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Martes, 30 de octubre de 2007
Raul Sensato a eso de las 1:27 pm
«Lo que ha estado haciendo la izquierda desde las últimas décadas: seguir inexorablemente el camino de ceder, de acomodarse, de llegar a los «arreglos necesarios» con el enemigo declarado. Representa el socialismo, pero puede defender totalmente el Thatcherismo económico. Representa la ciencia, pero puede defender totalmente la regla de las opiniones múltiples. (…) Como sabemos, hoy día el capital está dividido en dos fracciones (capital industrial tradicional, y capital digital y de información «postmoderno»), y la única manera de que las fracciones [derecha e izquierda] encuentren un denominador común es bajo la bandera del «capitalismo anónimo de la socialdemocracia»: hoy día la única manera de ser capitalista en general es ser un socialdemócrata (de tercera vía). Así es como funciona actualmente la oposición entre izquierda y derecha: la nueva izquierda de tercera vía representa los intereses del capital como tal, en su totalidad, mientras que la derecha actual defiende los intereses de un estrato concreto del capital frente a otros sectores. Es por esto que, para obtener la mayoría, necesita aumentar su base electoral apelando directamente a partes escogidas de la clase trabajadora. Por lo tanto, no es una sorpresa que sea principalmente en los partidos de derecha modernos donce encontremos referencias explícitas a los intereses de la clase trabajadora (medidas proteccionistas contra la mano de obra extranjera más barata, etcétera).
Slavoj Zizek, la tetera prestada, Ed. Losada, pags 102-104
Miércoles, 24 de octubre de 2007
Raul Sensato a eso de las 11:54 am
Javier Pérez Andújar es un grande. Pero un grande entre los grandes. No sé qué parámetros usar para describir su nivel. Javier aparecía en la televisión local de Barcelona explicando clásicos griegos utilizando capítulos de Expediente X, y revelaba vínculos entre, no sé, Tarantino y los rusos afrancesados del diecinueve. Javier maneja la cultura -la grande y la pequeña y la alta y la baja y la sacralizada y la de los contornos: toda; la cultura- y la relaciona con una facilidad y una concreción que te muestra de un plumazo, de dónde hemos venido, a dónde intentábamos llegar y dónde hemos acabado, y por qué es lo mismo que ha sucedido en este o este otro caso célebre. Su capacidad para explicar y ubicar y conectar es sencillamente insuperable.
Este es el perfil del comentarista cultural ideal. Y pienso -con la mano en el corazón- que Javier Pérez Andújar es el mejor del mundo. No bromeo. Del mundo.
Ahora Javier Pérez Andújar ha escrito en su novela Los Príncipes Valientes un retrato de la Barcelona que le tocó en su juventud, y la ha leído con una sinceridad que es políticamente incómoda pero realmente necesaria.
Ha decidido no presentar la novela: tiene ese pudor de la persona que atesora y esa voluntad de que la obra literaria tenga su propio recorrido. Y tiene pinta de que el recorrido va a ser largo, porque por lo que parece ha escrito un novelón. Un novelón.
Miren, miren cómo lo valoran en el blog el café de Otaca:
«la he estado leyendo con un nudo en la garganta, porque en cada página he encontrado la reivindicación honesta de la literatura como arte contra la desmemoria, sobre todo contra la desmemoria voluntaria. Y la reivindicación está hecha como sólo merecen reivindicarse estas cosas, con la verdad, rimando cada palabra con su propio sentido.(…)
«Los príncipes valientes” reivindica el desarraigo haciendo de la reivindicación un refugio en forma de novela que, estoy completamente seguro de ello, pasará a la historia de la literatura española. Has escrito sin proponértelo “El Jarama” de una Cataluña que no para de gesticular intentando quitarse según qué pasados de encima.
Me he encontrado con M*, el Gran Crítico, y hemos estado hablando de la novela y me ha dicho que es muy original. “Pero no es sólo eso”, le he contestado yo, “es, además, un gran tratado de ética, con una prosa perfecta, sincera y valiente”. Él me ha reconocido que así era y que has firmado la mejor novela de tu generación..
No puedo esperar para hincarle el diente. Y ustedes no pueden saltársela. El maestro que simultanea textos en el Babelia y en el Mondo Brutto se ha sacado de la chistera una pieza para la historia.
Los príncipes valientes. Tenía que compartirla, antes de empezarla. Corran a por ella, porque está hecha para ustedes.
Actualización: Aquí la crónica del libro, una vez leído.
