Capítulo 22: «Botellón»
Doctor Repronto - Miércoles, 1 de abril de 2009, a las 00:01Igual que otros temas tratados en este espacio (como la letra del himno nacional, o qué es el glamour), el fenómeno del botellón ha sido muy discutido en los medios de comunicación. Como en los casos anteriores, consideramos que los análisis que se han publicado han perdido sistemáticamente el norte. Y nos sentimos en la obligación de afrontar este proceso, que está notablemente a pie de calle.
Las discusiones erróneas acerca del botellón se han articulado alrededor de tres ejes principales. El primero defiende que el botellón es una larga tradición española, y retrata, por ejemplo, los Sanfermines como un inmenso botellón oficializado. El segundo sostiene que el botellón se origina en el ahorro que supone comprar tus propias bebidas, y no valora, por ejemplo, la costumbre de las peñas en fiestas de pueblo de comprar grandes cantidades directamente al fabricante, lo que abarataría aún más los precios del botellón. El tercero, el más doloso de todos ellos, enuncia con el pecho bien henchido que el botellón es un movimiento que nace del hombre de la calle, y más aún, que es una actividad contestataria y de resistencia.
Era necesario, por tanto, esclarecer por qué esas tres perspectivas han cegado a los analistas; cómo esos tres ejes aparecen en el fenómeno, pero no son cruciales en su aparición; y sobre todo dejar claro que el botellón no es un movimiento ni contestatario ni nacido de la calle.
Un ingrediente clave fue esta historieta de Mauro Entrialgo [leer en JPG] (que reproducimos con permiso del autor), publicada en El Jueves en 2002, y recopilada en el volumen Historietas a la Carta (2005).
En esta entrega, explicamos a qué se debe el botellón, a qué se debe que exista botellón como nueva palabra, y cuáles serían las condiciones para que el botellón abandone las calles. Las claves nos las da la España de los años cincuenta.
Que ustedes la disfruten.
Otras opciones:
Zappinternet!
Youtube
Notas extra:
– Arriba mencionábamos la revista El Jueves, y precisamente el último ejemplar (núm. 1.661) contiene un guiño de los que hacen ilusión, de la mano de Rubén Fernández. Veánlo aquí.
-Mientras sigue creciendo nuestro rincón los blogs hablan de Repronto, hemos aprovechado que Agustín Fdez. Mallo publicaba un texto en la Revista El Cultural del diario El Mundo aludiendo a nuestra entrega sobre Muchachada Nui, para recopilar una nueva página: La prensa habla de Repronto.
[Actualización: esta precisa entrega de Repronto ha aparecido en prensa, en El Progreso de Lugo. Aquí tienen el artículo]
-Este capítulo 22 es el antepenúltimo de esta segunda temporada. Ya podemos empezar a contar desde el final.
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Para descargar el video en tamaño original pulsen aquí
Pueden unirse aquí al grupo facebook de Repronto
Este capítulo incluye fragmentos de:
- Documental del Botellón (JAB, 2006)
- El Extraño viaje (Fernando Fernán Gómez, 1964)
- Quadrophenia (Franc Roddam, 1979)
- Historietas a la carta (Mauro Entrialgo, 2005)
Los videos de Reflexiones de Repronto están protegidos legalmente por Coloriuris. Los detalles de este video en particular vienen detallados aquí.
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Conceptos: Botellón, calimocho, garrafón, wikipedia, San Fermines, Fallas, Fiestas del Pilar, palabras nuevas, conciencia de que ha habido un cambio, España de los 50, insignia del Domund, impuesto de la diversión, distintivos de alquiler, control de los espacios, celebraciones de interior, eliminar la diversión de la calle, guateque, bar musical, desarrollismo, discotecas, baños, sacar los vasos, obedecer las normas, imperativo legal.
abril 1st, 2009 a eso de las 00:46
En esta ocasión discrepo.
Para mí, el botellón es una extensión del «jugar en la calle» que hacemos de críos.
