«Lo que ha estado haciendo la izquierda desde las últimas décadas: seguir inexorablemente el camino de ceder, de acomodarse, de llegar a los «arreglos necesarios» con el enemigo declarado. Representa el socialismo, pero puede defender totalmente el Thatcherismo económico. Representa la ciencia, pero puede defender totalmente la regla de las opiniones múltiples. (…) Como sabemos, hoy día el capital está dividido en dos fracciones (capital industrial tradicional, y capital digital y de información «postmoderno»), y la única manera de que las fracciones [derecha e izquierda] encuentren un denominador común es bajo la bandera del «capitalismo anónimo de la socialdemocracia»: hoy día la única manera de ser capitalista en general es ser un socialdemócrata (de tercera vía). Así es como funciona actualmente la oposición entre izquierda y derecha: la nueva izquierda de tercera vía representa los intereses del capital como tal, en su totalidad, mientras que la derecha actual defiende los intereses de un estrato concreto del capital frente a otros sectores. Es por esto que, para obtener la mayoría, necesita aumentar su base electoral apelando directamente a partes escogidas de la clase trabajadora. Por lo tanto, no es una sorpresa que sea principalmente en los partidos de derecha modernos donce encontremos referencias explícitas a los intereses de la clase trabajadora (medidas proteccionistas contra la mano de obra extranjera más barata, etcétera).
Slavoj Zizek, la tetera prestada, Ed. Losada, pags 102-104
Actualización: El cuarto video más linkado de su categoría en Youtube, dos puestos por detrás del mediático acoso racista en el metro. Aquí la captura demostrativa (pulsen para ampliar):
Javier Pérez Andújar es un grande. Pero un grande entre los grandes. No sé qué parámetros usar para describir su nivel. Javier aparecía en la televisión local de Barcelona explicando clásicos griegos utilizando capítulos de Expediente X, y revelaba vínculos entre, no sé, Tarantino y los rusos afrancesados del diecinueve. Javier maneja la cultura -la grande y la pequeña y la alta y la baja y la sacralizada y la de los contornos: toda; la cultura- y la relaciona con una facilidad y una concreción que te muestra de un plumazo, de dónde hemos venido, a dónde intentábamos llegar y dónde hemos acabado, y por qué es lo mismo que ha sucedido en este o este otro caso célebre. Su capacidad para explicar y ubicar y conectar es sencillamente insuperable.
Este es el perfil del comentarista cultural ideal. Y pienso -con la mano en el corazón- que Javier Pérez Andújar es el mejor del mundo. No bromeo. Del mundo.
Ahora Javier Pérez Andújar ha escrito en su novela Los Príncipes Valientes un retrato de la Barcelona que le tocó en su juventud, y la ha leído con una sinceridad que es políticamente incómoda pero realmente necesaria.
Ha decidido no presentar la novela: tiene ese pudor de la persona que atesora y esa voluntad de que la obra literaria tenga su propio recorrido. Y tiene pinta de que el recorrido va a ser largo, porque por lo que parece ha escrito un novelón. Un novelón.
«la he estado leyendo con un nudo en la garganta, porque en cada página he encontrado la reivindicación honesta de la literatura como arte contra la desmemoria, sobre todo contra la desmemoria voluntaria. Y la reivindicación está hecha como sólo merecen reivindicarse estas cosas, con la verdad, rimando cada palabra con su propio sentido.(…)
«Los príncipes valientes” reivindica el desarraigo haciendo de la reivindicación un refugio en forma de novela que, estoy completamente seguro de ello, pasará a la historia de la literatura española. Has escrito sin proponértelo “El Jarama” de una Cataluña que no para de gesticular intentando quitarse según qué pasados de encima.
Me he encontrado con M*, el Gran Crítico, y hemos estado hablando de la novela y me ha dicho que es muy original. “Pero no es sólo eso”, le he contestado yo, “es, además, un gran tratado de ética, con una prosa perfecta, sincera y valiente”. Él me ha reconocido que así era y que has firmado la mejor novela de tu generación..
No puedo esperar para hincarle el diente. Y ustedes no pueden saltársela. El maestro que simultanea textos en el Babelia y en el Mondo Brutto se ha sacado de la chistera una pieza para la historia.
Los príncipes valientes. Tenía que compartirla, antes de empezarla. Corran a por ella, porque está hecha para ustedes.
