog. No es impedimento para decir, desde el primer párrafo, que el libro de Eloy es extraordinario.
Comentar un libro y destripar su contenido son dos cosas al parecer paralelas en los textos de Ensayo. Por ejemplo, entre mis amigos bromeamos diciendo que los libros «populares» de Gustavo Bueno, se leen mirando el índice: es un listado de las opciones que va descartando hasta decantarse por la que aparece en el último epígrafe. Afortunadamente, en el caso de Homo Sampler, se puede hacer a la inversa. Se pueden plantear las preguntas que resuelve, y dejar intuir el enorme armazón explicativo que las revela. Y son preguntas que, con frecuencia, han aparecido, no ya en este blog, sino en los rincones en que se comenta cultura popular. Por ejemplo:
– ¿Por qué el epígrafe cultura basura se aplica a las revistas y las películas, pero nunca al teatro, los textos ensayistas o las editoriales literarias?
– ¿Por qué los programas del corazón y los presentadores de Reality Shows nos parecen -abiertamente, notablemente- fachas?
– ¿Cómo dinamitar la creencia pacata de que «la tecnología nos está creando un falso tiempo acelerado»? ¿Por qué mantenemos la figura del artista resistente al tiempo?
– ¿Cómo es que la publicidad actual está tan centrada en los eslóganes ecologistas, en los discursos anticapitalistas underground (con frases tomadas de epítomes de la cultura combativa) y en los ecos de lo atávico («vuelve a la naturaleza»)?
– ¿Por qué estamos habituados a reflexiones del estilo «en mis tiempos, sí había pop de verdad; el de ahora -esta subescena pop salpimentada con soflamas de resistencia política y delirios de alternativa comercial- es casi peor que el pop para las masas«?
El centro de Homo Sampler es el tiempo. El tiempo como elemento consciente y subconsciente en la creación y en el consumo (incluyendo, cuando vamos a comprar el diario, o un reloj). Y sobre él, F.Porta construye dos conceptos cuya utilidad sabremos en el futuro. El primero es el concepto de «Tiempo™» (vean abajo la nota *) en oposición al tiempo real (esa cosa que va a segundo por segundo). El segundo es el concepto de «Ur-Pop«, que va intrínsecamente ligado al primero, pero que es el que antes se presenta en la obra.
El Ur-pop es el levantamiento de acta de la emergencia inesperada de figuras, valores o emociones primitivos en un espacio ultramoderno. Como en la imagen de la portada, en la que un menú de fastfood forma parte de una talla precolombina que retrata un pasado que nunca existió. El Ur-pop (y aquí pongo tres ejemplos que NO salen en el libro) se reflejaría en las fotos porno realizadas en punto de cruz en la exposición de Mauro Entrialgo (el trabajo manual, pretecnológico, da credibilidad a la obra), en la fijación que tiene Boing Boing (el blog de más éxito mundial) por los tricotados con motivos contemporáneos, y -tirando del hilo hasta el final- en los nacionalismos/regionalismos de montaña y boy-scout con rastas, que reclaman, como esas tallas del macdonalds, un pasado reescrito y, por tanto, sugerente.
El Tiempo™ (insisto: vean nota *) es la concepción espectacularizada del tiempo real. Como enuncia F.Porta cuando introduce ese Homo Sampler que titula el libro, el tiempo real (el de a segundo por segundo) nos viene elaborado y mezclado de fábrica. Y lo que hacemos con él es samplearlo. Crear momentos de más intensidad que otros (en realidad, una pura pugna por conseguir el momento de más intensidad, momento tras momento [**]) y después, a posteriori, justificar una continuidad.
El libro se remata con un último tercio dedicado a la cultura basura, que toma el discurso donde lo dejaron la exposición Cultura Basura de Jordi Costa y la sección Planeta Enfermo de Manuel Valencia, y lo lleva a donde los analistas culturales -como el eslogan de Star Trek- no se atreven a acercarse.
La maestría de Fernández Porta no consiste en depurar las preguntas correctas, sino en retratar que esas corrientes existen, simultáneamente, en todos los estratos de la comunicación cultural. Saca ejemplos de todos los ámbitos: las películas, los tebeos, la literatura, la fotografía, la televisión, las artes plásticas… y teje con todos un tapiz que muestra a la luz el dibujo subyaciente. Da la impresión de que F.Porta es un erudito en todo, por la simple razón de que nadie practica una reflexión tan audaz, tan actual, tan profunda y tan diversa de lo que es -en todos los sentidos culturales de la palabra- el ahora.
Tienen que entender mi asombro. Yo tengo mucho pudor antes de hablar de Mr. Brain, la colección de fanzines que publicaba el hoy luego director de El Jueves Manel Fontdevila. Pienso que no hay tantas copias y que comentar la pasión de Fontdevila por las claves del humor (como su análisis del chiste Miss Tetas) es una arrogancia de coleccionista («¡ustedes fueron unos despistados: deberían tenerlo en su estantería!»). F.Porta hace justo lo contrario. No sólo abunda en Mr Brain, y en fotografías premiadas y en ferias de arte de vanguardia de público escaso. Lo toma todo y hace un enorme collage anatómico en el que te presenta cada singularidad como partes de un todo. Del mismo todo que te hace plantearte las preguntas ante la tele o en el cine o leyendo un periódico, porque allí ese todo también asoma (y los caza).
