¿El final de la película de Buñuel no podría ser un paralelismo? Es decir, que lo que intente transmitir sea que lo que antes hacía Simón en la columna rechazando las tentaciones del diablo, ahora lo hace un muchacho cualquiera cuando rechaza bailar con una chica en una discoteca. Puede que no lo haga *para* estar más cerca de Dios sino *porque* se aburre, pero de esa forma se eleva moralmente sobre los demás. No he visto la peli, eh, es lo primero que he pensado nada más y no sé si tiene sentido.

Sabe el Doctor de lo que habla y atiende a otros reprontos anteriores donde se repasa la vida de los místicos y sus motivaciones racional o irracionales. Suma la pieza de una supuesta rebeldía, de naturaleza generacional. Vuelvo otra vez a rememorar Al Cabrón del Campo y otros capítulos de los que no recuerdo el título. Lo que me lleva a considerar la posibilidad de recopilar un memorandum filosófico reprontista o algo así. Quizá memorandum no significa lo que yo creo que significa. (¿El especial medieval, quizá? Vamos a verlo. Joder pues si. Me alegro de tener memoria para estas cosas)

Digo también que en el vídeo se trata sin tratarse (y es de poético si uno lo piensa) el tema capital de LA EXHIBICIÓN. Porque tanto el asceta como el indie como el osado marinero basan su experiencia en el reconocimiento (y no tanto el divino como el de los demás mundanos).

Digo esto porque si bien estoy muy de acuerdo con que la escena de Buñuel de Simón en el gintonic es acertadísima y tanto o más el análisis. Pero el Diablo (recordemos por la carrera de Buñuel que era un señor al que le gustaba dejar ganar al Diablo) dice una frase que me inquieta:

«TIENES QUE QUEDARTE. HASTA EL FINAL»

Simón está aburrido. Si. Pero se queda. El último triunfo del Diablo. Simón tiene que quedarse porque si los demás no le ven aburrido ¿de que sirve entonces aburrirse? Lo mismo va la gente y se pone a pensar que Simón estará por ahí pasándoselo bien en otro sitio.

Lo mismo con la columna. ¿Y la historia de los santos que subieron a columnas y a los que nadie vió ni popularizó? Los Santos se comportan también para dar ejemplo al mundo, cual calabaza en el bancal.

Hablaba hace tiempo con una amiga sobre el humor de invertir el drama. Y llegábamos a la conclusión de ese detective de policía cuya afición secreta es la fontanería. El héroe de «Brazil»: el técnico-calefactor defensor de la gente.

Esta parodia se ha catalizado muchas veces. Y una de ellas (que me sorprendió porque no me lo esperaba) fue la película «Los otros dos». De acuerdo en que no es buena. Pero hay que atender al mensaje.

Que me pierdo, coño. Me gusta hablar más que a un tonto un lápiz.

Recojo todo esto porque me ha venido a la mente un comentario en este canal donde se recriminaba que Repronto no utilizara las vías generalistas de llegada al público. Y decía: ¿Por qué no usar los grandes medios y llegar cientos de miles de personas?

De acuerdo. Es usted santo. Pero ¿por qué no subirse a la columna? Allí le verá todo el mundo.

Ya lo dice Javier Marías con respecto a la feria del libro. La única posición posible es detestarla y aceptar ir año tras año. Porque ¿De qué sirve ser un intelectual ascético si nadie te ve incómodo?

Ejemplos me vienen a la cabeza. Muchos.

Les admiro a ustedes, señores, porque son la esencia de lo que la filosofía quiere decir. Aprovechan el medio para un fin constructivo y no propagandístico. El vídeo como gran formato. Aspiro a levantarme de la mesa e irme cuando me resulte aburrido.

Saludos.
Gracias por todo.

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Reflexiones de Repronto · » Capítulo 67: “Aventura padre”

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