Viernes, 19 de octubre de 2007
Raul Sensato a eso de las 1:32 pm
Hay proyectos a los que te abalanzas en cuanto te invitan. Elitevisión es uno de esos. Un grupo de avezados hombres de la blogosfera, que saben pulsar el momento en que viven, se dan cuenta de que algo falla. A fecha de hoy, la ficción televisiva es más interesante que la cinematográfica, y utiliza unos códigos -por extensión y dosificación- que el cine no puede desarrollar. Y sin embargo, los comentarios sobre televisión se realizan siguiendo criterios puramente cinematográficos. Una injusticia, y un desastre. Para poner una pica en Flandes, decidieron llamar a los blogueros que consideraban más lúcidos a la hora de comentar cultura popular, y les lanzaron la propuesta: ¿quieren ser los pioneros para desarrollar un nuevo tipo de comentario audiovisual?
Contra todo pronóstico, dijeron sí. Y así nació eliTeVisión, la élite de los titanes de la blogosfera pulsando la historia de la televisión. El manifiesto fundacional se resumía así de telegráficamente:
EliTeVisión da la espalda, así, a los blogs sobre televisión que han heredado todos los vicios de la crítica cinematográfica y analizan las series en función de criterios que solo funcionan en ciclos de noventa minutos.
EliTeVisión reivindica el análisis detallado de la avalancha de argumentos simultáneos e independientes; de las historias-río que duran días, semanas, meses; de los personajes tan complejos que necesitan años para ser estudiados en profundidad.
Por eso, EliTeVisión establece las siguientes reglas para el análisis de la producción seriada televisiva:
– Cada serie será analizada capítulo a capítulo, a razón de un post por entrega
– Cada serie será analizada cronológicamente
Yo sé que ustedes son personas inquietas, que saben estar donde hay que estar, y que pulsan el momento. Ahora tienen un rincón donde esa pulsación toma cuerpo. Un proyecto mastodóntico donde se aunan el talento, el conocimiento, el humor y una absoluta falta de miedo.
Les presento eliTeVision.tv. Entren y Lean. Esto es lo mejor de la blogosfera. Todo lo demás, son metadonas.
Miércoles, 3 de octubre de 2007
Raul Sensato a eso de las 12:23 am
«El superhéroe es un símbolo, un icono, que ha sobrevivido desde su creación hasta nuestros días. Que es un símbolo, está claro. Lo que no está tan claro es de qué es un símbolo.»
La respuesta la tienen en el vídeo que encontrarán pulsando la imagen:
Reflexiones de Repronto- capítulo 3: «Identidad secreta»
Lunes, 1 de octubre de 2007
Raul Sensato a eso de las 12:57 pm
El gran capitán Absence me instó a que me sumergiera en la lectura de «El Martillo Cósmico» de Robert Anton Wilson (en adelante, RAW). Es un trayecto por lo desconocido guiados por un escéptico con poco o ningún interés en embaucar al lector. Eso es lo que hace el libro no sólo soportable, sino muy entretenido. Y por eso lo verán poco en los escaparates de las tiendas que quieren venderles piedras limpiadoras de aura.
RAW es un tipo muy lúcido, o esa es la conclusión que saqué después de ver su conferencia en los extras de la edición DVD de la serie Disinformation. (Y ahora los tebeos de la Marvel han tomado como propia la idea de los Illuminati, «los jefes del mundo en la sombra», así que dentro de treinta años la verán en sus cines). Y hace el doble juego de la creencia y la descreencia, del arrebato místico y la burla abierta, del que nada y guarda la ropa y hace unas cuantas aguadillas en el chapuzón.
De lo que llevo de libro, se me ha pegado a la cabeza su disquisición sobre el LSD. Condensado en una frase, Wilson dice que el Ácido Lisérgico pone en disposición para «regrabar» el sistema nervioso: «El LSD con la disposición y las circunstancias adecuadas puede cambiar cualquier cosa que consideramos parte de nosotros».
Para ilustrar esa imagen, habla de las personas que desarrollaron paranoias permanentes porque los arrestaron en pleno viaje, pero sobre todo se remite a un estudio revelador:
«Leary aplicó esta técnica [LSD condicionado] con presidiarios en un proyecto de reinserción, y sostenía haber reducido el porcentaje de reincidentes en un 80%. Leary había definido el éxito o el fracaso en función de dónde se encontrasen físicamente los cuerpos dos años después de salir de la prisión. En ese momento, observó con satisfacción que el 80% estaba fuera de la cárcel, cuando lo normal es que, en dos años, la mayoría de los que habían salido volvieran a ingresar. El doctor Walter Huston Clark, en 1976, observó que los cuerpos de la mayoría de los condenados que había conocido seguían físicamente fuera de la institución penitenciaria después de 15 años«.
