Si ya les dijimos que en España perdíamos el culo con cualquier cosa que hiciera ruido en los Estados Unidos (Almodovar, la macarena, ya saben). Es muy sano ver la perspectiva desde el otro lado del océano.
Nos la da el genio francés Jean Giraud, que conocen por Moebius, y cuyos tebeos han leido porque ustedes son inquietos, recordando sus años en Los Angeles:
Comprendí también que [en Estados Unidos] nadie se interesaba por lo que se hacía en los otros países. Nosotros, en Europa, seguimos lo que se hace en Estados Unidos, pero ellos sólo se interesan por lo que se hace en Europa si vas allí y te conviertes en americano. Uno de mis editores, Dargaud, dejó de enviar los álbumes a los periodistas anglosajones porque nunca hablaban de ellos pero, de cuando en cuando, te dabas cuenta de que te habían copiado, pirateado, sin pedir ningún permiso. Estados Unidos nos vende su modo de vida, impone un modelo de civilización mientras que Europa, que es una entidad política y económica, carece de una expresión cultural autónoma o, cuando ésta existe, es incapaz de difundirla más allá de las distintas fronteras nacionales.
Bola extra: En breve, el señor Ausente coincidirá con Moebius, si la organización del Saló no lo impide. La blogosfera que no lee revistas de coches ni magazines sobre ordenadores, está salivando.
Preparen sus agendas, que se prepara una de esas que uno cuenta años después, y que lamenta haberse perdido.
Los próximos días 17,18 y 19 se celebra en Valencia el congreso SPECTRA, el primer simposio mundial sobre teorías de la conspiración.
Una de esas cosas que siempre se desean, que siempre se lamenta que no existan, y que hay que apoyar para que se mantengan.
Yo tengo el privilegio de estar en la alineación final, y allí daré una conferencia sobre la conspiranoia pop, en la que hablaré de música, de tebeos, y de lo que se tercie.
Será el sábado 19, a las 18:30. Media hora de conferencia, con suerte, dará para mucho. Aquí estoy, seleccionando material y articulando el texto.
El evento lo organiza Mike Ibáñez, autor de pOp cOntrOl y Zap, y primera espada de la subcultura española. Entenderán que no podía decir que no.
Así que márquenlo en la agenda. Conspiranoia en Valencia, en el Centro de Cultura Contemporánea Octubre.
El argentino Dario Adanti (humorista y persona extraordinarias) ha clavado el sentido español de «ciudad cosmopolita».
En principio es el opuesto al de «ciudad chunga», pero están íntimamente relacionados. Atentos:
Se les llama cosmopolitas a aquellas urbes que tienen una alta población de inmigrantes de países situados al norte del ecuador.
Ahora bien, si la urbe tiene una alta población de inmigrantes, pero son todos de países que quedan al sur del ecuador, entonces ya no se le llama cosmopolita, sino ciudad chunga.
Caspa Radioactiva, El Jueves num. 1610
Ahi lo tienen. Es una cuestión de coordenadas. Del paralelo del país de origen de los emigrantes.
Ahora, busquen ecuatorianos en sus ejemplares de la revista Cosmopolitan.
El concepto japonés de los videojuegos roza la lírica interactiva. Es un contraste espectacular.
Por si quieren practicar el zen de la diversión geométrica, les dirijo a las dos partes del juego «Hoshi saga», en el que, pantalla tras pantalla, lo único que hay que conseguir es una estrella.
Es sencillo pero muy, muy adictivo. Y muy inteligente, porque cuando se lo he enseñado a terceros, han realizado los mismos pasos en el mismo orden en la búsqueda de la solución. Pura sicología lírica.
Minimalismo adictivo. Y una forma de crear que está en las antípodas de nuestra idea del videojuego. Echenle un ojo.
Que, visto como reparte leña, nos llena de satisfacción.
CW ha señalado el sangrante hecho de los comentarios, apuntando que ya es hora de hablar de futbol y de señoras que se acuestan con toreros, y sobre todo de hablar de aplicaciones informáticas, que es un tema para el que todo internauta tiene opinión. Apuntado queda.
En otro orden de cosas, hoy he ido a ver la exposición de Chema Madoz, y he de decir que se hace muy raro ver en gran formato obras que solo conoces por los powerpoints que colapsan tu bandeja de entrada venidos de spammers bienintencionados. Pero muy raro. Hay algo en los powerpoints spam que rebaja una barbaridad tu visión del artista. Tienes la impresión de que es como un músico de gasolinera en un festival, pese a que sabes que es ciertamente un músico de festival.
Madoz funciona muy bien, y funciona mejor cuando comparas sus viejas fotografías con las nuevas. Antes salían personas anónimas; la desaparición de los individuos en las fotos es una mejora considerable. Igual el problema de los powerpoints es que vienen de personas anónimas. A ver cómo Madoz borra a esos.
Bola extra: Mi imagen favorita, una jaula de pájaro construida con alambre de espino -sugiriendo el exceso de celo de las cárceles y los centros de exterminio- no aparece en mis búsquedas, de modo que les dejo con otra, presente en la sala, que ha sido muy celebrada por mis acompañantes:
Esta, como todas, se titula «sin título».
Bola extra 2: Como la foto de arriba está visiblemente borrosa, mejor vean las obras de Madoz en su web.
La galería 1988 de Los Ángeles ha realizado una exposición temática en la que decenas de artistas rinden tributo a Stan «the Man» Lee y reversionan algunos personajes creados por el: spíderman, los cuatro fantásticos, etc.
pero ya les digo que mi favorito personal ha sido este peluche de La Masa, realizado por Monster Factory . Lo encuentro espectacular:
Noten que el peluche no es un producto de venta: es una obra de la exposición. Pocas exposiciones se ven por aquí que comisarien obras de este tipo. Sillas manchadas y telas rasgadas sí, pero peluches, pocos o ninguno.
El proyecto para el nuevo siglo americano, narrado por Barry McNamara, magistralmente convertido en vídeo por Simon Robson aka. Knife Party. El contenido es muy lúcido, pero la estética es sencillamente deslumbrante.
Como ya les dijimos, en la modernidad la estética y la ética van de la mano en el ensayo audiovisual. Si te interesa el tema -inquietud ética- te interesa la propuesta visual -inquietud estética-.
Este es el discurso de los nuevos inquietos. Nosotros creemos en ello y lo adoptamos.
En mi regular análisis de Los Teleñecos para Elitevisión, me asomo a uno de los capítulos más relevantes de la serie: el tercero, en el que el invitado estrella es, no por casualidad, el protagonista de Cabaret. Y va a personificar la muerte del café cantante ante las vanguardias de final de siglo.
Sé que suena increible, pero al episodio me remito. Léanlo aquí.
Hace dos fines de semana vi el último espectáculo de mis admirados Accidents Polipoétics, «Fe, esperanza y chachachá», en el que me volvieron a dejar fascinado con perlas acerca del mundo de la busqueda de la felicidad y los libros de autoayuda. En particular, la contudente frase: los libros de autoayuda pretenden convencerte de que la paz interior está ahí fuera.
Hoy les pongo uno de sus poemas en versión videoarte, para su uso y disfrute. Se titula «más triste es robar», y merece ocho minutos de su atención, en dos partes. Yo, desde que no pienso, vivo mejor: