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post Karma chungo para el alma moderna

Martes, 29 de enero de 2008

Raul Sensato a eso de las 9:31 pm

Karma chungo: el budismo basura en 15 cuentos y un koan.

Ji Ha Chol, maestro zen y una leyenda en lo que se ha dado en llamar la meditación compulsiva, decidió hace unos años traducir una serie de preceptos y parábolas budistas a un lenguaje menos contemplativo, más expeditivo, y a unas situaciones actuales o incluso futuras, proyectándose en el tiempo. El Zen en el futuro. (…)

El mosquito y el padre

Erase que se era un hombre honrado y su hijo, un poco ingenuo, más bien corto. Apretaete. Este hijo era muy honesto y muy respetuoso hacia su padre. Siempre le seguía a todas partes.

Un día de verano estando en la montaña temática después de haberse zampado mano a mano una señora paella de arroz transgénico PaellaTrash® tamaño king size y de haberse soplado un brik import de sangría Spanish®, padre e hijo dormían un siestorro sobre la hierba del bosque. Un mosquito fue a posarse sobre la calva del padre. El hijo se despertó. Era muy amable con su padre. Mucho. Por eso cogió un garrote y golpeó al mosquito. El mosquito, claro, se fue volando, pero su padre palmó del garrotazo, con la cabeza abierta como una sandía. Y el chaval acusado de parricidio. Es un koan.

Se odia al enemigo. El enemigo huye y el padre muere. Y el enemigo te lleva al talego. Esto es parecido a admirarse a sí mismo y hacer pedazos a los demás. en la época moderna, esta es una actitud muy corriente, sobre todo en los políticos, en los hombres de estado. Es la crisis moderna. La depravación total, las microwave paellas y la sangría de brik.

Extracto de Karma chungo: el budismo basura en 15 cuentos y un koan.

Pensamiento Zen para el lector posmoderno. Para entendernos: Zen 2.0. Con la supervisión de Mess/Age.

6 euros. Aquí.

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post Regalos de última hora: Los príncipes valientes

Sábado, 5 de enero de 2008

Raul Sensato a eso de las 2:34 pm

Se que muchos de ustedes están aún mordiéndose las uñas pensando qué demonios regalar en estas fiestas.

A ver, si tienen dinero, compren uno de esos aparatos de apple (un teléfono y/o reproductor de pantalla táctil), y quedarán como unos señores.

Pero si tienen un presupuesto más moderado, o si tienen que dárselo a una de esas personas que ya tienen de todo,

(y siempre suponiendo que el receptor del regalo es una persona a la que le gusta leer)

…mi sugerencia es que opten por Los príncipes valientes de Javier Pérez Andújar.

principes valientes

 

Ya les dije que les debía un comentario de texto sobre esta joya, de modo que más me vale hacerlo ahora, a vuelapluma.

1) En el ensayo literario Afterpop, Eloy Fernandez Porta denunciaba a los autores que narraban a sus personajes abriendo la nevera para tomar “un refresco”, evitando las marcas comerciales, en realidad evitando las marcas de tiempo, intentando crear una obra “para la historia”, sin elementos que caduquen. Las obras valientes juegan justo a lo contrario, y son las que verdaderamente crean obras memorables. De hecho, es la concreción, la que convierte una obra en incombustible. El escritor Mark Millar pone como ejemplo el monumental tebeo Watchmen. Con todas sus referencias temporales, con toda su concreción, watchmen sobrevive décadas como best seller porque encapsula perfectamente una época concreta. Los Príncipes Valientes es, en eso, una obra tan monumental como watchmen, porque encapsula toda una época, que es además el arranque de lo que se ha venido en llamar la modernidad y que el autor apunta en una frase genial: “para cuando conseguí ser un hombre moderno, ya se había pasado de moda”.

2) Lo que narra Javier es el momento exacto en el que la cultura popular descompensa la balanza y le gana la batalla a la cultura tradicional. Que es una situación fascinante con unas consecuencias extraordinarias, que todo el mundo da por hecho, pero que nadie ha estudiado más allá de lamentos “los niños ya no leen a Larra” y “la culpa es de hollywood/el erotismo/los videojuegos”. La tremenda diferencia es que Javier Pérez Andújar maneja con igual profundidad la literatura española del diecinueve como las historietas de Dossier Negro, y le coloca en una posición privilegiada para explicar la situación cultural más relevante del siglo XX desde ambos lados de la barrera, sin lamentos, con ojos de niño que se fascina al ver crecer y desarrollarse un árbol que hasta entonces era completamente desconocido. Y en particular, desarrolla cómo el lamento “los niños ya no leen a Larra” es en gran medida una pose, o un lloriqueo de despistado, que no se qué es peor.