Desde pequeños hemos compartido parque con los colegas, bien sea jugando al fútbol , al escondite o al «beso-atrevimiento-verdad»; luego cuando llega la edad en la que eres mayor para eso pero no lo suficiente (ni por edad ni por ingresos) como para tomar copas en los bares el botellón se transforma en el «escondite» de los adolescentes, donde la misma pandilla cambia las chuches, las combas y las peonzas por vino, cocacola y hielos.
Además, la calle permite algo que en los bares de música a tope y bebidas elevadas no es tan fácil, y es el socializar deshinibido por el alcohol. Es más accesible acercarte al corrido de al lado a pedir hielo o proponerles un intercambio de whisky por vodka que retomar el manido «estudias o trabajas» o el «tienes fuego» en una discoteca.
En resumen, que desde mi experienci y punto de vista, el botellón se da por tres cuestiones fundamentales que no puede aportar un bar:
– Precios imbatibles. Por lo que cuesta una copa te compras una botella.
– Más facilidades de conversación.
– Posibilidad de actividades complementarias. Desde fumarse un porro a tocar el djembé pasando por guitarritas, malabares y lo que se te pueda ocurrir hacer en un parque a las tantas.
Finalmente estaría la sensación de libertad y «autogestión» del ocio que produce en el adolescente y que entroncaría ya con esa sensación de actitud contestataria y de resistencia que mencionas.
abril 1st, 2009 a eso de las 07:42
[…] Capítulo 22: “Botellón” […]
abril 1st, 2009 a eso de las 09:17
[…] Aínda lembro cando lle chamabamos botellada, o Dr. Repronto atopa a súa xénese. […]
abril 1st, 2009 a eso de las 10:04
PedroToro: Comienza usted diciendo que discrepa, y al final estamos de acuerdo. Los anhelos que apunta vd. han estado ahi siempre -y los retratamos en la España de los cincuenta- pero la aparición de Botellón (palabra-proceso) es moderna.
Lo que le hace creer que discrepa es que, desde su punto de vista, las libertades -entendidas como la posibilidad de acción sin castigo- son primordiales y, digamos, caidas del cielo.
Pero la realidad es que toda actividad va asociada a un ámbito de posibilidad: o sea, no se puede hacer de todo en todas partes. Y al roturarse progresivamente los espacios de posibilidad, han terminado por no dejar ninguno. Ese momento, en el que «todas las bases han quedado ocupadas», ha sido el momento en el que ha aparecido el botellón.
Lo importante es que el botellón, cuando esas bases han quedado ocupadas, no se ha colocado «donde el ha querido», sino donde «le han dejado», donde el juego de restricción más relevante era más débil. Por eso Mauro acierta al señalar el consumo de drogas.
abril 1st, 2009 a eso de las 11:26
Resumen telegráfico en El Selector de Soitu:
El Botellón, analizado en las “Reflexiones de Repronto”
Sus conclusiones: ni motivación económica ni acto contestatario. El botellón es simple y llana obediencia a las leyes.
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También lo ven claro los comentaristas en menéame.
abril 1st, 2009 a eso de las 13:10
Pero yo creo que el botellón no se origina en una prohibición, tal y como apunta Mauro; al menos creo que no en todos los casos.
Es más un proceso del quedar en el parque para jugar a quedar en el parque para beber (o fumarse unos porros) Yo lo veo como un rito iniciático de una generación, la mía no sé si las anteriores es igual, que probaron sus primeras copas en la calle, antes de plantear entrar en un bar.
O a lo mejor es que, todo ese proceso que comentáis Mauro y tú, fue anterior a que yo tuviese edad de salir por las noche y cuando desperté «el botellón ya estaba allí».
Paso el debate al Focoforo para ver si allí encontramos contraste.
abril 1st, 2009 a eso de las 16:00
No hay mencion a que la investigacion continue esta vez, pero, yo me pregunto:
Y quien ocupo entonces el lugar de los porreros en los bares?
abril 1st, 2009 a eso de las 17:39
pedrotoro dixit:
«En esta ocasión discrepo.
Para mí, el botellón es una extensión del “jugar en la calle” que hacemos de críos…»
Quizas los jovenes de ahora lo vean así, pero en mi época se pasaba de jugar en la calle a entrar a los pubs con 13 años, y ver si nos pedían o no el carnet.
