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post Suspiros del futuro: plastilina digital

Domingo, 3 de febrero de 2008

Raul Sensato a eso de las 7:53 pm

Hay una edad en la que te empieza a asustar la tecnología. Sólo es un proyecto de futuro, pero encuentro este video muy inquietante…

Clasificado como: ciencia,con_video,futurismo

post Celebrando el nacimiento de dios el 25 de diciembre

Martes, 25 de diciembre de 2007

Raul Sensato a eso de las 5:55 pm

Fue un dios y nació el 25 de diciembre, hijo de madre virgen.
Su nacimiento fue marcado por una estrella en el este, que siguieron tres reyes para localizar al salvador recién nacido.

Su nombre es

Horus

, y es el dios sol egipcio, hijo de la virgen Isis.

Horus es un personaje de ficción.

Feliz cumpleaños. Feliz navidad.

Busquen a Horus en el minuto 13 de video

Mas datos sobre la navidad como herencia del acerbo antiquísimo de Egipto en este enlace.

Gracias a Ivan Kireev

 

 Actualización: Ven sin dilación el especial navidad de Reflexiones de Repronto

post Los intermediarios de las ideas

Jueves, 8 de noviembre de 2007

Raul Sensato a eso de las 1:48 pm

«Hay tres etapas en el conocimiento científico: primero, la gente rechaza lo que es verdad; luego, niega que sea importante; y, finalmente, atribuye el mérito a quien no corresponde.

Alexander Von Humbolt,
citado en «Breve historia de casi todo»
(Bill Bryson, RBA ed., 2004), pag 403

En el ámbito de las humanidades pasa exactamente lo mismo, pero el poso, el remanente, es radicalmente distinto. Tras la ciencia quedan resultados, tras las humanidades quedan nombres que canibalizar. Apliquen el párrafo a la música y a Operación Triunfo.

Clasificado como: ciencia,citas,filosofia,libros

post Tecnologismo: la fascinación por la tecnología

Miércoles, 7 de noviembre de 2007

Raul Sensato a eso de las 12:07 pm

Una cosa es la tecnología y otra es el tecnologismo. La blogosfera está fascinada por la tecnología. Reseñas y más reseñas de lo último, lo más. Productos comerciales que condensan el eslogan «el futuo ya está aquí».

La teconología conlleva un conocimiento científico que a los tecnofascinados se la trae al pairo. El último premio Nobel de física, que premiaba a dos estudiosos de la física del estado sólido que había multiplicado la capacidad de almacenamiento de los discos duros, ha tenido menos eco entre la gente que los últimos teléfonos móviles.

La pasión por la tecnología es más bien una pasión por lo que viene, que en realidad es -en la mayoría de los casos- una reformulación de lo que ya tenemos. Es un equivalente de algo que ya existe, pero que suena a moderno: es lo que los lingüistas llaman un neologismo. Eso es el tecnologismo. Una situación que está a la orden del día.

El capítulo 8 de Reflexiones de Repronto busca el más sencillo de los aparatos que producen fascinación. La respuesta está aquí abajo:

post Historia de la religión y qué es la fé: caso práctico

Viernes, 24 de agosto de 2007

Raul Sensato a eso de las 12:52 pm

La isla de Tanna, lugar del culto a John Frum

este es el decorado de nuestra historia

En La Vida de Brian, una de las muchas cosas que el equipo de los Monty Python captó bien fue la extrema rapidez con la que puede comenzar un nuevo culto religioso. Puede brotar casi de la noche a la mañana y ahí quedar incorporado a la cultura, donde juega un dominante e inquietante papel. El «Culto a la Riqueza» de la Melanesia del Pacífico y Nueva Guinea proporciona el ejemplo más famoso de la vida real.

Los isleños notaron que las personas blancas que disfrutaban de [las maravillas tecnológicas posteriores a la segunda guerra mundial] nunca las habían hecho por sí mismos. Cuando tenían cosas que necesitaban reparar, las desechaban y otras nuevas llegaban como “carga” en barcos o, más tarde, aviones. Nunca se vio a ningún hombre blanco hacer o reparar algo, ni, efectivamente, hacer nada que pudiera reconocerse como trabajo útil de cualquier clase (estar sentado tras una mesa barajando papeles era, como es obvio, algún tipo de ritual religioso. Evidentemente, entonces, la “carga” debía ser de origen sobrenatural.

Esta lógica aplastante creó cerca de veinticinco cultos paralelos e independientes en Fiji, en las Islas Salomón y en Nueva Guinea. Fíjense particularmente en este que se centra en la figura mesiánica de John Frum, uno de esos blancos que hacían brotar maravillas de la nada a modo de maná. Su fe se vio refrendada cuando

llegaron tropas norteamericanas, que incluían hombres negros que no eran pobres como los isleños, sino tan llenos de “cargo” como los soldados blancos. Una excitación salvaje invadió la isla. El día del Apocalipsis era inminente. Todo el mundo se preparaba para la venida de John Frum. Uno de los líderes dijo que John Frum vendría de América en avión, y cientos de hombres comenzaron a limpiar el bosque en medio de la isla para que el avión pudiera tener una pista de aterrizaje en la que tomar tierra.

