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Martes, 1 de noviembre de 2011
Raul Sensato a eso de las 1:16 pm
Adam Curtis es inmenso. Sus documentales asombran por su pulcritud y su elegancia, en una remezcla constante de imágenes de archivo que entroncan con las inquietudes actuales. En su blog hace piezas igual de monumentales: piezas en texto, en lugar de en vídeo, trufadas de vídeos de época que equilibran lo revelador en el fondo y lo encantador en la forma.
Su última entrada habla del fin de los sueños de las izquierdas. Allí saca la figura de Michael Malik, un remedo mafioso de Malcom X que materializó el desencanto que terminó con el progresismo que Wolfe retrató en su Maumauando al parachoques. Y que ha filtrado hasta nuestros días: con las sospechas ante el sindicalismo, por ejemplo. En medio de ese post, cuya lectura en inglés les recomiendo encarecidamente, aparece una biografía de época de Malik. Allí aparecen los Mixed Media Clubs (los pinchadiscos con proyecciones, que son la imagen misma de la juventud de la época gracias al cine desarrollista donde Landa y Bur se iban de discotecas) y los cursos de defensa personal como actividad distintiva en aquel momento.
Lo primero contrasta con el reciente cierre de la discoteca Puzzle, que ha sido el último clavo en el féretro de la Ruta del Bakalao, que ha merecido mejor retrato y desarrollo pero que ha sido conscientemente vapuleada sin valedores, y lo segundo entronca con el Kung Fu como símbolo de la pelea racial, una corriente firme en los tebeos de la Marvel como retraté en este artículo para La Vanguardia.
El vídeo muestra un punto clave en un lugar poco observado. «Una asombrosa historia olvidada» en palabras de Curtis. Un perfil que suma John Liu (icono de Trash Entre Amigos) con los Panteras Negras y con el conflicto capitalista que mantenemos hoy día.
Todo, en los contornos de este vídeo, que requiere este texto.
Bola extra: Piensen en cómo es actualmente la televisión cultural. Piensen en cómo se presentaría a un artista en un programa de La 2. Y en contraste vean, a partir del minuto 8:21, cómo este vídeo presenta a la artista Pauline Boty. Comparen.
Miércoles, 9 de marzo de 2011
Raul Sensato a eso de las 12:56 am
Los gobiernos militares
intentan ocultar el carácter económico
de la violencia,
y los gobiernos parlamentarios
intentan ocultar el carácter violento
de la economía.
Autor desconocido,
citado por Franco Engrassia en la revista Calameo
Martes, 1 de marzo de 2011
Raul Sensato a eso de las 11:08 am
Casi ha pasado una década desde que Gustavo Bueno publicó Telebasura y realidad: aquí lo resume en sus propias palabras. Bueno es muy crítico con la denominación, así que esta entrega de repronto busca acotar algunos indicadores que hacen que optemos por determinar telebasura a ciertos espacios de televisión, más allá de su factura técnica o de sus variadas temáticas. Por ejemplo, la búsqueda inmisericorde de la lágrima. Aquí lo tienen:
Capítulo 41: «Llorar y llorar»
Jueves, 16 de septiembre de 2010
Raul Sensato a eso de las 6:11 pm
Hoy ha nacido El Butano Popular, un espacio de Librepensamiento y explicaciones que tiene un plantel de órdago:
Sr. Ausente * Carlos Acevedo * Jorge de Cascante * Borja Crespo * Mike Ibáñez * Ruben Lardín * Don Lindyhomer * Santiago Lorenzo * Raúl Minchinela * Grace Morales * Francisco Nixon * Miguel Noguera * Joan M. Oleaque * Carlo Padial * Marta Peirano * Javier Pérez Andújar * Joan Ripollès Iranzo * John Tones * Antonio Trashorras * Nacho Vigalondo
Como sé que ir a bulto les agobia, les dirijo a un trío de ejemplos por donde empezar a leer: Éste, éste y éste. [links actualizados]
Y luego me dicen si pueden parar de pasar páginas.
Bola extra: Es de recibo vincular en este rincón al que ha salido de mi puño. Va de anuncios de móvil y es éste.