Como ven, Leary, RAW y Clark dan pie a plantearse la reinserción química.
Este párrafo es particularmente apropiado hoy, cuando las televisiones bombardean insistentemente que a los violadores no hay que dejarlos salir de la cárcel cuando han cumplido su condena.
Es tremendamente inquietante porque este bombardeo televisivo
a) se resiste al concepto del castigo social -hay un castigo por comportarse mal, y tras ello hay una segunda oportunidad-
b) se resiste al concepto de la reinserción -que es la base del sistema penitenciario: si no, sólo se tendrían cámaras de gas-, y
c) porque reparte por las ondas una abogacía parda que, a la larga, lleva al linchamiento -santificado como «justicia espontánea»-.
El concepto de la reescritura mental es tan llamativo como peligroso. Vean este otro ejemplo de RAW:
«El doctor Richard Alpert utilizó este mismo método [LSD condicionado] para tratar a un homosexual que deseaba tener relaciones con mujeres […] Dos sesiones con a) pornografía y b) una terapeuta sexual sirvieron para grabar una nueva realidad: el hombre se volvió prácticamente heterosexual«.
A la vista de lo anterior, se pueden hacer escenarios ficticios:
¿Defendería la iglesia el uso del LSD para «enderezar a los homosexuales»? (no, porque requiere una voluntad del individuo; si es reprimido durante el viaje, como hemos dicho, desarrolla una paranoia)
¿Defendería el ciudadano la reescritura del delincuente peligroso? (no, porque al ciudadano de a pie lo que le gusta es linchar)
¿Serviría el LSD para lograr que los chavales que no estudian desarrollen una pasión por la física y las matemáticas? Probablemente. Y esta es la parte más atractiva para los espectadores neutrales, que ni creen en olimpos ni creen en el calentón como justicia.
El uso, la existencia, de la química mental es tan mareante como el propio viaje. Pero da una gran lección, de los malos viajes: las malas compañías se pagan de por vida. Elijan bien a sus compañeros de viaje. Aléjense de las fuerzas del orden. Y quítense esa pasión por linchar.
Las citas de «El Martillo Cósmico I»
vienen de las páginas 81 a 83
de la edición de Palmyra (2006)
Jueves, 27 de septiembre de 2007
Raul Sensato a eso de las 4:59 pm
La actualidad, con décadas de retraso (con perdón):
Adolfo Suárez entrevistado en 1980. Como dice las cosas como eran, la entrevista tarda casi treinta años en aparecer impresa. Un extracto:
Algunos periodistas me preguntan sobre un tema político para tratar de convencerme de sus posturas. Entonces les digo: ¿Ustedes, qué quieren: saber mi opinión o convencerme de la suya?… Porque si vienen a hacerme una entrevista, les interesará conocer mi criterio, supongo. Y tendrían que escucharlo libre de prejuicios. Después, ustedes lo estudian, se informan y, si no les gusta, lo critican… Después, todo lo que ustedes quieran.
Pero sólo se tienen presentes a ellos mismos. Escriben para ellos mismos… Los comentarios políticos suelen ser mensajes que no entiende casi nadie. De ahí que la prensa tenga cada vez menos lectores. De ahí que los políticos estén cada día más separados del pueblo… Porque han acabado todos cociéndose en la gran cloaca madrileña… Y molesta mucho que yo hable de una gran cloaca madrileña. ¡Pero es verdad! No existe la preocupación de sobrevolar por encima. Nadie intenta hacer una crítica objetiva de las actuaciones políticas, con independencia del partido que realiza la acción.
La prensa persigue intereses concretos —políticos o personales del político que le informa—. Defiende las conveniencias de alguien que instrumentaliza a ese periodista. Y los periodistas se han convertido en correas de transmisión de los intereses de grupos determinados.
La entrevista original en ABC la pueden encontrar aquí.