La pista de aterrizaje tenía una torre de control de bambú con “controladores aéreos” llevando auriculares falsos hechos de madera. Había también aviones falsos en la pista de aterrizaje, actuando como decorados, diseñados como señuelo para atraer el avión de John Frum.

La más alta autoridad eclesiástica, un hombre llamado Nambas, afirmaba hablar de forma habitual con él por “radio”. Esta “radio” consistía en una anciana mujer con un alambre eléctrico alrededor de su cintura que entraría en trance y hablaría un galimatías, que Nambas interpretaría como palabras de John Frum.

Esta es básicamente la historia de la religión católica, el judaísmo, el Islam, y todas, todas las demás.

Merecen las mismas carcajadas, porque si una cosa les ha hecho gracia, las otras no difieren en nada.

Las citas están extraidas de «El Espejismo de Dios» de Richard Dawkins
(Espasa Calpe 2007, pags 221-224),
quien a su vez cita el libro «En busca del Paraíso» de Richard Attenborough.

 

(Continúa leyendo aquí…) 

 

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post Indignaciones audiovisuales: un vistazo a la física cuántica

Miércoles, 22 de agosto de 2007

Raul Sensato a eso de las 2:27 pm

el cartel de la vergüenza

Este tufillo a virgen maría debería haber servido para darnos cuenta

Indignado, oigan.

Pero indignado.

Llevo algunos días consumiendo ficción como un poseso. Tebeos, películas, libros, lo que pillo. En mi mesilla hay un pilón de revistas “El Papus” de los ochenta. En la estantería, un brazo de longitud en lomos de prestado. Antes de soltar hay que digerir, y el tiempo estival es más dado al sofá y el disco suave. De ahí que hace algún tiempo que esté en silencio. Estoy cargando el voltaje.

La cuestión es que en medio de este consumo frenético, me topé de bruces con un documental. Tenía dos versiones de él. Mis amigos de profesiones liberales decían que estaba muy bien. Mis amigos con formación científica me decían que no me acercara a él ni con un palo. El documental pretende ser de divulgación científica, y como había salido en un par de conversaciones recientes, procedí al visionado. El título de la pieza es “ y tu qué sabes”, o si traducimos el título original, “¿qué #$*! Sabemos del universo?”

Condensaré mi opinión en dos palabras:

Qué vergüenza.

No se acerquen a esto ni con un palo.

Como esa misma frase me llevó a acercarme al documental, que es precisamente lo que quiero evitar que les pase a ustedes, voy a proceder a explicar por qué este audiovisual es nocivo, mentiroso y torticero. Especialmente torticero.

Para ello, voy a dilatarme en un juicio que no he encontrado por la internet, y que considero necesario teclear. Así que en adelante, pese a que soy muy lego en la materia, voy a hablar un poco de física cuántica, de la visión de la física cuántica, y de cómo aplicarla de forma torticera. Va a ser un poco largo, pero es la única forma de que no quede algo telegráfico e incomprensible.

¿Por dónde empezamos? ¿Por la imagen de ciencia, por la mitología creada al rebufo de la cuántica o por la fijación por la lógica?

Empecemos por lo difícil: la física cuántica.

La física cuántica es un campo en el que los especialistas confiesan abiertamente que no entienden mucho. Es un ataque de sinceridad, pero no se lleven a engaño. No entienden mucho, pero entienden más que los legos. El célebre lema socrático “sólo sé que no se nada” es un canto a la persecución, al análisis y al descubrimiento. No es un ensalzamiento de la ignorancia. Que es una célebre trampa en la que caen los perezosos.

La clave de la física cuántica, en el discurso que pretendo transmitirles, la encontré en una entrevísta con el filósofo esloveno Slavoj Zizek, al que espero que recuerden. En una película-entrevista-discurso titulada “La realidad de lo Virtual”, allá por el minuto doce de cinta, hacía este juicio que creo que es poco conocido:

“¿Qué es la física cuántica? Fórmulas que funcionan, experimentalmente confirmadas, pero que no podemos traducir con nuestra experiencia diaria de realidad ordinaria. Esto es lo traumático de la física cuántica. Literalmente, no podemos entenderla. No en el sentido de que nosotros, los hombres comunes, los idiotas, no la entendemos, y solo un par de científicos pueden. Tampoco ellos pueden. En el sentido de que símplemente funciona, pero si intentas construir una ontología consistente basándote en ella, obtienes resultados sin sentido. Tiempo que va hacia atrás, universos paralelos,… Obtienes cosas que son simplemente sinsentidos en lo que respecta a la noción ordinaria de realidad”.

Este párrafo tiene muchas, muchas consecuencias que voy a intentar enumerar.

La primera: la física cuántica se construye sobre resultados puntuales, independientes, que sólo comprendemos en ese caso particular. No se pueden sacar conclusiones. Antes que nosotros, la comunidad científica ha intentado aplicar la lógica directa, consecuente, para seguir tirando del hilo, con resultados nulos.