El ojo certero de Javier traza líneas entre lo clásico y lo moderno y te revela que todos abundan en lecciones similares, y que lo mismo te da aprenderlas leyendo al arcipreste de hita que con capítulos de Superagente 86. En particular, es deslumbrante cómo te muestra que la picaresca en particular sigue viva y ha sido fundamental, y traza líneas entre el cojo del buscón y el cojo de Cowboy de Medianoche y sobre todo los primeros personajes de Bruguera, que salían a la calle a ver qué pasa, que es el verdadero alma de la picaresca. El Bruguera posterior es otra historia: Mortadelo y Anacleto salían a cumplir misiones, Zipi y Zape a lo que les mandaban sus padres, Sir Tim o’Teo a resolver el crimen del día. Pero el tradicional personaje de Bruguera salía a la nada, a buscarse la vida, que también era buscar la vida. Eso es el lazarillo, pero no requieres leer al lazarillo para saberlo.

La cultura popular abunda esas mismas lecciones, y Los Príncipes Valientes describe, desde dentro y con una brillantez deslumbrante, el proceso de sustitución (en relevancia en el hombre de la calle) y de complementariedad (entre los hombres inquietos).

3) Yo me equivoqué en mi primera lectura de Los Príncipes Valientes. Me cegué con la lírica con la que arranca el texto, y me lancé a leerlo como se lee la poesía y los textos de redacción elaborada: despacio, disfrutando la artesanía del lenguaje, dosificando al máximo el libro, leyéndolo en entregas muy cortas, el tiempo que aguanta la lírica sobrecogiéndote en la lectura. Recreándome levantando a la luz cada brillante.

Esa lectura es muy satisfactoria, pero hay una mejor. En mi segunda lectura, me abalancé sobre el texto, y no me dejé ralentizar por el evidente talento de orfebre de la palabra de Javier, y seguía y seguía y me daba cuenta de que cada una de esas gemas que levantaba antes, ahora se iban acumulando, y al rato estabas navegando sobre un alud de diamantes, de ideas geniales, de revelaciones que ninguno de los sesudos analistas del siglo XX había visto pese a tenerla en sus narices, y ese navegar sobre algo tan bello y tan inteligente y tan revelador es el mejor regalo que puede dar un escritor, o sea, una persona que tiene cosas que decir y talento para decirlas mejor que nadie.

Me lo recordó Absence

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post Celebrando el nacimiento de dios el 25 de diciembre

Martes, 25 de diciembre de 2007

Raul Sensato a eso de las 5:55 pm

Fue un dios y nació el 25 de diciembre, hijo de madre virgen.
Su nacimiento fue marcado por una estrella en el este, que siguieron tres reyes para localizar al salvador recién nacido.

Su nombre es

Horus

, y es el dios sol egipcio, hijo de la virgen Isis.

Horus es un personaje de ficción.

Feliz cumpleaños. Feliz navidad.

Busquen a Horus en el minuto 13 de video

Mas datos sobre la navidad como herencia del acerbo antiquísimo de Egipto en este enlace.

Gracias a Ivan Kireev

 

 Actualización: Ven sin dilación el especial navidad de Reflexiones de Repronto

post Heroes del Silencio – un fenómeno contado en primera persona – nuevo libro

Jueves, 22 de noviembre de 2007

Raul Sensato a eso de las 2:02 am

Heroes del Silencio - un fenómeno contado en primera persona- nuevo libro

 

Parece que ya les estoy oyendo. ¿Cómo es que Raúl Sensato ha escrito un libro sobre Héroes del Silencio? Si no es particularmente fan de la banda, ni habla con frecuencia de su música, ¿a qué viene este interés? Probablemente pensarán que es una forma de hacer caja aprovechando el tirón de su regreso. No es cierto. O no del todo, porque este texto ha sido motivado por el regreso del grupo; nació exactamente allí. Es consecuencia de ese tirón. Y ójala el tirón sirva para prodigar el mensaje que pretendo transmitir.