La cita la levantó Escolar, al que deseamos lo mejor para su nuevo periódico Público. La elección de sus colaboradores de entertainment es estelar: Mauro Entrialgo, Bernardo Vergara, Manel Fontdevila, John Tones…
Jueves, 13 de septiembre de 2007
Raul Sensato a eso de las 8:56 am
«Todavía se podría reconocer
algún valor cinematográfico a esta película
si se mantuviera el ritmo:
y no se mantendrá»
Rótulo sobreimpreso en el minuto nueve
La versión audiovisual de «La Sociedad del espectáculo» de Guy Debord, dirigida y locutada por el propio Debord en 1971, es un desastre cinematográfico… y él mismo lo sabe. Ilustrar su clarividente texto con imágenes no es eficaz, porque la interacción entre ambas es tan sutil como insuficiente. Y a eso hay que añadir la cansina entonación de profesor, tan en alza entre los pensadores progres franceses. Pero lo hace a conciencia. Esto soy yo. Esto es un asco, pero es mi asco.
En 1984 Debord prohibió la exhibición de su obra cinematográfica, pero la internet respeta a los genios más que ellos mismos.
Aquí abajo tienen el desastre, y el genio (en una mezcla espesa pero radiante) de «La Sociedad del Espectáculo» de Debord. Una pieza que ha sido importante en el origen de Reflexiones de Repronto, en francés original con subtítulos en inglés:
Lunes, 10 de septiembre de 2007
Raul Sensato a eso de las 9:42 am
Si me permiten el chiste: un espejismo
En cualquier road movie lo importante es el horizonte; tarde o temprano tiene que verse y significar algo por sí mismo, a fin de empaquetar en aquel punto lejano el espíritu de la película. Está bien estudiado que, en el cine europeo, el horizonte significa pérdida o melancolía; en el cine norteamericano, esperanza, imán de pioneros; y en el cine chino o japonés, significa muerte.
Agustín Fernández Mallo: Nocilla Dream, pag 56 (Ed. Candaya)
Los horizones son sociología en foto. Entre los norteamericanos, alejarse de la gente, es una necesidad -no hay mayor humillación para un norteamericano que tener que recurrir al transporte público, regularmente-. El horizonte, lejos de todo el mundo, es esperanza, porque en la soledad no es tanto estar solo como que no te vean mal. En Japón, el sentimiento grupal es inverso, hasta el extremo. No sólo eres parte de un grupo: tienes responsabilidades permanentes hacia ese grupo. Y buscar el horizonte solo puede ser que te han echado del grupo, o que debes huir del grupo por una indiginidad monumental, a sabiendas de que no te aceptarán en un grupo nuevo, a menos que sea en la parte ínfima del escalafón: la muerte. En Europa, el sentimiento de grupo es una cosa intermedia, puedes abandonar el grupo y asociarte a otro, hay dignidad en el uso colectivo de las cosas,… y el horizonte es lo inalcanzable, personas que ya no tenemos, tiempo que ya no vivimos… melancolía.
Hermosa cita, pero con trampa. Como muestra el párrafo anterior, cada visión del horizonte nace del contexto en que se construye. El horizonte, por muy buena que sea la película, no significa algo en sí mismo, particular a esa película. Significa algo acerca de los grupos. Mirar un horizonte, como ven, es como mirar un espejo, pero un espejo que nos refleja como conjunto.
Lunes, 3 de septiembre de 2007
Raul Sensato a eso de las 10:31 pm
1) La libertad individual no existe (o: los mensajes retrógrados sólo necesitan ser apoyados por un producto)
Para asombro de los ciudadanos modernos, la bebida isotónica Powerade se anuncia con el eslogan más retrógrado de las últimas décadas: «¿tu cuerpo te pertenece? Pertenece a quien lo hace funcionar».
La pregunta inicial dice responder a una frase que considera habitual en la mente del espectador: la frase «mi cuerpo me pertenece», un argumento muy frecuente entre las personas que se defienden la homosexualidad y/o el aborto, y en general la libertad individual. Con la excusita de «anunciar un producto», están emitiendo repetidamente en pantalla que tu cuerpo pertenece a «otra cosa» (llámalo dios, llámalo energía) que hace funcionar tu cuerpo y que llora cuando haces cosas malas y que te quiere tanto que te mandará a un lugar con llamas en cuanto se lo permitas.
Lo fascinante es que «anunciar un producto» es más sagrado que defender los intereses de un colectivo. El gobierno de Aragón tuvo un anuncio de televisión en el que defendía que los recursos pertenecen a quienes pueden explotarlos, mientras que Aznar defendía que los recursos son de los jefes (y si alguien se resiste, como los del petróleo, pues se les bombardea). El anuncio del gobierno de Aragón nunca se emitió, ni siquiera después de ganar el juicio por la censura. Porque daba un mensaje «inapropiado».