Miércoles, 27 de enero de 2010
Raul Sensato a eso de las 1:02 pm
Los sindicatos se batían por reducir el número de horas y aumentar los salarios y, en menor medida, controlaban las condiciones de trabajo, pero no tocaban lo que pasaba dentro del trabajo. Un sistema que ha permitido el desarrollo de la sociedad de consumo, el crecimiento económico, pero que no ha tratado la cuestión de la existencia, de la respiración.
La evaluación individualizada de la productividad crea una división en el interior de la persona. El trabajador ha sido transformado en una especie de empleador de sí mismo.
En algunos sectores, ciertamente, se le ha concedido un grado considerable de autonomía, e incluso se puede decir que es más libre. Pero lo que sucede es que una parte de sí mismo -el sujeto- va a emplear a la otra parte -el cuerpo- y le va a pedir una serie de cosas. Si los objetivos que se impone son muy elevados, el sujeto puede pedirle al cuerpo tal vez lo imposible y es así como el cuerpo va a trabajar, no sólo en la empresa, sino fuera de la empresa; por ejemplo, pidiendo al marido o a la esposa que le ayude; formándose a su propio coste.
El trabajo ha desbordado completamente su esfera para invadir la esfera de lo privado. Incluso a los trabajadores se les regala material como ordenadores, teléfonos, etcétera [para extender] su trabajo fuera del espacio de su trabajo.
Ahí es donde empieza el conflicto entre el sujeto que ordena y el cuerpo que obedece. El cuerpo pensante, que es flexible y ligero, no puede serlo más que manteniendo una cierta economía vital; si se le empuja demasiado lejos, es como una máquina a la que se le pide más de la cuenta y se rompe.
La nueva organización del trabajo ha cambiado este relato y los suicidios son el grito desesperado de los trabajadores que sucumben. El Gobierno buscó una razón para los suicidios y los atribuyó a problemas personales. Para mí son un grito de revuelta ante una situación que nos desborda y de la que no podemos escapar; el suicidio abre una brecha para poder tomar el aire, es una cuchillada, como lo fue realmente en el caso de un trabajador de France Télécom que en medio de una reunión se clavó un cuchillo en el abdomen. El que se suicida nos convoca para ver lo que los demás no vemos. Nuestra civilización no es consciente de que está produciendo muertos vivientes, zombis.
Sidi Mohamed Barkat (Tlemcen, Argelia, 1948), profesor e investigador del Departamento de Ergonomía y Ecología Humana de la Universidad de la Sorbona, en esta entrevista en El País. Las intervenciones están aquí reordenadas.
Visto en Fran Nixon
Miércoles, 20 de enero de 2010
Raul Sensato a eso de las 11:17 am
Por eso la China actual es tan inquietante: el capitalismo, siempre, pareció estar inextricablemente vinculado a la democracia. Frente a la explosión capitalista en la República Popular, muchos analistas siguen suponiendo que la democracia política terminará por afirmarse allí.
Pero… ¿qué pasa si este tipo de capitalismo autoritario se demuestra más eficiente, más capaz de producir ganancias que nuestro capitalismo liberal? ¿Y si la democracia ya no es más el acompañamiento necesario y natural del desarrollo económico, sino su impedimento?
Slavoj Zizek pone en su sitio la tensión sobre las libertades, que está sometida bajo el juicio de «lo mejor para la economía».
Se puede afirmar que la economía no existe, pero simultáneamente es -como la religión- una ficción que guarda en sí la directriz, imparable, de la sumisión. Tendrán que ir eligiendo bando.
Texto original en inglés / texto traducido al español
Vía Alvy Singer
Viernes, 8 de enero de 2010
Raul Sensato a eso de las 2:39 pm
No siempre los extras de los dvds me dan alegrías, pero en los del documental loudQUIETloud, que narra la gira de retorno de la banda The Pixies, hay un momento extraordinario.
Caminando junto al mostrador de un restaurant, el hijastro de Frank Black se gira a cámara y le dice al objetivo:
«¿Esto es la película, o esto son los extras del dvd?»
Y estas son, en telegráfico, las categorías de la vida. Según se vive. Los niños lo saben.