Ayer en la Fnac de Barcelona, se reunió una mesa de titanes para denunciar el maltrato para las nuevas generaciones de escritores. Moderaba el maestro Eloy Fernández Porta (de cuyo tremendo libro afterpop ya hemos hablado aquí), y le acompañaban Alvy Singer (socio de vuelos en eliTeVisión), el escritor y crítico Vicente Luis Mora (con su recentísima Circular 07) y la poetisa Myriam Reyes, que hace unos experimentos líricos en Flash y audiovisual que la crítica aún no sabe por donde coger.
La reunión la condensó F.Porta en una historia que tituló «la popización forzosa del nuevo escritor«, en la que contaba que, para poder publicar su colección de relatos, tuvo que sustituir el evocador título original por otro hacía un doble juego con el orden universal: «Caras B de la música de las esferas», y que en las críticas era sistemáticamente rebautizada como «caras B». En los múltiples relatos entrelazados del volumen, adoptaba formas de narración romana, medieval, etc, entre ellos había uno, anecdótico, adoptando narración actual. De nuevo las críticas se centraron sobre ese tramo y obviaron -probablemente por severa ceguera literaria- los demás textos, la trama que urdían juntos y el monumental tramo final que le daba la vuelta a un conocido texto y en lugar de resistir las tentaciones, el personaje alcanza la virtud a través de los vicios. Todo eso fue ignorado. Los críticos en bloque -con una excepción que detallaba don Eloy- se cegaron en lo pop. Porque el título tenía un detalle pop, obligado para su publicación, se cegaron con el pop e ignoraron la materia literaria de la obra. Para publicar, tienes que titular pop: si no no publicas. Y te etiquetan como pop, porque el título debe condensar el alma de la obra. Lo hacía, claro, pero si no caías en la trampa de las caras B. Un desastre. Esta es la situación, forzosa, a fecha de hoy.
Estuvieron todos a un gran nivel, Porta repartiendo juego, Mora definiendo las reglas de la partida -muy grande, Mora-, Alvy mostrando la perspectiva de los que llegan -Alvy es muy joven, y muy interesante- y Myriam en el espacio que los demás dejaron sin pisar. Hasta hubo un detalle para mi ego: Porta me sacó como ejemplo, de refilón, sin saber que yo estaba en la sala. Lo que mostró que lo hacía con sinceridad.
Tuve el privilegio de tomar unas cañas con nuestros protagonistas. En un arranque de sociabilidad, don Eloy me apunto las directrices de su siguiente obra, y me enganchó de inmediato. Estoy impaciente por poder sumergirme en ella. Gran tarde. Con cena y copas y música siniestra, o afterpunk que dicen los puristas. Da gusto ver que los titanes, son personas que dan gusto.
Dos:
Esta noche hablaré en la radio del videoblog Reflexiones de Repronto, en la emisora icatfm, junto con Absence. Lo pueden seguir por internet, incluso por video. No tienen excusa. Las instrucciones las detallo aquí.
Empresario celebrando las declaraciones
del lider de la oposición
En el lugar en el que está hoy Mariano Rajoy, estaba en los ochenta Jorge Verstrynge. Era el candidato del partido conservador para la presidencia de España. El líder.
Un día, cuenta en su libro de memorias «Memorias de un Maldito», le dijeron que tenía que ponerse firme en el congreso y argumentar en público que los mejillones no debían tener fecha de caducidad.
Verstrynge, claro, flipaba. «¿Pero cómo queréis que defienda eso en el congreso?» Para cualquier mente con dos dedos de frente, iba en beneficio de los ciudadanos que los mejillones, como todos los productos perecederos, llevaran fecha de caducidad al ser distribudos.
Pero los intereses son los intereses. Había mucho dinero en medio. Y Verstrynge tuvo que decir en público que fechas de caducidad sí, pero para los mejillones no. Quedó como un idiota, claro, y él lo sabía, pero demostraba que los políticos de poder no tienen tanto poder como pensamos.
