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post Esa falta de rubor

Martes, 22 de septiembre de 2009

Raul Sensato a eso de las 10:55 am

Lineas de nazca

Esta mañana, en mi televisor, la periodista Pilar Cernuda defendía que las líneas de Nazca eran de origen sobrenatural. Para eliminar toda duda, ha contado que una matemática se fue para allá y pasó nosecuantos años intentando averiguar una forma de conseguirlo. Y como no lo consiguió, eso implica que la cosa vino del espacio exterior, o de otra dimensión, o de ángeles asexuados, o de unos grifos barra unicornios con ganas de hacer manualidades.

Aunque nos arranque una sonrisa, es trágico. «Una matemática no lo consiguió» es un argumento lamentable, una proposición que sólo se da en los creyentes. Un argumento que cree y transmite la patraña de que el conocimiento es indistinto e intercambiable.

Pongamos un único ejemplo: el tercer teorema de Fermat. Einstein lo intentó demostrar. Fracasó. Leibniz lo intentó demostrar, y tampoco. La mayoría de los estudiantes de matemáticas de facultades de todo el mundo se han asomado, algunos dedicando décadas en exclusiva, y no lo pudieron demostrar. Y tras esos siglos de búsqueda infructuosa, llegó Wiles, y lo demostró, como quien dice antes de ayer.

En otras palabras: que uno, o que miles de matemáticos no logren desentrañarlo, no significa que es falso.

El ejemplo de Cernuda es aún más sonrojante, claro, porque va más allá de las matemáticas y entra en la ingeniería. Y miles de ingenieros pasaron por el mundo antes de que se inventara el tornillo. No vale cualquiera para tener una buena idea. Y es dificilísimo que dos personas tengan la misma idea genial.

Y al otro lado del monitor, me imagino a esos espectadores dando por bueno ese argumento de papel mojado, mientras veían al resto de participantes del programa asintiendo como los perros de los salpicaderos de los coches. Y me sube el mismo rubor que a ellos les falta.

post El deseo de que te rodeen las cámaras

Jueves, 10 de septiembre de 2009

Raul Sensato a eso de las 10:10 am

Llevaban dos meses encerradas en una casa de estambul

Liberan a 9 mujeres encerradas en una falsa casa de «Gran Hermano» en Turquía

El ansia de fama y la ingenuidad condujo a nueve mujeres turcas a pasar dos meses encerradas en una casa de Estambul, donde eran permanentemente filmadas, tras ser engañadas con la idea de que estaban participando en un programa televisivo al estilo de «Gran Hermano».

Las 9 mujeres han sido liberadas. Las chicas, con edades comprendidas entre los 16 y los 22 años, fueron captadas en un falso casting por los organizadores de la farsa, tras anunciar en la prensa que se buscaba a chicas para participar en el espectáculo televisivo.

Las jóvenes, que ya han sido rescatadas por la Policía tras una denuncia de los familiares, firmaron un contrato en que se comprometían a no abandonar la vivienda ni contactar con nadie delexterior hasta que terminara el programa, bajo pena de una sanción de 25.000 euros.

Plenamente confiadas en que eran estrellas de un programa televisivo, las chicas se avinieron a ser grabadas las 24 horas del día, incluso en el baño. Las imágenes de esas escenas han sido vendidas en páginas de internet.

Tras las denuncias familiares, agentes policiales penetraron en la vivienda y detuvieron a un hombre que en ese momento se encontraba en la casa. Las nueve estafadas fueron conducidas a declarar y se ha iniciado una investigación sobre el suceso

noticia tomada de esta página,
también publicada en El Faro de Vigo

Ya ven: unos padres denuncian y liberan a sus hijos, y otros son emitidos en directo mientras ven a sus hijos montárselo bajo los edredones.

Los Gran Hermano oficiales no están lejos de la descripción de arriba, pero tienen una diferencia crucial: se aseguran de incluir en el contrato firmado a los padres.

Bola extra: Noten que la noticia, en la web de la Cope, se ilustra con una imagen un poco cogida por los pelos:

Estas generalizaciones de «mujer turca» son verdaderamente preocupantes. Cualquier modelo que anunciara una colonia habría sido más fiel al perfil de las concursantes. Pero puede más la condescendencia.

