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post Por las paredes

Jueves, 18 de diciembre de 2008

Raul Sensato a eso de las 12:47 pm

Albert Monteys protesta

Paseando por el centro de Barcelona, encontré este cartel de protesta realizado por Albert Monteys (su blog aquí). Estrictamente, lo encontré en la calle donde él vive (no soy un stalker: un amigo mío es vecino suyo, y su tipografía es reconocible en el buzón) y me llamó poderosamente la atención por tres motivos.

El primero es que está en catalán pese a estar dirigido a alguien que no son los vecinos: con ese grupo eliminado, solo quedan los turistas, que han estudiado español como tercera lengua y que «perill» no les da ninguna pista. El segundo es que era un folio pegado, que es como la versión educada de la rebelión. Tan educada, que me permitió arrancarlo sin que el papel sufriera desgarros, con la confianza de que aparecería un sustituto con sólo hacer «imprimir > si».

El tercero es que Monteys, humorista extraordinario (por poner una pieza, lean Calavera Lunar), con un sobresaliente recorrido en comentario ácido de la actualidad y del costumbrismo, haga una obra de protesta completamente roma, inefectiva, que falla tanto en el target como en el retrato de la situación (¿qué pide [el cartel]? ¿Un aluvión de refugiados que se domicilien en la zona? ¿Que no se derrumben los edificios y se elimine a los vecinos existentes? ¿Que las asociaciones humanitarias pongan comederos para vecinos?).

Todo esto convierte la pieza en puro celtiberismo, donde las buenas maneras diluyen el impulso inicial hasta límites que rayan la homeopatía.

Actualización: Monteys confirma aquí que la pieza fue «un encargo de gente con la que me llevo bien. Ni idee yo el lema, ni la campaña». Y ustedes se preguntarán: ¿por qué no se dejan las cosas en manos de quien mejor sabe hacerlo? De eso, como saben, trata nuestro museo celtibérico.

Bola extra: Como curiosidad, otro humorista de El Jueves y maquetador de muchos de los tebeos de Astiberri muestra esto en su web en el momento de escribir estas lineas:

Ruben Fernandez luce Repronto

post Sabado 13: Repronto en directo

Viernes, 12 de diciembre de 2008

Raul Sensato a eso de las 11:56 am

Repronto live at Sala Noa

Proyecciones, tertulia, sorpresas, primicias, risas y alcohol.
Organizado por el colectivo El pulpito y la galeria Sala Noa.

post Audiciones de fin de semana, modestia aparte

Viernes, 5 de diciembre de 2008

Raul Sensato a eso de las 10:23 am

 Los amigos de la radio

Hace pocos días, Mario Virico me invitó a su Porco Podcast. Allí hablamos de Repronto (lo que hay delante y detrás de la cámara), de la internet de los noventa, de la colonización cultural, hasta completar más de una hora de emisión.

Lo pueden escuchar y/o descargar en este enlace.

Bola extra: Aquí pueden escuchar otras entregas del Porco Podcast.

post ¿Cuál es el espíritu de la navidad?

Lunes, 1 de diciembre de 2008

Raul Sensato a eso de las 8:24 am

La respuesta a esa pregunta, en el último Reflexiones de Repronto de 2008:

Reflexiones de Repronto especial navidad

belen en mi casa

(En la foto, el belén que lucía mi domicilio el año pasado:
Godzilla, Gigan, Bender, Bettie Page
y el niño que está en la cuna.

Tuvo éxito, así que lo repetiré si hay visitas. )

Bola extra: Vótenlo en menéame (via el Teleoperador)

post Homo Sampler, de Eloy Fernandez Porta

Lunes, 27 de octubre de 2008

Raul Sensato a eso de las 12:44 am

esta portada la he hecho yo con el photoshop: se parece pero no es la misma

Ed. Anagrama. 371 págs. 19,50 €
A la venta a partir del 6 de noviembre.