Puede que prohíbir fumar drogas no sea el principal detonante, ya que en los pueblos más pequeños esta mal visto fumar drogas en la calle, y quizás se saliera a la calle para huir del calor, o conversar más tranquilamente con esa chica que acabas de conocer, pero todas estas posibles razones se encuentran con una prohibición clara y certera, que como bien se apunta en este capítulo de repronto si sea el detonante del botellón, y es ni más ni menos que prohibir sacar las bebidas fuera.
abril 1st, 2009 a eso de las 18:03
Madre mia, madre mia … Todo se cierra en un oscuro y retorcido nudo.
aplausos!!
abril 1st, 2009 a eso de las 18:25
Ole con ole. Felicidades, maestros.
Y sale este repronto el mismo dia que una noticia que llevo décadas ansiando:
«Sarkozy pacta con Brown por teléfono una posición «muy firme» contra los paraísos fiscales»
Y pienso:
Jope
A ver que consiguen…
abril 1st, 2009 a eso de las 18:55
Me preguntaba una vez en el blog de la FAC: si multan a los dueños de los locales de ocio por «permitir» el consumo de sustancias prohibidas en sus establecimientos ¿por qué no se hace lo mismo con los colegios o con cualquier otro sitio?
Lo cierto es que, entre la tira de Mauro (que no conocía) y esta nueva entrega de las Reflexiones, me ha dado para una modesta entrada en el blog fumeta, así que gracias a ambos.
abril 1st, 2009 a eso de las 19:31
Mu gustó. Bien expuesto el desenfoque televisivo. te seguiré leyendo. Un saludo.
abril 1st, 2009 a eso de las 21:33
Maravilloso; y pensar que en su momento el trabajo de Entrialgo no me hacía mucha gracia (en ningún sentido)…
abril 2nd, 2009 a eso de las 02:12
Un buen inicio para una Tesis en sociología sobre el botellón.
Lo que comentan por aquí arriba también lleva parte de razón. Los quinceañeros compraban sus litronas (la compraba el mayor del grupo o algún alma caritativa) y sus pipas para irse a la Plaza de mi pueblo porque en los bares no se les permitía beber.
Pero en lo de los precios estoy toralmente de acuerdo. Sirvió para consolidar el fenómeno, pero no es su origen.
De todas formas los macrobotellones poco tienen que ver con los entrañables bebedores de litronas de barrio (PDP´s style). Son alienantes y asquerosos.
Muy buena la Reflexión de Repronto en cualquier caso.
abril 2nd, 2009 a eso de las 06:46
[…] Las Reflexiones de Repronto (donde también está alojada la imagen), con una entrega dedicada a la conversión de los […]
abril 2nd, 2009 a eso de las 08:54
[…] comentando la entrega de Repronto sobre el botellón, a partir de esta entrada de […]
abril 2nd, 2009 a eso de las 11:23
Airgam: Le contesto con otra pregunta: ¿Conoce usted algún bar de hiphoperos?
O dicho de otro modo, ¿Verdad que ha acudido a algún concierto de raperos, y ha oído al cantante entre canciones invitar a los asistentes a acercarse a la barra, «que no muerden»?
Lindy: Bien visto…
DDAA: He hecho eco de su reflexión en NoRecomendable. Ciertamente, esa comparativa bar-colegio es muy reveladora.
NtmeC: Espero que le sirva para conciliarse con la obra de Mauro Entrialgo, que me parece una de las mejores cabezas de nuestra era. Gran observador, muy lúcido en sus juicios, y logra transmitir mensajes profundos sin necesidad de usar lenguaje de autoridad. Y encima, te saca carcajadas. Eso sí, las carcajadas necesitan un lector que se de cuenta de que él está incluido en esa tira. Entrialgo evita el cinismo y hace un dificilísimo humor estoico. Yo leo fervientemente cada obra que publica.