Un soplo de Nac (Gracias!)

post Hay que hacer algo, dice

Miércoles, 12 de agosto de 2009

Raul Sensato a eso de las 10:54 am

Espectacular intervención de Africa de Miquel, periodista de televisión española, que decide hacerse eco de la insensatez tomándola como propia:

«Una de las declaraciones que más nos ha impactado es la de David Albelda. El jugador del Valencia ha dicho que se tienen que tomar medidas para que casos como el de Dani Jarque [futbolista muerto por sufrir en un hotel un ataque cardíaco] no vuelvan a suceder»

video aquí, a partir del minuto 36:40

«Hay que hacer algo». Claro. También la pueden poner diciendo «hay que hacer algo para que los órganos implantados por cirugía no sufran rechazo», o «hay que hacer algo para detener el cáncer». Pues hombre, si le pagáis a las facultades de medicina lo que le estáis pagando a los clubes de fútbol, pues igual tenemos resultados dentro de unas cuantas décadas. «Hay que hacer algo», sí, pero que lo hagan los demás. Que caiga del cielo.

post El problema está en que presentan la solución

Lunes, 10 de agosto de 2009

Raul Sensato a eso de las 12:30 pm

Imagen alegorica

Manuel Serrano-Ríos, catedrático de Medicina Interna de la Universidad Complutense y miembro de la Real Academia de Medicina, opina que «globalmente, una mala nutrición es un factor de riesgo más grave que el tabaco, ya que su impacto es mayor sobre muchos sistemas«.

Pilar Cervera, ex directora del Centro de Enseñanza Superior de Nutrición y Dietética, también opina que las secuelas de comer mal se extienden más que las del tabaco. «Por eso tienen efecto las luchas contra el tabaco, porque se habla de consecuencias más concretas», asegura Cervera.

Unos datos poco alentadores y mucho peores en equilibrio que los de los últimos años: «Antes era menos habitual que los jóvenes tomaran tantas calorías y no estaba en este peligro la dieta mediterránea; no sabemos por qué, pero aunque cada vez somos más exigentes con la salud y con la alimentación, al final nos cuidamos menos y nos alimentamos peor», afirma Isabel Ávila.

Texto completo

En mi opinión, la diferencia no está en la concreción de las consecuencias, sino en que en el mundo moderno estamos bombardeados con las soluciones.

El tabaco no tiene más solución que dejar de fumar, pero la mala alimentación, según nos insisten nuestras pantallas, se endereza tomando actimeles y danacoles y omegatreses. Son vacunas, son remedios. Supuestas medicinas que «curan».

Se emite y se repite y se bombardea un mensaje (con interés industrial) muy definido: hay remedio y lo tengo a la vuelta de la esquina.

En esas condiciones. el problema no existe.

Curiosamente, la persona citada en el último párrafo es miembro del instituto Danone. Un detalle que cierra el círculo.

post Los voluntarios de las páginas

Viernes, 26 de junio de 2009

Raul Sensato a eso de las 10:16 am

En la madrugada de anoche, el informativo de TVE mostraba una marabunta de personas que acudía al hospital donde acababa de morir Michael Jackson. Un plano desde un helicóptero mostraba calles cortadas con conos naranjas, coches mal aparcados por las medianas, y sobre todo, gente, mucha gente, acudiendo a la puerta del hospital.  Evidentemente, me llamaba la atención. ¿A qué iba toda esa gente? ¿Qué les movía? Porque todos eran conscientes de que estaban colapsando un hospital. Imagínense que les llevan de urgencia allí.

Mientras se veían estas imágenes, los presentadores y la enviada especial a 4000 kilómetros del suceso (suceso en Los Angeles, enviada en Nueva York) intentaban dedicarle minutos a la muerte de Michael Jackson, y quedaba claro que no había información con la que jugar. Jackson tenía un telón de secretismo que hacía que no se manejara ningún detalle, sino generalidades de patio:  que tiene muchos fans, que tuvo mucho éxito con Thriller, cosas de esas.

Ocho horas después, el programa de Ana Rosa Quintana está haciendo el mismo baile de marear el pato del vacío, pero entrando en terrenos más pantanosos, como leer la mente («quería ser blanco«) o comparar su longevidad con la de sus amigos («Liz Taylor, con todos los problemas que tiene, los va a enterrar a todos«).

El secretismo de Jackson es un problema para llenar páginas, que es como se mide en prensa las noticias importantes.

Es sabido que la mayoría de esas muchas páginas que cubren los eventos importantes, como las elecciones democráticas, los macroconciertos del ayuntamiento o las finales de la copa de europa, se dedican a relatar testimonios de los asistentes. Aunque no revelen gran cosa del suceso en sí, un par de páginas se dedican a dar fe de las frases de los seguidores que han venido en autocar, al mítin, al concierto, al partido.

Así que todas esas personas que acudían al hospital para nada, estaban acudiendo al hospital para alimentar el espacio en prensa del suceso. El secretismo de Jackson impide desarrollar el tema con detalle, así que alguien tiene que acudir para dar frases y llenar las páginas que conviertan el hecho en importante. La gente acudía a satisfacer el hambre de prensa de los demás. Y lo hacían en bloque. Qué maravilla de civilización.

Bola extra: El twitter es particularmente revelador hoy: desde la inquietud internetera de «no os lo vais a creer, pero he cerrado el twitter pa ver una peli y he pensado ‘seguro que palma alguien y no mentero’. zasca.» hasta el humor blanco-blanco: «SPOTIFY ha guardado un minuto de silencio, LO JURO.»

Bola extra 2: Según cuenta el Twitter de Virch, así ha rematado Ana Rosa Quintana su informe: «Dejamos el tema Michael Jackson porque vamos a hablar de un caso de pedofilia.» (via fluzo)

post El revisionismo

Jueves, 21 de mayo de 2009

Raul Sensato a eso de las 2:04 pm

El Che Guevara, en la intimidad

Como muestran arriba los chicos de El Mundo today (original aquí), basta una de estas historias para que reformulemos nuestra perspectiva sobre personajes históricos. La de arriba es humorística (no existe realmente tal video). El proceso que retrata, está a la orden del día.

El revisionismo mediático consiste en añadir ingredientes anecdóticos a personajes conocidos. Y en poner mucho esfuerzo y mucha exposición, para que la repetición y la extensión popular (de ahí que sea imprescindible que se pueda formular como anécdota) condicionen completamente el recuerdo del personaje.

En España esto de «el vídeo de caidas del Che» se estila mucho. Mucho. Aquí tienen un ejemplo de anteayer.

Bola extra: un remate redundante con el mismo protagonista.

post Reflexiones sobre el caso de Marta del Castillo

Jueves, 19 de febrero de 2009

Raul Sensato a eso de las 1:41 pm

¿Por qué algunos casos de asesinato, de los que lamentablemente hay más de los que salen en la tele, merecen tan tremenda repercusión mediática y otros no? Ni puta idea. El caso es que continuamente hay personas que desaparecen y/o son asesinadas, pero sólo algunas como Madeleine están llamadas al estrellato. ¿Harán castings de desaparecidos las cadenas de televisión? Misterio…

Aquí, las preguntas de Halón Disparado.

Aquí, mis respuestas.

Bola extra: dos imágenes ilustrativas, extraidas de El País

Linchamiento y mediatismo en el caso de Marta del Castillo

post La distorsion, 2.0

Jueves, 19 de febrero de 2009

Raul Sensato a eso de las 12:16 pm

En un memorable momento de la cinta «Man on the Moon», el humorista Andy Kaufman, entregaba un programa para emisión que contenía momentos con la imagen desajustada. La gracia, según Kaufman, era imaginar millones de ciudadanos levantándose del sofa y golpeando su televisor hasta que la imagen volvía a la normalidad.

La cuestión es que ese efecto se sigue consiguiendo. Ese momento en el que el espectador dice «oh, mierda», pero que en realidad es parte del lenguaje visual de la pieza. Da igual el tiempo que pase, da igual cuanto recorrido tengamos consumiendo audiovisual. Por muy curtidos que nos consideremos.

Como muestra, aquí abajo tienen este precioso videoclip dirigido por Nabil Elderkin que reproduce los típicos errores del divx mal descargado. Así que ahí tienen el bucle: primero, los que se convencen de que el video de origen es defectuoso y se indignan ante su visionado, y segundo, los que se comprarán el blu-ray en HD a 2K con trillones de píxeles para ver a toda resolución la reconstrucción de los efectos del video a baja calidad cuando faltan paquetes en el fichero.

La cosa tiene más gracia en EEUU, porque allí descargar divx es, en la mayoría de los casos, un delito. De modo que este vídeo genera ese bonito bucle de «ey, un momento, este video tiene errores» – «euh, y tú como lo sabes». Así que el video abunda en un punto extra doloso: lo que hace todo el mundo, hasta el punto de ser un estándar sobre el que puedes hacer chistes -digo, videos-,  no puede ser criminalizado.