Casi nada. He mirado en Google y por lo que parece esta va a ser la primera reseña sobre «Homo Sampler: Tiempo y consumo en la Era Afterpop«, el nuevo y reluciente libro de Eloy Fernandez Porta. Es un privilegio. Ya saben de mi fascinación por su anterior libro, Afterpop, que ha aparecido con frecuencia en este blog. No es impedimento para decir, desde el primer párrafo, que el libro de Eloy es extraordinario.

Comentar un libro y destripar su contenido son dos cosas al parecer paralelas en los textos de Ensayo. Por ejemplo, entre mis amigos bromeamos diciendo que los libros «populares» de Gustavo Bueno, se leen mirando el índice: es un listado de las opciones que va descartando hasta decantarse por la que aparece en el último epígrafe. Afortunadamente, en el caso de Homo Sampler, se puede hacer a la inversa. Se pueden plantear las preguntas que resuelve, y dejar intuir el enorme armazón explicativo que las revela. Y son preguntas que, con frecuencia, han aparecido, no ya en este blog, sino en los rincones en que se comenta cultura popular. Por ejemplo:

– ¿Por qué el epígrafe cultura basura se aplica a las revistas y las películas, pero nunca al teatro, los textos ensayistas o las editoriales literarias?

– ¿Por qué los programas del corazón y los presentadores de Reality Shows nos parecen -abiertamente, notablemente- fachas?

– ¿Cómo dinamitar la creencia pacata de que «la tecnología nos está creando un falso tiempo acelerado»? ¿Por qué mantenemos la figura del artista resistente al tiempo?

– ¿Cómo es que la publicidad actual está tan centrada en los eslóganes ecologistas, en los discursos anticapitalistas underground (con frases tomadas de epítomes de la cultura combativa) y en los ecos de lo atávico («vuelve a la naturaleza»)?

– ¿Por qué estamos habituados a reflexiones del estilo «en mis tiempos, sí había pop de verdad; el de ahora -esta subescena pop salpimentada con soflamas de resistencia política y delirios de alternativa comercial- es casi peor que el pop para las masas«?

El centro de Homo Sampler es el tiempo. El tiempo como elemento consciente y subconsciente en la creación y en el consumo (incluyendo, cuando vamos a comprar el diario, o un reloj). Y sobre él, F.Porta construye dos conceptos cuya utilidad sabremos en el futuro. El primero es el concepto de «Tiempo» (vean abajo la nota *) en oposición al tiempo real (esa cosa que va a segundo por segundo). El segundo es el concepto de «Ur-Pop«, que va intrínsecamente ligado al primero, pero que es el que antes se presenta en la obra.

El Ur-pop es el levantamiento de acta de la emergencia inesperada de figuras, valores o emociones primitivos en un espacio ultramoderno. Como en la imagen de la portada, en la que un menú de fastfood forma parte de una talla precolombina que retrata un pasado que nunca existió. El Ur-pop (y aquí pongo tres ejemplos que NO salen en el libro) se reflejaría en las fotos porno realizadas en punto de cruz en la exposición de Mauro Entrialgo (el trabajo manual, pretecnológico, da credibilidad a la obra), en la fijación que tiene Boing Boing (el blog de más éxito mundial) por los tricotados con motivos contemporáneos, y -tirando del hilo hasta el final- en los nacionalismos/regionalismos de montaña y boy-scout con rastas, que reclaman, como esas tallas del macdonalds, un pasado reescrito y, por tanto, sugerente.

El Tiempo(insisto: vean nota *) es la concepción espectacularizada del tiempo real. Como enuncia F.Porta cuando introduce ese Homo Sampler que titula el libro, el tiempo real (el de a segundo por segundo) nos viene elaborado y mezclado de fábrica. Y lo que hacemos con él es samplearlo. Crear momentos de más intensidad que otros (en realidad, una pura pugna por conseguir el momento de más intensidad, momento tras momento [**]) y después, a posteriori, justificar una continuidad.

El libro se remata con un último tercio dedicado a la cultura basura, que toma el discurso donde lo dejaron la exposición Cultura Basura de Jordi Costa y la sección Planeta Enfermo de Manuel Valencia, y lo lleva a donde los analistas culturales -como el eslogan de Star Trek- no se atreven a acercarse.