Ustedes me han visto en Reflexiones de Repronto condensar tesis en cinco minutos. Para explicar ésta, necesito tres horas de su atención. Entenderán que es una idea relevante y compleja.

Si quieren el enunciado en hipertelegráfico, vean esta cita de Raoul Vaneigem, que aparece en el último libro de Kiko Amat: «No deseo una secuencia de instantes, sino un gran momento

El fenómeno de los héroes, que es algo que está más allá de su discografía y sus conciertos y sus canciones y sus entrevistas, ha sido ese «gran momento» que apunta Vaneigem, pero no para la música en concreto, sino para la cultura popular urbana española. Y explicarlo requiere tiempo. Y dedicación.

En ello he estado esta temporada que han visto que el blog ha bajado el pistón (aunque compensado por las apariciones del Doctor Repronto), tecleando y tecleando y borrando hasta eliminar todo lo que no era esencial para la tesis.

Este no es un libro de música estándar. Ni lista todas las canciones de cada disco, ni aborda los significados de cada letra de canción, ni narra qué hacía la banda en tal o cual grabación. Es un libro distinto, sin morralla, sin paja, en el que todo lo que hay redunda específicamente en la tesis que presentamos. En cierta medida, es un libro dirigido a los que no son seguidores de la banda. No para convencerles de que deberían gustarles -que es un objetivo infame- sino para que vean con perspectiva un fenómeno imprescindible para entender la cultura popular moderna.

Curiosamente, mientras estaba dedicado al texto, los chicos de Coloriuris -que protegen este blog y las entregas de Reflexiones de Repronto– me dijeron que iban a iniciar una plataforma de ventas digitales. Dicho y hecho.

El libro está maquetado con formato de caja de DVD, para encajarlo entre sus películas -o conciertos- favoritos, en caso de que deseen imprimirlo.

El proceso de compra de Coloriuris no es cómodo, y pide más datos de lo habitual. Sean comprensivos. La historia que queremos contar vale ese pequeño esfuerzo. Eso, y un euro.

Héroes del Silencio –
un fenómeno contado
en primera persona

 

Casualmente, esta es la entrada número mil de este blog.
Eso que cae es confetti.

post La modernidá, en telegráfico

Miércoles, 14 de noviembre de 2007

Raul Sensato a eso de las 12:50 pm

Sería interesante que la definición literaria-intencional de posmodernismo («yo soy escritor posmoderno porque quiero») se complementara con una visión más social-pragmática. Tal como yo lo veo, uno es posmoderno no porque haya leído un artículo de Derrida o el último número de Neo2, sino porque vive en un medio en que sus deseos y aspiraciones han sido acelerados a la velocidad del consumo, en que los criterios de legitimación y valor que solíamos llamar «modernos» han sido sustituidos por otros creados por los mass media, en que la geografía está más determinada por las corporaciones que por los Estados-Nación, en que se está sometido a políticas de control y legislaciones que difícilmente pueden seguir llamándose modernas. (I.e., ya que hablamos de ciencia: la posibilidad legal de patentar seres humanos -microbios modificados genéticamente- viene a cuestionar la distinción moderna entre «vida natural» y «producto comercial»). Todo esto es, hasta donde yo puedo ver, una realidad envolvente, que no es paranoia de Derrida sino que existe.

El maestro Eloy Fernandez Porta,
citado en el blog del gran Alvy Singer.

Sigan leyendo aquí, que es para no perdérselo. ¡Y es un comentario de Blog! ¡Qué forma de soltar las cosas como si nada! ¡Un maestro!

Actualización: la discusión entera (kilométrica y sabrosa) esta en este vínculo.

post Los intermediarios de las ideas

Jueves, 8 de noviembre de 2007

Raul Sensato a eso de las 1:48 pm

«Hay tres etapas en el conocimiento científico: primero, la gente rechaza lo que es verdad; luego, niega que sea importante; y, finalmente, atribuye el mérito a quien no corresponde.

Alexander Von Humbolt,
citado en «Breve historia de casi todo»
(Bill Bryson, RBA ed., 2004), pag 403

En el ámbito de las humanidades pasa exactamente lo mismo, pero el poso, el remanente, es radicalmente distinto. Tras la ciencia quedan resultados, tras las humanidades quedan nombres que canibalizar. Apliquen el párrafo a la música y a Operación Triunfo.