Pena de canción. Todo lo demás, es puro bucle posmoderno, de esos que tanto nos gustan.

post Teletipos

Martes, 23 de diciembre de 2008

Raul Sensato a eso de las 3:52 pm

Actualizando el twitter a la australiana

1) Un australiano, pasajero en un accidente de avión, entre 58 heridos y un fuego que afectaba todo el lateral derecho del aparato, decide, antes de salir corriendo, actualizar su twitter con el mensaje «Hostia puta! Acaba de ocurrirme un accidente aéreo!» (noticia aquí, via perogrullo)

Mucha gente no entiende este comportamiento de enviar mensajes a la red por encima del riesgo personal. «¿Héroe del Twitter o tonto del culo?«, titula Perogrullo. Esta situación, a la que se deben ir acostumbrando porque va a ir agudizándose en el futuro, tiene dos ingredientes esenciales. El primero es el síndrome de la modelo en la isla desierta: el chiste del hombre que naufraga en una isla desierta con Claudia Schiffer y, tras pasársela cien veces por la piedra, le pide a la modelo que se disfrace con un sombrero y bigote, sólo para decirle: «¡eh tío! ¡me estoy follando a Claudia Schiffer!»  Contarlo se está convirtiendo en un ingrediente importante.

La otra parte es, pudiendo hacerlo desde el suelo, ¿por qué no sale y twitea desde lo seguro? Por otro ingrediente troncal: en internet (española y guiri) hay una confusión terrible con la sobrevaloración de ser «el primero». Gente que comenta en blogs de éxito haciendo aportaciones del estilo «primer!», esbirros tontos que se dedican a hacer eco instantáneo carteles de cine («recién salido!»), y en general una adoración de la velocidad en el copiar-pegar que en general aporta poco y abunda en el sinsentido.

Esta sobrevaloración de ser el primero (mal entendido) es la que llevó al Australiano a twitear desde un avión en llamas. No sólo lanzaba un mensaje a la internet: temía que algún otro pasajero del avión lo hiciera antes. Rápido y sin sentido. Así nos gusta el momento actual.

2) Asesinado en un karaoke por no soltar el micrófono
Los clientes de un karaoke golpearon y mataron a puñaladas a un malasio que cantaba y cantaba sin querer compartir el micrófono con los demás parroquianos. (noticia en Cadena Ser)

Tengan cuidado al envalentonarse en nochebuena.

3) ¿Cómo que no hay Zambombas usb para el Guitar Hero? ¿Qué está pasando?

post Javier Marías y sus lectores, o internet como espejo

Martes, 16 de diciembre de 2008

Raul Sensato a eso de las 7:45 am

Aquí el autor, aquí unos amigos.

El ordenador ha vuelto a no gustarme, lo siento; pero ya que lo tenía en mis manos durante unos días, aproveché para navegar un poco por Internet, por primera vez en mi vida o casi. (…) Lo que más me ha desagradado, sin embargo, son los llamados blogs y foros, por algunos de los cuales me he dado un paseo. No entiendo que tantos escritores tengan un blog propio y le dediquen, por fuerza, numerosas horas de su tiempo, porque me parece equivalente a esto: uno va a un bar, se sienta a una mesa y habla de lo que sea, y a continuación está expuesto a que cualquiera coja una silla y le suelte a su vez su rollo o -con demasiada frecuencia- sus imprecaciones. O bien a esto otro: uno inicia una conversación telefónica particular, y cualquier individuo puede colarse en ella y opinar lo que le plazca o ponerle verde a uno. No sé, para mí sería una pesadilla tener que escuchar pacientemente a personas que no he elegido, y con las que en algunos casos no quisiera ni cruzar media palabra. ¿Cuál es la gracia de estas tertulias escritas? ¿Ver que uno provoca reacciones? ¿Tener la comprobación inmediata de que lo que expone no cae en el vacío? ¿Llevar una vida «interactiva» (y perdonen el adjetivo)? Debe de haber mucha gente solitaria, o que aguanta la soledad -ese gran bien- pésimamente. Pero lo que más me ha desagradado es el frecuente tono insultante de los comentarios y el veneno que a menudo destilan. Amparados en el anonimato cobarde de los llamados nicks, no hay asunto que no les merezca a unos cuantos blogueros toda suerte de improperios. No veo que se discuta ni argumente apenas, sino que más bien se lanzan denuestos y groserías como en las tabernas más zafias. Hay en este mundo, o eso parece, una desproporcionada cantidad de odiadores, o llámenlos negativistas, resentidos, amargados, venados.

El que escribe lo de arriba es el novelista Javier Marías, en este articulo de El País. El artículo me lo remite Absence, que es un «nick de anonimato cobarde» que esconde al señor que ha ganado el Bitácoras de este año a mejor blog cultural, y que es uno de los referentes de la blogosfera, usen la escala humana o mecánica que deseen.

Supongo que antes de continuar la lectura de este texto, deberían leer el artículo completo. Les espero.