Miércoles, 9 de diciembre de 2009
Raul Sensato a eso de las 1:09 pm
A ustedes les sonará a anécdota tonta. Pero si lo que detalla este párrafo es exacto, aquí tenemos un punto troncal sobre la cultura: un ejemplo en el que las etiquetas se cruzan con el metabolismo (marcado por la medicina).
Insisto: no la obra, no la materia de la obra, sino la etiqueta.
Esto es monumental. Denle vueltas:
Un espectador denuncia a un músico de jazz por no tocar jazz
Larry Ochs despertó ayer por la mañana tras una noche de pesadilla. Tras medio siglo en la primera línea del jazz más creativo, y próximo a su jubilación como músico en ejercicio, el fundador del influyente grupo Rova Quartet no se había visto en nada parecido a lo vivido la noche del lunes en una pequeña localidad castellana. Su concierto, que ponía el punto final al V Festival de Jazz de Sigüenza, a punto estuvo de ser cancelado manu militari por la autoridad competente. Motivo: la música del saxofonista, a juicio de un espectador y sus acompañantes, no era jazz sino «música contemporánea», género que el denunciado tiene «contraindicado psicológicamente» por prescripción facultativa. Así consta en la hoja de reclamación cumplimentada en el lugar de los hechos, previa a la denuncia.
La noticia sigue en El País
Miércoles, 25 de noviembre de 2009
Raul Sensato a eso de las 1:33 pm
Sólo se nos permiten ciertos héroes.
[Me preguntaron en televisión] si creía que el hombre de la plaza de Tiananmen que se puso delante de los tanques y los detuvo un tiempo, era un héroe. Les contesté «Bueno, sí, es difícil negar que alguien que se pone delante de algo tan imponente como un tanque por razones morales y políticas, sí, eso es muy heroico». Pero también hay que señalar que se parece mucho, pongamos, a Jan Palach, el joven patriota checo que se prendió fuego frente a los tanques cuando entraron en Praga a finales de los sesenta.
Ahora bien, lo que tienen en comun Jan Palach y el hombre de Tiananmen es que los dos son héroes anti-comunistas.
Aquí mismo [en Inglaterra], durante el régimen de Thatcher, hubo un parado del norte que vino en coche a Londres, aparcó en un extremo de Downing Street, que es la residencia de todo Primer Ministro, y le prendió fuego a su coche con él mismo dentro, como medio de protesta contra las políticas económicas que habían destruido su vida, que le habían arrebatado su trabajo, su dignidad y todo lo demás.
Lo contaron en el informativo de la tarde, el día en que sucedió. No apareció en el informativo de la noche. No se mencionó en los dias siguientes. Como una semana más tarde, creo, emitieron una imagen de su viuda, de pie ante la tumba, con expresión confundida.
La cuestión es que no veo una gran diferencia entre lo que hizo este hombre en Londres, y lo que Jan Palach había hecho en Praga. Los dos se prendieron fuego protestando contra un régimen que se les impuso.
La única diferencia es que uno de ellos protestaba contra el régimen comunista, y el otro estaba protestando contra el régimen capitalista de mercado libre que se le imponía.
No se nos permite tener a uno de ésos como heroes: sólo se nos permite tener al hombre de Tiananmen o a Jan Palach.
Que no digo que no fueran héroes; sólo digo que fueron héroes que se nos permitieron, porque estaban protestando contra el «imperio del mal». Mientras que si alguien protesta contra nosotros o lucha contra nosotros, dado que nosotros somos los buenos, deben estar locos o ser malos y por tanto no deben ser tratados como héroes. Esta es la actitud general.
Alan Moore,
entrevistado en The Extraordinary works of Alan Moore (TwoMorrows, 2002), págs 115-116.
No he encontrado ninguna referencia en internet sobre el hombre que se prendió fuego en Londres.
Tampoco en las hemerotecas digitales españolas: ABC no ofrece un vínculo directo para sus «Resultados encontrados: 29 para fuego Y «downing street» entre 01/01/1979 y 31/12/1990 en todas las publicaciones», pero pueden comprobar la búsqueda en El País y en La Vanguardia.
[Actualización: Javi lo ha encontrado en la hemeroteca del New York Times:: link 1, link 2. Se llamaba Derek Bainbridge. Tenía 41 años]
La cita está sacada a colación de los comentarios
del capítulo 27 de Reflexiones de Repronto.