La maestría de Fernández Porta no consiste en depurar las preguntas correctas, sino en retratar que esas corrientes existen, simultáneamente, en todos los estratos de la comunicación cultural. Saca ejemplos de todos los ámbitos: las películas, los tebeos, la literatura, la fotografía, la televisión, las artes plásticas… y teje con todos un tapiz que muestra a la luz el dibujo subyaciente. Da la impresión de que F.Porta es un erudito en todo, por la simple razón de que nadie practica una reflexión tan audaz, tan actual, tan profunda y tan diversa de lo que es -en todos los sentidos culturales de la palabra- el ahora.

Tienen que entender mi asombro. Yo tengo mucho pudor antes de hablar de Mr. Brain, la colección de fanzines que publicaba el hoy luego director de El Jueves Manel Fontdevila. Pienso que no hay tantas copias y que comentar la pasión de Fontdevila por las claves del humor (como su análisis del chiste Miss Tetas) es una arrogancia de coleccionista («¡ustedes fueron unos despistados: deberían tenerlo en su estantería!»). F.Porta hace justo lo contrario. No sólo abunda en Mr Brain, y en fotografías premiadas y en ferias de arte de vanguardia de público escaso. Lo toma todo y hace un enorme collage anatómico en el que te presenta cada singularidad como partes de un todo. Del mismo todo que te hace plantearte las preguntas ante la tele o en el cine o leyendo un periódico, porque allí ese todo también asoma (y los caza).

La mayor virtud de Porta es sin duda que, con todo lo profundo del texto, logra arrancarte permanentemente carcajadas. Te hace una reducción al absurdo de ti mismo. Te retrata en tus tics y en tus maneras y en la forma que tienes de relacionarte con lo que te rodea. Y lo hace alternando lo sesudo con lo hilarante, con su pasión por los términos híbridos, y las denominaciones con® marcas© -qué tan bien usa la blogosfera entendida y que tanto le debe al gran Mike Ibáñez-. Lo mejor de Homo Sampler es que hay tramos que se pueden recitar en voz alta, y -lo he comprobado- obtienen  la admiración del respetable tanto por la forma como por el contenido. Porque forman y porque divierten.

¿Es todo bueno en Homo Sampler? No; todo tiene un pero. En España, las cosas que hacen gracia siempre son tildadas de superficiales, cuando no directamente de vacías. Así que Fernandez Porta arranca el tomo con una introducción densa, tirando a difícil, que es un manifiesto que en esencia dice «todo lo que viene detrás va en serio«. Esas primeras veinticinco páginas pueden hacer desistir a los lectores accidentales, pero ustedes ya están sobre aviso. Cuando después de la lectura de los textos mayores acudan a esa entradilla, todos los conceptos presentados les serán mucho menos arduos.

Por otro lado, el desarrollo del Ur-pop que realiza Fernández Porta (y que ocupa un tercio del libro, poca broma) lleva en ocasiones a la confusión. El autor alterna a lo largo del texto la perspectiva cínica («lo que hacen los demás») y la perspectiva estoica («esto nos pasa a todos»), y esos cambios nos hacen dudar si es un síntoma para el que hay salida, o es un «cambio atmosférico» de la época cultural (Ortega y Gasset lo llamaría una vigencia). Ese cambio de lente en el discurso puede impedir que cuaje el término Ur-Pop con la fuerza con el que cuajó su término Afterpop.

Con todo, Homo Sampler supera a Afterpop. Es mejor libro. Hay más porcentaje de material interesante para el hombre de la calle y para el comentarista inquieto. Y tiene dos partes (la del Tiempo™ y la del TrashDeLuxe, casi doscientas páginas) que son para enmarcar.

En serio. Un libro para quitarse el sombrero. De lectura obligatoria.