La mayor virtud de Porta es sin duda que, con todo lo profundo del texto, logra arrancarte permanentemente carcajadas. Te hace una reducción al absurdo de ti mismo. Te retrata en tus tics y en tus maneras y en la forma que tienes de relacionarte con lo que te rodea. Y lo hace alternando lo sesudo con lo hilarante, con su pasión por los términos híbridos, y las denominaciones™ con® marcas© -qué tan bien usa la blogosfera entendida y que tanto le debe al gran Mike Ibáñez-. Lo mejor de Homo Sampler es que hay tramos que se pueden recitar en voz alta, y -lo he comprobado- obtienen la admiración del respetable tanto por la forma como por el contenido. Porque forman y porque divierten.
¿Es todo bueno en Homo Sampler? No; todo tiene un pero. En España, las cosas que hacen gracia siempre son tildadas de superficiales, cuando no directamente de vacías. Así que Fernandez Porta arranca el tomo con una introducción densa, tirando a difícil, que es un manifiesto que en esencia dice «todo lo que viene detrás va en serio«. Esas primeras veinticinco páginas pueden hacer desistir a los lectores accidentales, pero ustedes ya están sobre aviso. Cuando después de la lectura de los textos mayores acudan a esa entradilla, todos los conceptos presentados les serán mucho menos arduos.
Por otro lado, el desarrollo del Ur-pop que realiza Fernández Porta (y que ocupa un tercio del libro, poca broma) lleva en ocasiones a la confusión. El autor alterna a lo largo del texto la perspectiva cínica («lo que hacen los demás») y la perspectiva estoica («esto nos pasa a todos»), y esos cambios nos hacen dudar si es un síntoma para el que hay salida, o es un «cambio atmosférico» de la época cultural (Ortega y Gasset lo llamaría una vigencia). Ese cambio de lente en el discurso puede impedir que cuaje el término Ur-Pop con la fuerza con el que cuajó su término Afterpop.
Con todo, Homo Sampler supera a Afterpop. Es mejor libro. Hay más porcentaje de material interesante para el hombre de la calle y para el comentarista inquieto. Y tiene dos partes (la del Tiempo™ y la del TrashDeLuxe, casi doscientas páginas) que son para enmarcar.
En serio. Un libro para quitarse el sombrero. De lectura obligatoria.
__________
(*) En realidad, F. Porta llama RealTime al tiempo «civilizado falso/remezclado», y Tiempo™ al tiempo de reloj. Me parece que la forma intuitiva de llamarlos es, precisamente, a la inversa. ¿Por qué oso a darles la vuelta para este comentario? Porque el tiempo «civilizado / distinto del real» es consensuado por los grandes intereses (esa sensación de que el tiempo se acelera, esa necesidad de tener noticias constantes aunque no sean suficientemente importantes como para cambiar la web del periódico) y, porque es sampleado, de ahí lo de Homo Sampler, lo cual le da un extra de idea humana registrable. La partícula «™» condensa todo eso de un vistazo. Como ésta es una revisión telegráfica, prefiero los grosso-modo visuales. Al fin y al cabo, lo importante es transmitir la idea que enuncia y desarrolla don Eloy.
[**] En un fingido crescendo hacia un supuesto momento máximo que nunca sucede. Como decía Althusser: “la hora solitaria de la ‘ultima instancia’ no llega nunca”
Recuerden. Lo vieron primero aquí.
Martes, 21 de octubre de 2008
Raul Sensato a eso de las 8:14 am
«Los alquimistas tenían dos componentes en su filosofía: Solve et Coagula. Solve era el equivalente del análisis: era separar las cosas para ver cómo funcionaban. Coagula era básicamente síntesis: consistía en intentar volver a reunir las piezas separadas, para que funcionaran de una forma más eficiente. Estos son dos principios muy importantes, que se aplican a prácticamente cualquier obra cultural.
Por ejemplo, recientemente ha habido una ola de posmodernismo, de deconstruccionismo. Esto es Solve.
Tal vez es hora de que en las artes haya un poco más de Coagula.
Ahora que lo hemos deconstruido todo, realmente deberíamos empezar a pensar cómo volver a juntarlo todo.
Alan Moore, en el documental
The mindscape of Alan Moore
(Aquí lo tienen entero, con cómodos subtítulos en inglés original)
Viernes, 26 de septiembre de 2008
Raul Sensato a eso de las 9:58 am
Lecturas de fin de semana: las imbatibles e inmarcesibles Greguerías de Ramón Gómez de la Serna.
Entre ellas, la que sirve de título para esta entrada.
La misma página ofrece ilustraciones del autor, como las que aquí incluimos, por que las Greguerías no sólo fueron palabras.
El humor, la poesía evocadora y las verdades profundas se mezclan hasta no distinguir la sublimación de la carcajada. Y eso es lo que las hace grandes.
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