Martes, 17 de noviembre de 2009
Raul Sensato a eso de las 8:47 am
[Ortega y Gasset] seguía muy interesado por la teoría del toreo. Tanto, que entre los temas que se le quedaron «trasconejados», como él gustaba decir, figuraba un estudio sobre «Paquiro o de las corridas de toros». Si no llegó a escribirlo, nos queda un esquema, escueto, pero sustancioso. Se debe al instinto vivaz y a la pluma del maestro Luis Calvo (…) que recoge de manera puntual lo que mi padre dijo sobre el toreo, una tarde [que se reunieron Ortega y Gasset, el matador Domingo Ortega y José María de Cossío, el autor del célebre Los Toros]:
En la finca serrana del torero Ortega, el Ortega filósofo no pudo torear esta vez: le agobian los años para un ejercicio tan violento. Pero explayó, en cambio, su teoría. La cosa fue porque unas estampas de viejos toreros jarifos de patillas, catite y barbuquejo proyectaron la charla hacia la remota y plebeya iniciación de la fiesta. A José María de Cossío, como historiador escueto, y a Ortega y Gasset, como escoliasta de la vida española, les salía al verbo y al ademán el gozo de ir simultáneamente reviviendo y animando un pasado memorable, acordados -filósoío y cronista- -en todos los puntos e hilvanes informativos. Ortega y Gasset nos bosquejó un cuadro completo de la fiesta, refiriéndolo al panorama general de la historia de España, con escorzos de época y de regiones. Los tres siglos que llevamos de toreo plebeyo de a pie dan una exudación de materia narrativa más jugosa que los censos y memoriales.
Cuando la aristocracia se apea como clase rectora del caballo y rinde la lanza y salta la plebe del siglo XVII a la plaza, el mismo alarde que lleva a pueblo a los toros queda impreso desde entonces en la vida nacional, porque hay un sincretismo inveterado del toreo con todas las actividades de la raza, y el espíritu creador que inventa y perfecciona la capa, la muleta y las suertes de la lidia, da tono a la política y a las artes.
Los primeros toreros son vizcaínos y navarros, y torean con movimientos horizontales y de zigzag.
Los andaluces vienen luego y dan a la fiesta un ritmo ondulante de baile. El Norte crea un toreo esquinado; el Sur, un toreo de curvas.
-¿Se toreaba entonces mejor que ahora? -le preguntamos.
-Ahora no se torea. Hoy se hace estilo, y como el artista oculta la falta de densidad humana con el artificio, los toreros de hoy ocultan en el estilismo la ausencia de arte. El día en que se colocaron petos a los caballos, la fiesta de los toros perdió su sabor de drama caliente, que estaba, por cierto, condensado en el quite. Hoy no hay quites. El torero busca en esa suerte su lucimiento y huye de un peligro que hay que afrontar de cara, metiéndose incluso por debajo del caballo, y arrastrando al toro con la punta del capote, porque en el quite hay que salvar al toro, a! caballo y al picador.
Hoy se torea de lado, dando al toro el costado y no el pecho. Antes desafiaba el lidiador al toro con la capa fruncida sobre su pecho, y abrir esa capa era ya una escena varonil de garbo y drama. Antes los toros eran mansos y bravos, y el torero tenía que vencer las dificultades de una lucha a muerte. Hoy, todos los toros son bravos, y la selección crea un tipo uniforme. Antes, el torero triunfaba y fracasaba en una misma tarde, porque un toro era bueno para la lidia, y otro, no. La fiesta era entonces gallarda, impetuosa, aspira y frenética. Hoy es nada más que monótona y pulida, y tiene el tedio de todo lo primoroso. Volutas.
Ortega y Gasset inspiró la obra Los Toros, que José María de Cossío ha dirigido, aunque con un concepto que no se ajusta a la orientación primigenia, en la que no figuraban biografías de lidiadores, ni repertorios anecdóticos.
El texto de Calvo está tomado del diario ABC
del 2 de junio de 1946: página 8 y página 9.
El resto pertenece a Miguel Ortega,
en su libro «Ortega y Gasset, mi padre»
(Espejo de España, 1983, págs 182-183)
Las negritas, evidentemente, son mías.
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