abril 2nd, 2009 a eso de las 14:28
Me gusta la argumentación de Mauro Entrialgo y la vuestra, excepto en la causa concreta que lo origina. Supongo que los porros es un ejemplo y lo que se quiere decir es que la gente abandona los bares porque no se les deja legalmente hacer determinadas cosas (entre ellas fumar porros, pero también comer alimentos de fuera del local, beber alcohol distinto al garrafón que despachan, tocar instrumentos, estar en un sitio sin música alta…)
Pero a mi me gustaría apuntar la idea de que el botellón se originó tanto por los que fumaban porros y no podían como justamente los que no fumaban (ni porros ni tabaco) Esto es, en una época en el que no estaba prohibido fumar en ningún sitio, el botellón era una alternativa casi necesaria para los no fumadores, ya que se puede decir que era un sufrimiento para muchos estar obligados, para consumir alcohol y divertirse, a meterse en locales llenos de humo de tabaco.
Y esa, la libertad de poder estar en un sitio juntos gente fumadora y no fumadora compartiendo el consumo de alcohol sin tanto perjuicio para ninguno por estar al aire libre es un motivo incluso más importante para la vuelta a la calle a beber alcohol.
abril 2nd, 2009 a eso de las 16:47
[…] furtivos cambios de baterías lejos de los talleres oficiales. Igual que los poderes municipales llevan a los ciudadanos a hacer botellón, la estrategia de Apple lleva a sus usuarios a aprender mucho más sobre sus cacharros de lo que […]
abril 3rd, 2009 a eso de las 15:28
[…] El botellón […]
abril 5th, 2009 a eso de las 09:31
Excelente. Esta vez el razonamiento es impecable. En mi ciudad la última norma en torno al botellón es prohibir a cualquier tienda vender alcóhol después de las diez de la noche. Con lo que, evidentemente, han logrado adelantar la hora a la que comienza el botellón y la gente ya está perjudicada nada más empezar la noche. Un exitazo.
Y es que, en general, intentar legislar sobre el comportamiento privado de las personas, es algo que siempre ha tenido efectos imprevisibles.
abril 5th, 2009 a eso de las 11:24
vivas y aplausos
abril 5th, 2009 a eso de las 15:22
Hay una duda que me corroe desde que he visto el vídeo. ¿Como estaba el tema de la pegatina de los cincuenta? He buscado en internet y preguntado a mis mayores, pero mi madre es muy joven y mi abuela estaba en otras cosas durante dicha época. ¿Alguien puede aumentar mi cultura general?
abril 6th, 2009 a eso de las 20:35
El progreso de Lugo habla de esta entrega de Reflexiones de Repronto en este artículo firmado por Grial Parga:
http://elprogreso.galiciae.com/nova/28550.html
Respuestas a los comentarios:
Volga: Los locales para no fumadores han demostrado una viabilidad económica muy limitada. Así que no creo que la decisión de los no fumadores fuera relevantes en la aparición masiva del botellón.
Metal Inside: En los cincuenta no eran pegatinas, sino insignias.
(De hecho, la insignia originalmente no era del Domund, sino del Auxilio Social. Esa inercia se convertiría años después en la insignia del Domund, y luego en la pegatina del Domund.
Como hoy no se entiende Auxilio Social, optamos por denominarla con su encarnación final)
Hubo insignias de cartón y de metal. Tenías la obligación de llevarla a la vista, cuando ibas al cine o cuando entrabas en el bar. Y se debían llevar en la solapa, donde se sujetaban con una cola de milano, que es como una y griega cerrada por arriba. Evidentemente, cambiaban la insignia cada semana. Quien se divertía sin insignia era severamente multado.
Espero que ahora sí hayamos sido suficientemente exhaustivos.
abril 6th, 2009 a eso de las 23:06
Lo que más recuerdo del Domund eran las huchas en forma de cabeza de chinito o de negrito, todo al más puro estilo Tintín en el Congo. Seguro que se paga un pastón por ellas en el mercado negro.
abril 7th, 2009 a eso de las 07:49
Muchas gracias por aclarármelo, doctor. Me descubro ante su conocimiento y el de todo el equipo.
abril 8th, 2009 a eso de las 14:18
Doctor Repronto, justo a eso me refiero. Los locales para no fumadores no han funcionado económicamente porque es absurdo dividir un grupo de amigos y que solo puedan entrar en un lugar cerrado los no fumadores (y los fumadores aguantarse o tener que salir fuera a fumar) o al contrario, que puedan fumar dentro los fumadores, y los no fumadores soportar el humo. Además la tendencia es que sean los no fumadores los que se tengan que aguantar.