__________

(*) En realidad, F. Porta llama RealTime al tiempo «civilizado falso/remezclado», y Tiempo™ al tiempo de reloj. Me parece que la forma intuitiva de llamarlos es, precisamente, a la inversa. ¿Por qué oso a darles la vuelta para este comentario? Porque el tiempo «civilizado / distinto del real» es consensuado por los grandes intereses (esa sensación de que el tiempo se acelera, esa necesidad de tener noticias constantes aunque no sean suficientemente importantes como para cambiar la web del periódico) y, porque es sampleado, de ahí lo de Homo Sampler, lo cual le da un extra de idea humana registrable. La partícula «™» condensa todo eso de un vistazo. Como ésta es una revisión telegráfica, prefiero los grosso-modo visuales. Al fin y al cabo, lo importante es transmitir la idea que enuncia y desarrolla don Eloy.

[**] En un fingido crescendo hacia un supuesto momento máximo que nunca sucede. Como decía Althusser: “la hora solitaria de la ‘ultima instancia’ no llega nunca

 

Recuerden. Lo vieron primero aquí.

post Un buen día

Jueves, 23 de octubre de 2008

Raul Sensato a eso de las 3:10 pm

un buen día, muera o no el comediante

Al despertar, he visto sobre la mesilla mi copia de un libro que llevaba meses esperando y que me han entregado en primicia, semanas antes de que llegue a las librerías.

Tras un rato de lectura, he desayunado, me he puesto a mis labores, y en una pausa he leído a Fran Nixon dedicar en su blog una entrada a Reflexiones de Repronto.

[Supongo que recuerdan que hemos hablado de temas de Fran Nixon: de su grupo La Costa Brava, y en particular de sus obras mayores de lo que llamamos la nueva canción social: «El cumpleaños de Ronaldo» y «Adoro a las pijas de mi ciudad». Lo hicimos aquí.]

Y hace un rato he quedado con Absence y con Alvy Singer (toma salto generacional) para acudir a la conferencia de Jordi Costa y Rodrigo Fresán sobre J.G.Ballard, celebrando la exposición comisariada por el primero (¿recuerdan?). Los datos sobre la conferencia son estos.

¿Qué quieren que les diga? Tantas cosas que te hacen ilusión no suelen coincidir en el tiempo. No todos los días son, ni de lejos, como éste.

 

Supongo que lo suyo sería rematar esta entrada
dirigiéndoles a la canción «un buen día» de Los Planetas

…pero realmente la banda sonora la pone Nixon
con este tema que tarareé insistentemente
durante las vacaciones: Nadia.

Clasificado como: apuntes_al_natural

post Dignificando el calimocho

Lunes, 13 de octubre de 2008

Raul Sensato a eso de las 12:37 pm

Dignificando el calimotxo

11 de octubre, zona del Tubo de Zaragoza, en plenas Fiestas del Pilar. Terraza Papamar.

Hay muchas formas de beber en fiestas. Puedes llevar la botella en la mano y beber siguiendo a una charanga. Puedes acudir a un bar de litros y consumir en bar, al por mayor, compartiendo morro o pajita. Puedes tomar tus combinados en un bar musical, en el que estás hombro con hombro con la concurrencia, de manera que tu espacio privado coincide exactamente con el contorno de tu cuerpo. O puedes ir a un lugar más caro, espacioso y con asientos, sólo frecuentado por personas ya de cierta edad, que se alejan del consumir en la acera, compartiendo o apretados.

La hostelería sabe de estas diferencias. En todos los ámbitos. Ya saben que hay restaurantes que, para marcarlas del todo, en lugar de decir «Alcachofas con queso», ponen en su menú cosas como «Corazón de alcachofas de Tudela rellenas de escalibada de queso Idiazábal con galleta crujiente de Jabugo sobre nido de fettuccini a la crema».

Esto llevó, en la fecha y el lugar detallados arriba, a un extraordinario momento celtibérico.

Estábamos enfilando la noche de fiestas -del 11 al 12- practicando el noble arte del vermú torero, que es salir de fiesta como si fuera una carrera de fondo. Estábamos en la parte de la primera copa, y en nuestra mesa -seríamos unos quince- la cosa se repartía entre los partidarios del gintonic y los partidarios del vodka. Entre nuestro grupo teníamos un par de encantadoras chicas vascas que, en lugar de entrar con los combinados, optó por bebidas de mantenimiento. Una pidió una cerveza. La otra, un calimocho. Alguno se giró con cara rara, porque el calimocho es una receta para beber de calle, que no encajaba en ese ambiente -terraza no barata de asientos y clientes con nómina-. Pero cada uno se pide lo que quiere, que para eso es cliente, maldita sea.