La historia se repite:
–
Rajoy cuestiona el cambio climático y afirma que no puede convertirse en el «gran problema mundial»
El líder del PP alude a un primo suyo científico para restar importancia al calentamiento global
Hay proyectos a los que te abalanzas en cuanto te invitan. Elitevisión es uno de esos. Un grupo de avezados hombres de la blogosfera, que saben pulsar el momento en que viven, se dan cuenta de que algo falla. A fecha de hoy, la ficción televisiva es más interesante que la cinematográfica, y utiliza unos códigos -por extensión y dosificación- que el cine no puede desarrollar. Y sin embargo, los comentarios sobre televisión se realizan siguiendo criterios puramente cinematográficos. Una injusticia, y un desastre. Para poner una pica en Flandes, decidieron llamar a los blogueros que consideraban más lúcidos a la hora de comentar cultura popular, y les lanzaron la propuesta: ¿quieren ser los pioneros para desarrollar un nuevo tipo de comentario audiovisual?
Contra todo pronóstico, dijeron sí. Y así nació eliTeVisión, la élite de los titanes de la blogosfera pulsando la historia de la televisión. El manifiesto fundacional se resumía así de telegráficamente:
EliTeVisión da la espalda, así, a los blogs sobre televisión que han heredado todos los vicios de la crítica cinematográfica y analizan las series en función de criterios que solo funcionan en ciclos de noventa minutos.
EliTeVisión reivindica el análisis detallado de la avalancha de argumentos simultáneos e independientes; de las historias-río que duran días, semanas, meses; de los personajes tan complejos que necesitan años para ser estudiados en profundidad.
Por eso, EliTeVisión establece las siguientes reglas para el análisis de la producción seriada televisiva:
– Cada serie será analizada capítulo a capítulo, a razón de un post por entrega
– Cada serie será analizada cronológicamente
Yo sé que ustedes son personas inquietas, que saben estar donde hay que estar, y que pulsan el momento. Ahora tienen un rincón donde esa pulsación toma cuerpo. Un proyecto mastodóntico donde se aunan el talento, el conocimiento, el humor y una absoluta falta de miedo.
Esta semana, el capítulo de Reflexiones de Repronto que mejor funcionó en los previsionados. Una entrega en la que el maestro Absence no sólo propuso el tema, sino que presentó buena parte de los argumentos citados.
Fin de la pausa de fiestas zaragozana, que ha tenido momentos de gran diversión. Un momento brillante fue una noche en la que un buen amigo apareció con un funda de guitarra que dentro escondía un jamón. Dimos buena cuanta de él en la recena, y de camino al desayuno nos encontramos con la tradicional ofrenda de flores. Nos miramos y nos pusimos a regalar jamón a los oferentes, que venían vestidos de baturro. «Jamón gratis», gritábamos, mientras mi Joaquín iba cortándolo por el método del violín. Sólo se acercaban los niños. «Hace tanto que no veis nada gratis que no os lo creéis». Los adultos nos miraban, pero eso de ir a coger jamón de desconocidos no está bien visto. «Si fuera droga gratis, vendríais como locos». Cuando apareció la comitiva de la policía municipal, nadie quiso coger. «No me digáis que estáis de servicio». No hubo manera. A la hora y pico, con unos cuantos platos de jamón repartidos, no podíamos ni con nuestras pestañas.
Las fiestas tienen estas cosas. O van a las cosas que te preparan (conciertos, obras, montajes, etc) o te haces tu fiesta. que es lo que manda la tradición. Las fiestas son el hueco para hacer tus fiestas. En otras ciudades -Barcelona, como ejemplo-, a toda actividad que vean que no pertenece al ayuntamiento, vienen y te disuelven. Y te aporrean.
Como nota extra (continuando esta entrada anterior), el concierto de los Héroes del Silencio en la Romareda fue particularmente emotivo. Bueno, puntualizo. Mientras estaba en el estadio, era simplemente un espectáculo, uno grande y muy bueno. Pero al salir del recinto y volver a casa, me di cuenta de que el concierto me había dejado muy, muy tocado.
Y supe que hay una historia de los héroes que quiero contar, una historia larga y retorcida y relevante que no aparecerá en este blog. Llevo todos estos días pensando en ella. La historia de un grupo desde la perspectiva de un chaval que aparecía casualmente en sus conciertos, que aparecía casualmente por los bares que convirtieron en su fuerte, que conoce de oídas las historias que todos conocen de oídas. Una historia del grupo narrada por alguien que nunca ha hablado con ellos y que nunca ha tenido información privilegiada sobre el grupo. Y una historia que explica, desde la barrera, todas las perspectivas que hay sobre el grupo. Repito: no que enumera las perspectivas, sino que las explica.