Clasificado como: ciencia,citas,filosofia,libros

post Los príncipes valientes

Miércoles, 24 de octubre de 2007

Raul Sensato a eso de las 11:54 am

Los príncipes valientes, de Javier Pérez Andújar

Javier Pérez Andújar es un grande. Pero un grande entre los grandes. No sé qué parámetros usar para describir su nivel. Javier aparecía en la televisión local de Barcelona explicando clásicos griegos utilizando capítulos de Expediente X, y revelaba vínculos entre, no sé, Tarantino y los rusos afrancesados del diecinueve. Javier maneja la cultura -la grande y la pequeña y la alta y la baja y la sacralizada y la de los contornos: toda; la cultura- y la relaciona con una facilidad y una concreción que te muestra de un plumazo, de dónde hemos venido, a dónde intentábamos llegar y dónde hemos acabado, y por qué es lo mismo que ha sucedido en este o este otro caso célebre. Su capacidad para explicar y ubicar y conectar es sencillamente insuperable.

Este es el perfil del comentarista cultural ideal. Y pienso -con la mano en el corazón- que Javier Pérez Andújar es el mejor del mundo. No bromeo. Del mundo.

Ahora Javier Pérez Andújar ha escrito en su novela Los Príncipes Valientes un retrato de la Barcelona que le tocó en su juventud, y la ha leído con una sinceridad que es políticamente incómoda pero realmente necesaria.

Ha decidido no presentar la novela: tiene ese pudor de la persona que atesora y esa voluntad de que la obra literaria tenga su propio recorrido. Y tiene pinta de que el recorrido va a ser largo, porque por lo que parece ha escrito un novelón. Un novelón.

Miren, miren cómo lo valoran en el blog el café de Otaca:

«la he estado leyendo con un nudo en la garganta, porque en cada página he encontrado la reivindicación honesta de la literatura como arte contra la desmemoria, sobre todo contra la desmemoria voluntaria. Y la reivindicación está hecha como sólo merecen reivindicarse estas cosas, con la verdad, rimando cada palabra con su propio sentido.(…)

«Los príncipes valientes” reivindica el desarraigo haciendo de la reivindicación un refugio en forma de novela que, estoy completamente seguro de ello, pasará a la historia de la literatura española. Has escrito sin proponértelo “El Jarama” de una Cataluña que no para de gesticular intentando quitarse según qué pasados de encima.

Me he encontrado con M*, el Gran Crítico, y  hemos estado hablando de la novela y  me ha dicho que es muy original. “Pero no es sólo eso”, le he contestado yo, “es, además, un gran tratado de ética, con una prosa perfecta, sincera y valiente”. Él me ha reconocido que así era y que has firmado la mejor novela de tu generación..

No puedo esperar para hincarle el diente. Y ustedes no pueden saltársela. El maestro que simultanea textos en el Babelia y en el Mondo Brutto se ha sacado de la chistera una pieza para la historia.

Los príncipes valientes. Tenía que compartirla, antes de empezarla. Corran a por ella, porque está hecha para ustedes.

Actualización: Aquí la crónica del libro, una vez leído.

post Cosas que dan gusto

Martes, 23 de octubre de 2007

Raul Sensato a eso de las 1:06 pm

subido a hombros de titanes

Uno:

Ayer en la Fnac de Barcelona, se reunió una mesa de titanes para denunciar el maltrato para las nuevas generaciones de escritores. Moderaba el maestro Eloy Fernández Porta (de cuyo tremendo libro afterpop ya hemos hablado aquí), y le acompañaban Alvy Singer (socio de vuelos en eliTeVisión), el escritor y crítico Vicente Luis Mora (con su recentísima Circular 07) y la poetisa Myriam Reyes, que hace unos experimentos líricos en Flash y audiovisual que la crítica aún no sabe por donde coger.