En cambio, los grupos mezclados de fumadores y no fumadores en un botellón al aire libre pueden estar sin tantos problemas para nadie, por lo que puede que fueran los no fumadores los que tiraran de los grupos mixtos para quedarse en la calle ante la alternativa de meterse en un lugar con humo.
mayo 13th, 2009 a eso de las 07:10
[…] se me ocurre otro calificativo despu?s de leer su ?ltima conferencia, inspirada en otro grande afincado en Barcelona. Literatura jur?dica de lujo con joyas con ?sta: “La industria est? […]
septiembre 16th, 2009 a eso de las 09:22
[…] Ya saben que el botellón es un fenómeno forzado por las leyes. No nace de los ciudadanos: nace de las normas que se les imponen. […]
septiembre 18th, 2009 a eso de las 15:14
[…] Capítulo 22 de Reflexiones de Repronto. […]
noviembre 23rd, 2009 a eso de las 12:09
Discrepo terriblemente!
El botellón, en su concepción actual, lo inventamos una reducida parte de los que éramos entonces jóvenes a finales de los ochenta.
No éramos fumadores, no nos prohibieron nada. Simplemente nos dimos cuenta que podíamos estar más a gusto sentados con nuestros colegas en parque, como habíamos estado desde pequeños, tomando nuestras copas, a nuestro ritmo, a nuestro gusto, con libertad de movimientos , de cafrear, al aire libre disfrutando del buen tiempo que tenemos en el sur (que invita mas a estar en la calle)… en definitiva estábamos en NUESTRO sitio, no en el sitio que no cedían o dejaban, con nuestros cánticos y no los que nos imponían… el botellón nace de la libertad, no de la prohibición
Al cabo del tiempo se puso de moda ,venían cada vez más grupos, te encontrabas con gente, conocías a otra gente, se convierte en un ritual social, y eso unido al bajo precio hace que se consolide.
Mi experiencia coincide más con la de pedrotoro que con la de repronto.
Por lo demás , felicidades por el blog, es certero y exhaustivo…
enero 16th, 2010 a eso de las 00:08
Yo apoyo la reflexión de Repronto, no se en sus ciudades, pero en Valencia se han puesto muy duros con lo de beber en grupo en la calle, dónde antes veías ingentes cantidades de personas de fiesta, ahora sólo ves gente «de paso» como se explica en el video, que sucedía en los años 50 y la gente sale (o mejor dicho, entra) de fiesta a los bares. Se pasa de un ambiente restrictivo a uno menos restrictivo, antes: del bar a la calle; ahora: de la calle al bar. Esta tendencia, a mi me sugiere (por supuesto después de haber sido ilustrado con tan aguda Reflexión) que el botellón surgió de esta forma: De una prohibición a un estado/lugar donde encontrar más libertad. Lo cual me lleva a mencionar que sin esa prohibición inicial no existiría la sensación de libertad que expresa pedrotoro en el primer post .
enero 30th, 2010 a eso de las 13:34
[…] (Y por si se les escapó: qué es el botellón y cuál es su historia) […]
abril 23rd, 2012 a eso de las 08:45
[…] Dr. Repronto explicaría mucho mejor que yo el proceso mediante el cual se transformó la calle, dejando de ser […]
julio 22nd, 2013 a eso de las 23:20
[…] ás 2:30, por exemplo), pero que, na liña do blog, serve para pensar sobre o tema.Outro, unha entrada de blog que trata tamén sobre o botellón, pero da que considero que o principal está no video, (con […]
septiembre 10th, 2013 a eso de las 08:43
[…] ás 2:30, por exemplo), pero que, na liña do blog, serve para pensar sobre o tema.Outro, unha entrada de blog que trata tamén sobre o botellón, pero da que considero que o principal está no video, (con […]
febrero 13th, 2017 a eso de las 16:35
Perverse Spezialbehandlung mit Dr.