Cada vez que al hablar de física cuántica hablamos de gatos que están simultaneamente muertos y vivos, de obras de teatro que pueden ser cualquier obra hasta que se alza el telón, de universos paralelos que se ramifican cada vez que nos tomamos o no nos tomamos un café… estamos recibiendo una explicación puntual, que sirve para que establezcamos en nuestra cabeza una idea menos abstracta que una ecuación. Pero lo importante es que no se pueden dar pasos subsiguientes. No se pueden extraer consecuencias. Esta es la mayor vergüenza del documental que nos ha traido hasta aquí. Dibuja universos paralelos y tira del hilo y miente de tal manera que se ruboriza hasta el celuloide.

Pero de los resultados cuánticos sí que se puede sacar una conclusión más genérica, que es mía y que no tengo herramientas para articular. La existencia de la física cuántica, esa forma de convertir en manejable mecanismos que escapan a nuestro cerebro, y que ha logrado que existan cosas tan reales como el transistor, el teléfono móvil o el ordenador con el que estoy escribiendo este texto, rompe a mis ojos una creencia común. De toda la vida, se ha pensado que las matemáticas son un subconjunto de la lógica. Las matemáticas son lógicas, consecuentes, y sus resultados en principio obedecen a las normas de la lógica.

Lo que infiere Zizek en su intervención es que la física cuántica muestra que las matemáticas permiten desentrañar procesos en los que la lógica no es aplicable. Hay una lógica profunda en las matemáticas que va más allá de la lógica consecuente y que nos permite retratar procesos, refrendados por la naturaleza, que son mentalmente inconcebibles.

Cuando el matemático Grigori Perelman resolvió el tercer teorema de Fermat (un interrogante que había superado las mentes de Einstein, de Newton y de todos los grandes matemáticos de la historia), hizo en una entrevista un retrato de cómo funciona el proceso matemático: estás en una habitación a oscuras y con mucho cuidado vas tanteando. Poco a poco descubres que aquí hay una barra vertical, y ahí hay un agujero, y al fondo hay un círculo. Más adelante te das cuenta de que esa barra vertical es parte de una mesa. Que el agujero tiene una puerta. Que el círculo es blando y fibroso. Y en el gran día en el que todo hace click, es como si encontraras el interruptor de la luz. Y entonces ves claramente, la forma de la mesa, la marca del horno microondas y el dibujo de la alfombra circular. En la física cuántica, no se ha dado ese click todavía. Y mientras tanto, no sabemos si cada barra vertical que encontramos es parte de una escoba, o de un pilar fundamental para la estructura.

De modo que mi vergüenza absoluta ante el audiovisual que me ha traido hasta este teclado tiene la misma base que las carreras unversitarias que se autodenominan “ciencias de” sin ningún fundamento. Que consideran la palabra “ciencia” simplemente un galón, y no un monumento al desarrollo humano consecuente. La química y la física y la astronomía no tienen ningún punto en común con las mal llamadas ciencias de la información.

Piensen en los jabones que dicen “científicamente probado”. Y preguntense –porque es lo crucial- qué es lo que se ha probado. ¿Que el jabón está ahí? ¿Que limpia? ¿Que no se desmenuza con el uso? ¿Qué es, por ejemplo, un kiosko centíficamente probado? ¿Arquitectura? ¿Volumen de ventas? ¿Higiene de los kioskeros? Lo esencial es la determinación, la exactitud, y todo lo demás son fruslerías.

Y de igual manera que los religiosos aceptarían encantados estudios en los que la gente que recibe oraciones se cura más rápido que aquellas por las que no reza nadie (el estudio existe: véanlo en el excepcional libro “el espejismo de Dios” de Richard Dawkins), este documental da a entender que las adivinaciones y la autoayuda y todo el material que aparece en la televisión de madrugada está refrendado científicamente por la física cuántica.

Ese es el tipo de mentiras que no soporto.

El usar la ciencia como galón para defender la fé y los engañabobos.

La trampa es tan simple como el timo de la estampita. Presentas unos resultados de física cuántica cuya forma de expresarlos es necesariamente una metáfora desorbitada (no hay otra forma de narrar los procesos cuánticos). Luego haces una aserciones que por lógica son consecuencia directa de lo que demuestra la ciencia. Y a partir de ahí, tienes campo libre para convencer (léase demostrar, en la versión enferma y cutre del término) de cualquier idea enloquecida sobre el tao, el chi, el fengsui, la resurrección de cristo y la santísima trinidad.

Esto es una vergüenza. Y espero que esta larguísima entrada sirva para aclarar las ideas en este sentido.

Era un trabajo sucio, pero alguien tenía que hacerlo. Espero que comprendan que haya tenido que hacerlo largo.

Tengan cuidado con lo “demostrado científicamente”. Y mantengan alerta, no sólo sus mentes, sino también las de los demás.

 Actualización: adivinen quién ha producido y pagado la película!! 

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