La reunión la condensó F.Porta en una historia que tituló «la popización forzosa del nuevo escritor«, en la que contaba que, para poder publicar su colección de relatos, tuvo que sustituir el evocador título original por otro hacía un doble juego con el orden universal: «Caras B de la música de las esferas», y que en las críticas era sistemáticamente rebautizada como «caras B». En los múltiples relatos entrelazados del volumen, adoptaba formas de narración romana, medieval, etc, entre ellos había uno, anecdótico, adoptando narración actual. De nuevo las críticas se centraron sobre ese tramo y obviaron -probablemente por severa ceguera literaria- los demás textos, la trama que urdían juntos y el monumental tramo final que le daba la vuelta a un conocido texto y en lugar de resistir las tentaciones, el personaje alcanza la virtud a través de los vicios. Todo eso fue ignorado. Los críticos en bloque -con una excepción que detallaba don Eloy- se cegaron en lo pop. Porque el título tenía un detalle pop, obligado para su publicación, se cegaron con el pop e ignoraron la materia literaria de la obra. Para publicar, tienes que titular pop: si no no publicas. Y te etiquetan como pop, porque el título debe condensar el alma de la obra. Lo hacía, claro, pero si no caías en la trampa de las caras B. Un desastre. Esta es la situación, forzosa, a fecha de hoy.

Estuvieron todos a un gran nivel, Porta repartiendo juego, Mora definiendo las reglas de la partida -muy grande, Mora-, Alvy mostrando la perspectiva de los que llegan -Alvy es muy joven, y muy interesante- y Myriam en el espacio que los demás dejaron sin pisar. Hasta hubo un detalle para mi ego: Porta me sacó como ejemplo, de refilón, sin saber que yo estaba en la sala. Lo que mostró que lo hacía con sinceridad.

Tuve el privilegio de tomar unas cañas con nuestros protagonistas. En un arranque de sociabilidad, don Eloy me apunto las directrices de su siguiente obra, y me enganchó de inmediato. Estoy impaciente por poder sumergirme en ella. Gran tarde. Con cena y copas y música siniestra, o afterpunk que dicen los puristas. Da gusto ver que los titanes, son personas que dan gusto.

Dos:

Esta noche hablaré en la radio del videoblog Reflexiones de Repronto, en la emisora icatfm, junto con Absence. Lo pueden seguir por internet, incluso por video. No tienen excusa. Las instrucciones las detallo aquí.

post El ácido y la reescritura mental

Lunes, 1 de octubre de 2007

Raul Sensato a eso de las 12:57 pm

El martillo cósmico I

El gran capitán Absence me instó a que me sumergiera en la lectura de «El Martillo Cósmico» de Robert Anton Wilson (en adelante, RAW). Es un trayecto por lo desconocido guiados por un escéptico con poco o ningún interés en embaucar al lector. Eso es lo que hace el libro no sólo soportable, sino muy entretenido. Y por eso lo verán poco en los escaparates de las tiendas que quieren venderles piedras limpiadoras de aura.

RAW es un tipo muy lúcido, o esa es la conclusión que saqué después de ver su conferencia en los extras de la edición DVD de la serie Disinformation. (Y ahora los tebeos de la Marvel han tomado como propia la idea de los Illuminati, «los jefes del mundo en la sombra», así que dentro de treinta años la verán en sus cines). Y hace el doble juego de la creencia y la descreencia, del arrebato místico y la burla abierta, del que nada y guarda la ropa y hace unas cuantas aguadillas en el chapuzón.

De lo que llevo de libro, se me ha pegado a la cabeza su disquisición sobre el LSD. Condensado en una frase, Wilson dice que el Ácido Lisérgico pone en disposición para «regrabar» el sistema nervioso: «El LSD con la disposición y las circunstancias adecuadas puede cambiar cualquier cosa que consideramos parte de nosotros».

Para ilustrar esa imagen, habla de las personas que desarrollaron paranoias permanentes porque los arrestaron en pleno viaje, pero sobre todo se remite a un estudio revelador:

«Leary aplicó esta técnica [LSD condicionado] con presidiarios en un proyecto de reinserción, y sostenía haber reducido el porcentaje de reincidentes en un 80%. Leary había definido el éxito o el fracaso en función de dónde se encontrasen físicamente los cuerpos dos años después de salir de la prisión. En ese momento, observó con satisfacción que el 80% estaba fuera de la cárcel, cuando lo normal es que, en dos años, la mayoría de los que habían salido volvieran a ingresar. El doctor Walter Huston Clark, en 1976, observó que los cuerpos de la mayoría de los condenados que había conocido seguían físicamente fuera de la institución penitenciaria después de 15 años«.

Como ven, Leary, RAW y Clark dan pie a plantearse la reinserción química.

Este párrafo es particularmente apropiado hoy, cuando las televisiones bombardean insistentemente que a los violadores no hay que dejarlos salir de la cárcel cuando han cumplido su condena.