Cuando el camarero, tiempo después, llegó con las consumiciones, se aplicó a servirlas como mandan los cánones. Con el licor vertido en un vaso con hielo, y la botella de refresco, recien abierta, al lado y sin servir. Según colocaba cada vaso con botellín vecino, iba cantando: Bombay con Tónica, Absolut con Limón.

Y cuando le entregó la bebida a nuestra amiga bilbaína, dejó un vaso con tinto, y un botellín de cocacola light. Y dignificando el calimocho, en esa terraza que debe desmarcarse del consumo callejero, aportando un toque de distinción (ejem) con aroma reciamente celtibérico, dijo según servía la bebida:

«Rioja con Light.»

post Sinécdoque con luces de discoteca

Miércoles, 8 de octubre de 2008

Raul Sensato a eso de las 9:06 am

el nuevo estandar de las canas

El mundo es raro. En este festival de Sitges estaba en una fiesta en la que todo estaba cambiado. Yo habría dado un brazo por coincidir casualmente con el guionista (y ya director) Charlie Kaufman, que recibe un premio del festival, pero en su lugar estaban dos personas con las que el telespectador medio habría sido feliz: Elsa Pataky (para ellos) y Leonardo Sbaraglia (para ellas).

Ambos me confirmaban eso que todos sabemos. Les cuento. Tengo un amigo que es idéntico a Sbaraglia. No se hacen ustedes una idea: la madre de mi amigo, una profesora de interpretación en Argentina que tuvo a Sbaraglia como alumno, tenía problemas para diferenciarlos. No bromeo. La cuestión es que mi amigo, argentino afincado en Barcelona, no hace girar una sola cabeza por la calle. Lo que interesa de Pataky y de Sabaraglia es lo que no tienes delante. Es la ficción. La realidad es otra cosa. Ya les digo que la pasión por Pataky que se difunde regularmente en las locuciones de TVE contrasta con el objeto real. Tienen piezas igual de buenas o mejores en su discoteca más cercana. Simplemente, les falta lo que no está. Que también manda narices (*).

Insisto en que diez minutos con Kaufman me habrían hecho más ilusión que diez minutos íntimos con cualquiera de ellos, o con ambos simultáneamente. Y lo sabía especialmente porque en la fiesta no podía dejar de fijarme en el acompañante de Pataky. Que era igual que otro que cruzaba hacia aquí, y otro que marchaba hacia allá. Mientras media fiesta fingía no fijarse en las estrellas, yo estaba a absorto en esa invasión de imitadores de Flavio Briatore.

Toda persona con canas estaba concienzudamente vestido y peinado para lo que parecía ser La noche de los Briatores vivientes.

En cierta manera, es una cosa a celebrar. O sea, Briatore, al parecer, ha establecido un estándar que era en cierta manera inimaginable: el sexagenario enrrollado con ganas de marcha.

Pónganse en el lugar de todos esos señores. Hasta ahora, eran mal vistos cada vez que entraban en una discoteca. Si llevabas traje, mal. Si te vestías de moderno, peor. Si lucías chaquetita de capitán de yate, ni les cuento. Y de pronto, ha aparecido esa luz en el horizonte y toda persona con pelo blanco de la discoteca -y no eran ni dos, ni cinco- se arreglaban como concursantes del Briatore Look-Alike.

Me habría gustado coincidir con Kaufman y preguntarle si veía similitudes entre el deseo de ser Briatore y el deseo de meterse en la mente de John Malkovich (por su película). Seguramente, habría matado la conversación con una sola frase («who the fuck is Flavio Briatore?»), y se habría dedicado a mirar el culo de Pataky, porque para Kaufman probablemente era una chica de discoteca, sin ficción detrás. A Kaufman le vas a vender ficción. Anda, que no.