Leer el artículo saca carcajadas al más pintado. Pero tal vez conviene repasar las implicaciones con detalle.

La primera cuestión que apunta el novelista es que, cielos, la audiencia contesta. O como él dice, uno «está expuesto». Marías hace el autorretrato del autor que vive en su torre de marfil, ajeno al, estrictamente hablando, mundanal ruido. Dicho de otro modo, la influencia en el personal le da como igual. Supongo que sus seguidores estarán un poco inquietos, porque Marías no escribe para el lector, sino para una voluntad superior, para la intocable diosa cultura, que Gustavo Bueno ya puso en su sitio. Los sacerdotes hablan también con ficticias identidades superiores, esperando la misma respuesta, léase, ninguna.

En la repulsión a la respuesta -y de paso, a toda participación/conversación ajena-, Marías va más allá: se autoinbuye de la potestad de hablar, por el hecho de que es un profesional de las palabras. Que es como si Nacho Vidal dijera que no entiende que el personal folle gratis. Y se extraña que se haga en público, tal vez poniendo en paralelo el hablar con el acostarse, porque la conversación es una cosa, digamos, impúdica. La tradición española es alejar a los niños para las conversaciones serias, y vigilando porque  los muros tienen oídos. En esa misma época, lo de ir por la calle cogidos de la mano también estaba muy mal.

La cuestión es que los legos en la materia no tienen ningún interés. Hablemos, como paralelo revelador, de la economía. Si uno quiere ser economista profesional, tiene que dejar claro que las crisis están firmemente apoyadas en la inflación. Cualquier economista que quiera dudar de la inflación o proponer alternativas, es sistemáticamente fulminado. De modo que la resistencia a la inflación viene de gente que ha tenido que pasar décadas camuflada, acuclillada, escribiendo artículo tras artículo con la fe general, hasta poder tener una posición en la que tener ligeras y moderadas diferencias, que arriba tampoco es todo jauja. En lógica paralela, entenderán que, desde dentro, practicar el arte del juntaletras sin beneficio industrial es una cosa detestable.

Marías se autorretrata como esa figura trasnochada y polvorienta que retrató el crítico literario Eloy Fernández Porta en Afterpop: «La literatura entendida como Refugio de la Cultura contra la barbarie audiovisual. La cultura reducida a literatura über alles«. Con el extra de que lo aplica a la conversación pública (digital y, por extensión, de café) de los demás. No sólo el escritor purificado por sí mismo debe aislarse del mundo, sino que el mundo -atentos- debe aislarse entre sí. Marías dice que, como hay tanta conversación digital, «debe de haber mucha gente solitaria». Nos lo dice, no lo olvidemos, desde su torre de marfil. Y además le asombra que opten por los «improperios», «denuestos y groserías». Cuando la razón principal de ese proceso está a la vista (y la pueden recordar aquí).

El artículo dibuja el desprecio radical por la insolencia de lo que en otros tiempos se llamaba la chusma. Marías tiene el tic fascipocho de Manuel Fraga, cuando al hilo de los Goya con lemas de «No a la guerra», dijo que «pagar para que le insulten a uno, no lo hace más que un tonto«. Sí señor, el dinero de todos es de Fraga, y en la misma lógica, el uso de las palabras es del Señor Marías y de aquellos a los que él vea con buenos ojos.

Es lo que tiene intentar confundir fondo y forma. Una cosa es venderte como propietario de las palabras – que manda narices-, y otra, como propietario de lo que se puede decir. La ejemplar gestión de licencias de televisión, que hace que todos los canales emitan lo mismo en canales simultáneos, lleva a estas confusiones entre potestad sobre el medio y potestad sobre el mensaje, rudo o cursi.

Pero por encima de todo, este artículo da fe del recorrido vital del novelista. En su navegación, la densidad de conversaciones insulsas no le lleva a pensar que en alguna parte las hay interesantes, sino a confirmar con total seguridad que no hay ninguna interesante. Lo que indica que en su experiencia, las personas que se ha cruzado accidentalmente no han tenido ningún interés. Es de suponer que esas personas, en su caso, son principalmente las que le atienden en las compras y las que asisten a sus firmas.

Queda claro, pues, que ni el panadero que le atiende, ni los lectores de sus obras, son interesantes. Al final resultará que no haber leído un libro de Javier Marías va a terminar siendo un galón. Reformula el adagio: mas vale no abrir un libro y parecer anodino, que ser visto con uno de don Javier y eliminar todo asomo de duda. Estos arranques de sinceridad son dignos de agradecer.

Bola extra: Este documento sonoro.

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