Es tremendamente inquietante porque este bombardeo televisivo
a) se resiste al concepto del castigo social -hay un castigo por comportarse mal, y tras ello hay una segunda oportunidad-
b) se resiste al concepto de la reinserción -que es la base del sistema penitenciario: si no, sólo se tendrían cámaras de gas-, y
c) porque reparte por las ondas una abogacía parda que, a la larga, lleva al linchamiento -santificado como «justicia espontánea»-.

El concepto de la reescritura mental es tan llamativo como peligroso. Vean este otro ejemplo de RAW:

«El doctor Richard Alpert utilizó este mismo método [LSD condicionado] para tratar a un homosexual que deseaba tener relaciones con mujeres […] Dos sesiones con a) pornografía y b) una terapeuta sexual sirvieron para grabar una nueva realidad: el hombre se volvió prácticamente heterosexual«.

A la vista de lo anterior, se pueden hacer escenarios ficticios:

¿Defendería la iglesia el uso del LSD para «enderezar a los homosexuales»? (no, porque requiere una voluntad del individuo; si es reprimido durante el viaje, como hemos dicho, desarrolla una paranoia)

¿Defendería el ciudadano la reescritura del delincuente peligroso? (no, porque al ciudadano de a pie lo que le gusta es linchar)

¿Serviría el LSD para lograr que los chavales que no estudian desarrollen una pasión por la física y las matemáticas? Probablemente. Y esta es la parte más atractiva para los espectadores neutrales, que ni creen en olimpos ni creen en el calentón como justicia.

El uso, la existencia, de la química mental es tan mareante como el propio viaje. Pero da una gran lección, de los malos viajes: las malas compañías se pagan de por vida. Elijan bien a sus compañeros de viaje. Aléjense de las fuerzas del orden. Y quítense esa pasión por linchar.

Las citas de «El Martillo Cósmico I»
vienen de las páginas 81 a 83
de la edición de Palmyra (2006)

post Repronto menos cinco: Accidents polipoétics

Viernes, 14 de septiembre de 2007

Raul Sensato a eso de las 10:09 am

Rafael Metlikovez y Xavier Theros

Rafael Metlikovez y Xavier Theros. Todos en pie.

Corría el año 96, y yo estaba tomándome algo en el Fantasma de los Ojos Azules, en el original de la calle Rocasolano. En aquellos tiempos preemule, de pronto se desmarcaban con cosas como «ocho horas de capítulos de Mazinger Z». Lo recuerdo porque conservo el poster, pintado a rotulador, que lucía la puerta del bar. En música, sonaba de todo. Una tarde, la música paró y se escucharon dos puras voces recitando. En un instante estábamos todos escuchando detenidamente: «Todos tenemos la razón«, decía la voz. Era una rareza elegida por el pinchadiscos. Cuidadosamente elegida, pero yo aún no lo sabía. Cuando acabó el tema, el poema, lo celebramos con un aplauso y seguimos con nuestras copas. Le pregunto al pinchadiscos y me dice que son Accidents Polipoétics. Mi memoria lo borra inmediatamente, demasiado ocupada en seguir con la fiesta.

Avance rápido. Estoy en la mediateca de Barcelona, buscando díscos para tomar de préstamo. Es el año 2000. Una portada me detiene, dos ancianos en blanco y negro. El título del disco es «polipoesía urbana de pueblo«. Los autores son Accidents Polipoétics. Mi memoria, contra todo pronóstico, corrobora que ese es un nombre ya citado. Me lo llevo prestado. Lo pongo en mi reproductor como banda sonora mientras escribo uno de aquellos módems, uno de aquellos telegramas a la nada. En cuanto termina la presentación, estoy paralizado. No puedo atender a las teclas. Lo que suena requiere toda mi atención. Me lo oigo de un tirón sin hacer nada más.

Desde entonces he acudido a cada actuación de Accidents Polipoétics, juntos y por separado, de la que he tenido noticia. He visto sus recitados, y sus espectáculos, y sus trayectos guiados en autobus, y sus autopías. Tengo sus libros y sus grabaciones y las mínimas guías de «las batidos». Y siempre quiero más. Son así de grandes. A base de memorizar sus textos -no bromeo-,el Doctor Repronto tiene buena parte de estos dos maestros. Vivan Theros y Metlikovez.

Necesitan verlos en vivo. Para lograrlo, sigan su blog de actuaciones.


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