Me fascina esta nueva tribu geriatricourbana de clones de Flavio Briatore. No hay que olvidar que el viejo verde, pese a su mala fama, es ley de vida. Mientras envejeces, te siguen gustando las mismas chicas; simplemente, añades nuevos modelos al catálogo. La duda principal es si, cuando yo peine canas, habrá desaparecido la tribu Briatore, si se mantendrá con salud, o si aparecerán nuevas variantes y tendremos toda una gama de estilos de pelo blanco con ganas de marcha. Todas las opciones me producen, simultáneamente, depresión y satisfacción.

(*) Otra cosa es, por ejemplo, Pilar Rubio, que en vivo es tan rotunda como en pantalla. Pero estas cosas se dan poco.

Sí, el título de la entrada
viene de otra peli de Kaufman.

post ¿Quién fue Regino Bernad?

Domingo, 21 de septiembre de 2008

Raul Sensato a eso de las 1:24 pm

asterix y cleopatra (detalle)

La obra de Regino Bernad lleva más de 40 años perviviendo en una viñeta de Astérix. Solo hacía falta un poco de curiosidad para ver que estaba allí y rescatarla del olvido.

Hace tres meses publiqué esta entrada sobre un poco conocido autor aragonés que estaba a la vanguardia del tebeo… con décadas de antelación.

Oscar Senar ha publicado hoy en el diario Heraldo de Aragón el resultado de su larga investigación sobre Bernad. Una investigación que empezó con ese post. El resultado, tras múltiples llamadas a centros internacionales, registros civiles y todo lo que puedan imaginar, lo pueden leer aquí.

Es el primer paso para recuperar la oscurísima trayectoria de este memorable autor de historietas. Esperemos que a partir de aquí, aparezcan familiares y conocidos que nos ayuden a saber quién fue Regino Bernad.

post Soles de agujero negro

Viernes, 12 de septiembre de 2008

Raul Sensato a eso de las 1:02 pm

imagen alegórica

La nochevieja pasada me encontré con un compañero de la facultad, que acompañaba a una chica guapa. Según avanzaba la conversación, resultó que la chica trabajaba en el CERN. Supongo que la mayoría de ustedes se habría interesado en la chica para intimar, pero yo la secuestré en una esquina del bar para que me hablara de física cuántica. No me miren así. Hay algo en la ciencia extrema que sublima la poesía.

En la conversación, me hablaba del nuevo acelerador de partículas, que se estrenó anteayer.

Estas últimas semanas (de ahora) ha habido mucho alarmista diciendo que el acelerador podía generar un agujero negro y destruir el planeta tierra. Hay parte de cierto en esa imagen del riesgo científico: recuerdo con especial pavor las memorias de Oppenheimer donde  contaba que, al explotar la primera bomba atómica, se le ocurrió de pronto que tal vez le habían prendido fuego a la atmósfera. Eso es lo que yo llamo pánico justificado.

El tema de los agujeros negros y el apocalipsis de anteayer nos recuerda que seguimos mirando la ciencia como una bestia en lugar de verla como un logro. Ya les dijimos que queremos a los científicos fuera de pantalla, y que en su lugar queremos tertulias con adivinadores de tarot.

Así que uniendo ambas cosas, la excepcional explicación casera que me dieron en aquella nochevieja sobre los intríngulis subatómicos del origen de la materia, y la desmitificación del agujero negro cataclísmico originado en suiza (que ya les digo que, de producirse, se colapsaría en milisegundos), he encontrado este precioso artículo en el New York Times, que es digno de leerse, si ustedes van un poco sueltos de inglés.

No abunda como mi interlocutora de cambio de año en cómo el intentar mejorar los aceleradores topa con la ingeniería de materiales: los imanes, por exceso de potencia, se funden. Se limita a hablar de las direcciones de caza, en particular el bosón de Higgs, esa pieza teórica que explicaría el origen de la masa de los cuerpos. Y la multidimensionalidad. Y todas esas piezas de deslumbrante poesía íntima. Todas, soles de agujero negro.

A leer.

El título de esta entrada
está tomado de esta canción

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