Pero si anuncias un producto, puedes decir necedades hasta el extremo. Tu cuerpo no te pertenece. Le pertenece a algo de lo que nosotros, casualmente, somos el intermediario oficial. Qué casualidad y qué mala suerte, ¿verdad? La única pena es que el maldito avance social nos impide colocar una esvástica, o un crucifijo guay, en la etiqueta del refresco. Es lo único que nos faltaba para redondear el Powerade. Si es que no hay libertad.
2) Claudia Schiffer es gafe (o: no abandones tu fe)
En una tarde cualquiera, Claudia se queja de que le salen arrugas, se le rompen las puntas del pelo, y el sol le estropea la piel del escote. No hay paz para su martirio constante: tiene problemas si se le riza el pelo y tiene problemas si no se le riza. Claudia es el Job de la belleza. Y ella, como Job, se mantiene firme en su fe: fe en la química y en los potingues.
3) No existe la moderación
Los jaboneros Dove se promocionan con anuncios que pretenden defender a la mujer «real». Sospechosamente, dicen mostrar mujeres «de verdad» de la calle, que no entran en los estándares de las revistas de belleza (un estándar que ya comentamos aquí ).
Repito: Lo Dicen. Necesitan incluirlo en la locución. La imagen no es suficiente; porque la imagen, lógicamente, dice lo contrario. Las mujeres de dove están tan lejanas del estándar de la calle como dicen estarlo del estándar de revista. Son menos extremas en la ficción, pero son ficción. Como «enemigo» intentan colocar las imágenes ficticias, que el imaginario profesional identifica inmediatamente con la marca Adobe, propietarios del Photoshop.
Como es evidente, Dove contra Adobe suena a Kramer contra Kramer. Y es verdad, porque los dos juegan a lo mismo. La supuesta realidad de los jaboneros es como la supuesta realidad de los programas «reality». Dicen ser reales porque hay una ficción más extrema. En el mundo audiovisual, no hay términos medios y los únicos baremos útiles son los extremos. No existe la moderación: todo se referencia a los extremos.
4) La pederastia ya es oficial
Por si no lo creen, vean el anuncio en pelosexy.com (pulsen descargas, y bajen a «anuncio de la tele). El colectivo de socorristas no ha tenido inconveniente en que la empresa Herbal Essences deje entrever que el necesario trabajo de salvamento en playa es compatible con el acoso infantil.
La presentadora Michelle Jenner, imagen de la campaña, aparece en sus programas en La Sexta vestida de estudiante de minifalda y coleta, y de dominatrix calzada de cuero (olé por los guionistas, y por el buen ánimo de la chica). Pero incluso vestida de estudiante, no trasmitía la imagen de niña -el arquetipo de niña- que muestran impúdicamente los del champú a golpe de estilismo. Con maquillaje y vestuario concienzudos, los jaboneros herbales se las han arreglado para entrar en un terreno muuucho más pantanoso. Lo dicen los fabricantes de champú. La pederastia ya es oficial. Casi ná.
Lunes, 3 de septiembre de 2007
Raul Sensato a eso de las 12:18 am
Aquí se mata porque lo dice la ley,
no porque disfrutemos con ello
«
George W. Bush dice ser defensor incondicional de la vida humana, desde la vida embrionaria, incluso hasta el punto de impedir investigaciónes médicas que ciertamente salvaría muchas vidas. Pero es algo más que entusiasta a la hora de atentar contra la vida adulta.
Siendo gobernador, Bush presidió más ejecuciones que cualquier otro gobernador de la historia del estado, con una media de una muerte cada nueve días. ¿Quizá sólo estaba cumpliendo con su deber, aplicando las leyes?
Entonces, ¿cómo tomarnos el famoso informe del periodista de la CNN Tucker Carlson? Carlson, quien personalmente apoya la pena de muerte, quedó conmocionado con la «humorística» interpretación que hizo Bush de una prisionera en el corredor de la muerte, mientras ésta le rogaba un retraso en la ejecución.
«Por favor – se burlaba Bush, contrayendo los labios- «no me mate».
Este, amigos, es el presidente de los Estados Unidos.
No es extraño que políticos españoles, candidatos a presidente, le pongan como modelo. Qué gran imitador. Qué sangre fría.
Cita adaptada para lectura de
El espejismo de Dios (R.Dawkins), pags 311-312.
El informe de Tucker lo pueden leer aquí.
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